El juez Ruz procesa a tres mandos policiales por el chivatazo a ETA
Les imputa colaboraci¨®n, revelaci¨®n de secretos y encubrimiento
El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz proces¨® ayer al que fuera director general de la Polic¨ªa, V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo; al jefe superior de Polic¨ªa del Pa¨ªs Vasco, Enrique Pamies, y al inspector de la Brigada de Informaci¨®n de Vitoria Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros por su presunta participaci¨®n en el presunto chivatazo policial a los implicados en la red de la extorsi¨®n de ETA conocida como impuesto revolucionario.
El magistrado, en un auto de 75 folios, algo muy poco habitual, hace un recorrido por todo el proceso, los indicios que existen contra los imputados y finalmente les considera presuntos autores de tres delitos: colaboraci¨®n con banda terrorista, -¨²nico delito que justifica por qu¨¦ el caso est¨¢ en la Audiencia Nacional-, revelaci¨®n de secretos y, alternativamente, encubrimiento.
El magistrado admite que el m¨®vil del caso no se ha acreditado
La resoluci¨®n no es firme y contra la misma cabe recurso de reforma, ante el propio juez Ruz, y de apelaci¨®n ante la Secci¨®n Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional. Las defensas de los tres mandos policiales han anunciado que recurrir¨¢n la resoluci¨®n. La fiscal¨ªa, previsiblemente, se adherir¨¢ a alguno de los recursos que se presenten. En el caso de que el tribunal, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo, considerara que no se dan los requisitos del delito de colaboraci¨®n con banda terrorista, el caso pasar¨ªa a un juzgado de Ir¨²n, localidad donde ocurrieron los hechos.
El juez detalla c¨®mo a ra¨ªz de documentaci¨®n incautada a varios miembros de ETA en Francia, se conoci¨® la existencia de diversos pagos que empresarios del Pa¨ªs Vasco extorsionados por la banda realizaban a una estructura de la organizaci¨®n terrorista denominada Gezi, que daba cuenta a Juan Antonio Olarra Guridi, jefe del aparato militar. Tambi¨¦n se descubri¨® que la red de extorsi¨®n, que operaba en Espa?a desde hac¨ªa 20 a?os, ten¨ªa su centro operativo alrededor del bar Fais¨¢n, regentado por Joseba Elos¨²a.
El auto puntualiza los contactos, citas org¨¢nicas, instrucciones y cobros realizados en torno al Fais¨¢n, y las visitas peri¨®dicas que realizaban los presuntos etarras Jos¨¦ Luis Cau Aldanur, El Bodeguero, Jos¨¦ Ram¨®n Sagarzazu, Txenpe, y Cristina Larra?aga para transmitir instrucciones del aparato de extorsi¨®n en Francia a Elos¨²a.
El 4 de mayo de 2006, cuando Cau se iba a reunir con Elos¨²a, este recibi¨® un tel¨¦fono m¨®vil a trav¨¦s del cual le avisaron de que se iban a realizar varias detenciones de los integrantes de la red de extorsi¨®n.
El juez atribuye al inspector Ballesteros ser la persona que supuestamente entreg¨® el m¨®vil a Elos¨²a, a trav¨¦s del cual fue informado presuntamente por el jefe superior de Polic¨ªa del Pa¨ªs Vasco, Enrique Pamies, mientras que Garc¨ªa Hidalgo, director general de la Polic¨ªa en aquel momento, habr¨ªa estado al corriente de todo.
El juez, en su resoluci¨®n admite que el m¨®vil del chivatazo no ha podido acreditarse. Por un lado se?ala que ten¨ªa que ver con "la situaci¨®n actual pol¨ªtica", es decir, por el proceso de conversaciones entre el Gobierno y la banda terrorista para conseguir el fin de la violencia.
Pero acto seguido se?ala que los autores del chivatazo al revelar la inminencia de la operaci¨®n policial, realizaron "una colaboraci¨®n id¨®nea y potencial a las actividades de la banda terrorista", permitiendo que no se detuviera a los dirigentes del aparato de extorsi¨®n y facilitando la incautaci¨®n del dinero. Y concluye, en una contradicci¨®n: "Si bien estos objetivos concretos no cabe entenderlos directamente queridos por parte de los imputados, en atenci¨®n a las responsabilidades que, con distinto grado, ostentaban en el ¨¢mbito de la Seguridad del Estado, siendo seguramente otro el m¨®vil o intenci¨®n que gui¨® su conducta (que hasta el momento no ha podido ser acreditado durante la instrucci¨®n)".
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