Un fantasma recorre Europa
Un l¨²gubre fantasma recorre Europa, y Europa no se da por enterada: los seguros de impago, o credit default swaps (CDS), unas "armas financieras de destrucci¨®n masiva", como los bautiz¨® en 2002 el financiero norteamericano Warren Buffett.
Aparentemente, esos CDS son pac¨ªficos contratos de seguros para gente prudente que busca protegerse del riesgo de impago asociado a la compra de un bono u otra deuda peligrosa. Pero en realidad se asemejan a los paquetes de hipotecas basura que se trocaban en activos para inversores ¨¢vidos a base de titularizarse, trocearse, mezclarse y perderse el origen del contrato b¨¢sico al que respond¨ªan, tambi¨¦n llamado subyacente.
Estos seguros CDS cubren el impago de cualquier contrato y pueden formalizarse sin necesidad de que el comprador posea la deuda: son derivados, son "aire fino" (13 bankers, the Wall Street takeover, Simon Johnson y James Kwak, Pantheon, Nueva York, 2010). Y sirven tambi¨¦n para especular, para apostar contra la posibilidad de un impago: se est¨¢ haciendo a mansalva con Grecia y con otros perif¨¦ricos.
Los seguros de impago (CDS) han derivado en letales armas especulativas contra Grecia y el euro
?Son armas mortales, como protestaba Buffett? ?Y tanto! Doblegaron al gigante asegurador estadounidense American International Group, AIG, en septiembre de 2008, la segunda ficha del domin¨® desbaratado con la quiebra de Lehman Brothers. AIG era el mayor agente de CDS. Operaba estos seguros sobre paquetes de hipotecas basura o de otros activos (CDO) tambi¨¦n con frecuencia basura. Hasta que el p¨¢nico post-Lehman ahuyent¨® a los clientes. Y el Estado hubo de saltar a su rescate en varias fases, por un coste de 173.000 millones de d¨®lares.
Y son de destrucci¨®n masiva porque, como las que se buscaban a Sadam Husein, no se sabe d¨®nde se ocultan. Se acuerdan over the counter, entre operadores, sin intermediarios, fuera de las Bolsas, fuera de balance, carecen de registro central, ning¨²n organismo los controla, pero est¨¢n "en todas partes, dispersos por el sistema financiero mundial" (John Lanchester en ?Huy!, Anagrama, Barcelona, 2010). Nadie sabe cu¨¢ntos hay ni d¨®nde, entre otras razones porque los bancos de inversi¨®n que los crean los colocan en veh¨ªculos especiales ubicados en para¨ªsos fiscales, a salvo de cualquier Hacienda y cualquier control, descontaminando sus propios balances.
Muchas apuestas especulativas contra la Europa del euro se est¨¢n haciendo mediante estos fantasmag¨®ricos CDS. Pues bien, los partidarios de que Atenas reestructure su deuda o suspenda pagos minimizan su peligro. Una de sus cabezas mejor amuebladas, Zsolt Darvas, desaira la alerta lanzada por el BCE seg¨²n la cual el impago griego generar¨ªa una din¨¢mica peor que la de Lehman. Su argumento clave es que los CDS brutos sobre Grecia solo ascienden a 51.800 millones de euros, m¨¢s o menos lo que la deuda helena en manos de la banca europea (Debt restructuring in euro area: a necessary but manageable evil?, Bruegel, junio 2011).
Pero es una cifra ingenua, la declarada voluntariamente por los actores a la Depository Trade and Clearing Corporation. Puede ser much¨ªsimo m¨¢s alta, porque el total del mercado internacional de swaps ronda los 60 billones de d¨®lares, seg¨²n la patronal del subsector, ISDA. Un tama?o igual al de la econom¨ªa mundial. De modo que si Grecia impaga, habr¨¢ un terremoto en el mercado de CDS. Una met¨¢stasis de alcance insospechable. ?Como Lehman? O como AIG.
Hay un ant¨ªdoto futuro contra este fantasma. Prohibirlo como arma especulativa. Que solo puedan asegurarse contra el impago comprando CDS quienes efectivamente posean deudas que deseen asegurar.
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