Pluriempleados con pluma
Los cetreros de Falc¨®ns Galicia ampl¨ªan su negocio ayudando a discapacitados
Hace siete a?os que Francisco Gonz¨¢lez no sabe lo que es tomarse unas vacaciones. Su sacrificio comenz¨® el mismo d¨ªa en que decidi¨® convertir su afici¨®n, la cetrer¨ªa, en su modo de ganarse la vida. Con la proliferaci¨®n de las ferias medievales surgi¨® la idea de crear Falc¨®ns Galicia, una empresa gestionada por Francisco Gonz¨¢lez y Daniel Pi?eiro cuyos 60 empleados son ¨¢guilas reales, halcones gerifaltes, sacres, cern¨ªcalos y un largo etc¨¦tera de especies hasta llegar a los nocturnos b¨²hos nivales y lechuzas.
Ambos cetreros entrenan a sus aves todos los d¨ªas del a?o y el gasto mensual de alimentaci¨®n supera los 1.200 euros entre pollos, codornices y ratones. "En ¨¦pocas de cr¨ªa hay que darles de comer cada tres horas", comenta Gonz¨¢lez que transform¨® el s¨®tano de su casa en una guarder¨ªa de rapaces y que cuenta con incubadoras, hacedoras y criadoras con una capacidad de 20 cr¨ªas. All¨ª los animales se acostumbran a ¨¦l confundi¨¦ndole con uno de ellos, lo que crea un v¨ªnculo entre ambos que facilita su adiestramiento.
El precio de las aves de presa oscila entre los 300 y los 12.000 euros
Contra las gaviotas se utilizan halcones hembra por ser m¨¢s grandes
Ya en China se practicaba la cetrer¨ªa hace m¨¢s de 2.000 a?os. Aquellas aves no se pod¨ªan imaginar que hoy en d¨ªa se empleen para otro tipo de actividades como el tratamiento de personas discapacitadas. Seg¨²n Gonz¨¢lez, la interacci¨®n con estas rapaces - darles de comer, o hacer que se posen en el brazo- estimula positivamente a estos j¨®venes que "esperan con impaciencia" su llegada.
La televisi¨®n ha contado con estrellas emplumadas adiestradas en Falc¨®ns Galicia. ?guilas de harris, b¨²hos y halcones son los m¨¢s requeridos aunque estos halconeros se atreven con otros tipos de plum¨ªferos. Durante un a?o su cuervo Cacher fue la mascota de la serie Pepe o ingl¨¦s. Gonz¨¢lez y Pi?eiro son pioneros en Espa?a en captar en un documental el punto de vista de un halc¨®n en vuelo, al que colocaron una microc¨¢mara.
Las exhibiciones en ferias medievales constituyen el servicio m¨¢s demandado para Falc¨®ns Galicia, que solo puede explotar en verano y cuyas tarifas alcanzan los 1.000 euros por d¨ªa. La dificultad de trabajar con las especies en los mercados se agudiza por el bullicio que ocasionan los espectadores. Adem¨¢s, las rapaces se ven obligadas a realizar vuelos cortos ya que el mobiliario urbano impide desarrollar acrobacias. Mientras que el p¨²blico contempla las distintas variedades de falconiformes -rapaces diurnas- y estrigiformes -nocturnas-, Gonz¨¢lez y Pi?eiro explican sus caracter¨ªsticas y responden a curiosidades. "Hay gente que pregunta si son murci¨¦lagos o loros", apostilla Pi?eiro.
Pero nada tan sorprendente como el d¨ªa en que una espectadora agarr¨® a uno de sus cern¨ªcalos, lo escondi¨® en su bolso y se march¨® como si nada hubiese ocurrido. "Tuve que ir tras ella para recuperarlo. Se hac¨ªa la sorda", declara Gonz¨¢lez. Aunque en verano el negocio experimenta un impulso, la baja demanda el resto del a?o y las defunciones suponen p¨¦rdidas econ¨®micas importantes. El precio de estos animales var¨ªa desde los 300 euros que cuesta un cern¨ªcalo hasta los 12.000 de un halc¨®n gerifalte, as¨ª que la muerte de uno de ellos, m¨¢xime si est¨¢ adiestrado, es demoledora.
La eficacia de estas rapaces pluriempleadas es indiscutible en el control de palomas y gaviotas en ciudades, vertederos y aeropuertos. Para ahuyentar a las gavinas no se puede trabajar con halcones machos porque su peque?o tama?o no resulta una amenaza e incluso llegan a ser atacados, as¨ª que son las hembras, 400 gramos mayores, quienes se ocupan de la tarea de disuasi¨®n.
La Xunta, aunque incluye la cetrer¨ªa en la legislaci¨®n de caza, no tiene un decreto espec¨ªfico. Una carencia que genera dudas entre los cetreros y los propios inspectores. Numerosos son los permisos especiales que Medio Rural exige para la exhibici¨®n de las rapaces, algunos inveros¨ªmiles como la petici¨®n de la cartilla de vacunaci¨®n, cuando a estos animales no se les practica. Los halconeros deben presentar un listado con las especies que llevar¨¢n a las ferias y, en algunos ayuntamientos, les proh¨ªben ciertos ejemplares sin dar argumentos.
Otro de los problemas con el que se encuentra Gonz¨¢lez es el espacio para entrenar a diario a sus rapaces. Legalmente solo se puede desarrollar esta actividad dentro de un coto de caza, en un terreno espec¨ªfico para adiestramiento que no siempre es el m¨¢s indicado para que vuelen, y solo dos d¨ªas por semana. Adem¨¢s las aves de presa corren el peligro de morir a manos de los cazadores. "El cetrero defiende y ama a la naturaleza y a sus aves rapaces. Galicia debe apoyar m¨¢s nuestra labor de divulgaci¨®n de un arte reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco", concluye Gonz¨¢lez.
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