El Parlamento se impone a Murdoch
El magnate retira su opa sobre el 100% de BSkyB dos horas antes de que se lo pidan los Comunes y de la puesta en marcha de una investigaci¨®n sobre las escuchas ilegales
Rupert Murdoch dio ayer un nuevo golpe de teatro a la inagotable saga de las escuchas ilegales del desaparecido News of the World. News Corporation, matriz del imperio medi¨¢tico de Murdoch, sorprendi¨® ayer a todos al anunciar su renuncia a comprar el 100% de las acciones de la plataforma de televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite BSkyB, de la que posee ya el 39%. Se?al inequ¨ªvoca de la tensi¨®n pol¨ªtica que rodea todo el debate, la renuncia se produjo apenas dos horas antes de que los Comunes empezaran a debatir una moci¨®n que ten¨ªa el apoyo de todos los grandes partidos para pedir a Murdoch que renunciara a esa operaci¨®n. Y dos horas despu¨¦s de que el Gobierno y la oposici¨®n pactaran la puesta en marcha de una comisi¨®n de investigaci¨®n independiente, encabezada por un juez, sobre las escuchas del News of the World y el papel de la prensa y la polic¨ªa.
News Corp justifica la medida por el "actual clima pol¨ªtico"
La crisis amenaza la posibilidad de que James Murdoch suceda a su padre
El debate refuerza la imagen del l¨ªder laborista, Ed Miliband
La investigaci¨®n podr¨¢ llamar a declarar a editores y pol¨ªticos
Para Rupert Murdoch ha sido una enorme humillaci¨®n. Para su hijo peque?o, James, quiz¨¢s el golpe de gracia que acabe con sus ambiciones de heredar el imperio paterno. Pero ser¨ªa bastante ingenuo pensar que lo ocurrido ayer es definitivo: la renuncia a la absorci¨®n total de BSkyB puede ser meramente temporal y dentro de seis meses, o cuando acaben las actuales investigaciones sobre las escuchas ilegales, Murdoch podr¨ªa haber vendido su imperio editorial brit¨¢nico para facilitar su desembarco absoluto en BSkyB. Una opci¨®n no muy rom¨¢ntica, pero probablemente muy provechosa para los accionistas de News Corporation.
Ayer fue Chase Carey, presidente adjunto de News Corp y desde hace a?os mano derecha de Murdoch, quien anunci¨® la renuncia. "Creemos que la propuesta de adquisici¨®n de BSkyB por News Corporation beneficiar¨ªa a las dos compa?¨ªas, pero ha quedado claro que es demasiado dif¨ªcil progresar en el actual clima", declar¨® Carey. Una forma de suspender, m¨¢s que renunciar, a una operaci¨®n cifrada en m¨¢s 8.000 millones de euros.
El "actual clima" al que se refer¨ªa el ejecutivo de News Corporation es la tormenta pol¨ªtica que rodea todo este asunto desde que estall¨® la crisis hace poco m¨¢s de una semana. Primero fue una explosi¨®n de indignaci¨®n ciudadana al saberse que News of the World no solo hab¨ªa espiado a cientos, a miles en realidad, de pol¨ªticos, famosos y deportistas: tambi¨¦n el m¨®vil de Milly Dowler, una ni?a de 13 a?os desaparecida y que meses despu¨¦s se supo que hab¨ªa sido asesinada. Y los de los amigos y familiares de soldados fallecidos en Irak o Afganist¨¢n o de v¨ªctimas de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres.
El caso se transform¨® en un juicio a las pr¨¢cticas period¨ªsticas de Murdoch, provocando contra todo pron¨®stico el cierre del tabloide News of the World para evitar que la crisis se contagiara al grupo. Pero la crisis lleg¨® al grupo, provocando ayer la renuncia, al menos temporal, a la compra de BSkyB por News Corp.
La crisis es ahora pol¨ªtica. En varios sentidos. Por un lado, el bochornoso papel que est¨¢ desempe?ando Scotland Yard, cuyos altos mandos de los ¨²ltimos a?os quedaron en rid¨ªculo en su comparecencia parlamentaria del martes o, peor a¨²n, bajo la sospecha de ser corruptos al servicio de News International, el brazo brit¨¢nico de News Corporation.
Pol¨ªtica, porque los partidos brit¨¢nicos se han sacudido la mordaza que hasta ahora les imped¨ªa criticar a Rupert Murdoch y su imperio. Ahora lo presentan como liberaci¨®n, como si hubieran estado sometidos al l¨¢tigo de Murdoch. Pero el placer era mutuo: unos consegu¨ªan informaci¨®n que engordaba el negocio, los otros obten¨ªan propaganda que esperaban transformar en votos. Apenas hay h¨¦roes en este drama lleno de villanos.
Pero la pol¨ªtica ha alcanzado ahora un tercer nivel. En realidad, el de siempre: la lucha entre partidos en Westminster. El acoso a Murdoch esconde una lucha de poder entre los tres grandes partidos, al margen del gusto que a unos m¨¢s que a otros les debe dar la consigna de barra libre contra Murdoch de estos d¨ªas. Para los liberales-dem¨®cratas ha sido la oportunidad de alinearse con una posici¨®n popular sin ataduras de coalici¨®n y con el placer a?adido de dejar atr¨¢s a los conservadores, incapaces de tomar la iniciativa.
Pero es el laborista Ed Miliband el que est¨¢ sacando mayor provecho de la crisis. El l¨ªder de la oposici¨®n fue el primero en oler sangre y hacer lo que ning¨²n pol¨ªtico hab¨ªa hecho en este pa¨ªs en los ¨²ltimos 20 a?os: echarse a la yugular de Rupert Murdoch, adivinando su debilidad o quiz¨¢s presumiendo que el magnate ya no merece pleites¨ªa porque o pierde la batalla de BSkyB o pierde su influencia pol¨ªtica si quiere todo el pastel de la televisi¨®n.
Pero su objetivo no era matar a Murdoch, sino desnudar a Cameron. Y lo ha conseguido: el primer ministro ha olvidado toda la prudencia de los primeros d¨ªas y se ha visto arrastrado a atacar a su antiguo apoyo medi¨¢tico con una virulencia que jam¨¢s hubiera imaginado ¨¦l mismo. Ayer anunci¨® en los Comunes la puesta en marcha de una investigaci¨®n dirigida por un juez y con poderes para obligar a declarar bajo juramento. Y lo hizo con expresiones deliberadamente agresivas, como "hay que parar el negocio de las fusiones y empezar a limpiar los establos". Y apenas horas antes de disponerse a votar una moci¨®n parlamentaria exigiendo a Murdoch que renunciara a comprar BSkyB. No le hizo falta: Murdoch renunci¨® antes de que se lo pidiera el Parlamento.
La cuarta pata pol¨ªtica de la crisis es de car¨¢cter transatl¨¢ntico: la posibilidad de que el esc¨¢ndalo de las escuchas llegue a Estados Unidos, donde Murdoch tiene la verdadera base de su negocio. El influyente senador Jay Rockefeller, el ¨²nico dem¨®crata en una larga dinast¨ªa de pol¨ªticos republicanos y presidente de la comisi¨®n de Comercio del Senado, quiere que se investigue si las v¨ªctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 han sido espiadas por investigadores al servicio del News of the World. El lunes, algunos peri¨®dicos de Reino Unido aseguraron que un antiguo detective de Nueva York fue contactado por reporteros del desaparecido tabloide dominical londinense y le pidieron ayuda para acceder a los buzones de voz y los registros de las llamadas de v¨ªctimas de los atentados de 2001.
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