Peligrosa propuesta para la Universidad
El escrito presentado contra el borrador del Estatuto del Personal Docente e Investigador (PDI) -Por la calidad de las universidades p¨²blicas, El PA?S, 9 de julio de 2011- tiene algunos aspectos enigm¨¢ticos y algunos bastante peligrosos. Es llamativa la coincidencia de firmas de personas de muy variada ¨ªndole, no solo acad¨¦mica sino tambi¨¦n de planteamientos ideol¨®gicos. Ello solo puede significar que, o bien se trata de un escrito de car¨¢cter claramente corporativo, o bien contiene algunas ideas o cr¨ªticas razonables que concitan tal apoyo. O, como creemos en este caso, ambas cosas.
No faltan, desde luego, motivos para criticar el proyecto de Estatuto del PDI, y no solo la burocratizaci¨®n. Pero la incorporaci¨®n y desarrollo de la carrera profesional con sus grados y evaluaciones esta impuesta por la Ley de Reforma de la LOU, contra la que nos manifestamos los sindicatos desde el principio, y cuyo desarrollo finalmente se ha mejorado introduciendo transparencia, objetividad y menos burocracia. Se han establecido unos criterios (reglas de juego) que parte de los rectores no desean que est¨¦n reflejados tan n¨ªtidamente en el texto del estatuto. Sigue constat¨¢ndose la falta de consideraci¨®n del Personal Investigador en Formaci¨®n, al que por cierto, se trata de manera infame por la actual legislaci¨®n, sin que ello sea motivo de ning¨²n manifiesto de reputados investigadores senior. Tambi¨¦n nos preocupa del ¨²ltimo borrador del estatuto la eliminaci¨®n de aspectos negociados con los sindicatos, desactivando algunas garant¨ªas en un texto que no reconoc¨ªa mejoras en el r¨¦gimen salarial existente desde hace m¨¢s de 25 a?os. Aspectos como la participaci¨®n del PDI, a trav¨¦s de sus representantes, en la determinaci¨®n de los criterios generales para la distribuci¨®n de la tarea docente e investigadora -aspecto criticado por el escrito de los excelentes- para evitar que sea la Universidad la que directamente pueda segregar, determinando qui¨¦n se dedicar¨¢ a la excelencia investigadora, qui¨¦n a hacer caja a trav¨¦s de su dedicaci¨®n intensiva a la transferencia, y qui¨¦nes ser¨¢n los desgraciados que se dedicar¨¢n a afrontar las cada vez m¨¢s numerosas y engorrosas actividades docentes.
Pretenden perpetuar un modelo en el que las castas sigan decidiendo c¨®mo y qu¨¦ investigar
Sin embargo, el segundo aspecto y m¨¢s peligroso del escrito es el mensaje antisindical y neocentralista expreso e incluso grosero con el que, desconociendo la evoluci¨®n de nuestro pa¨ªs y el desarrollo de las libertades y derechos fundamentales, se pretende perpetuar un modelo de Universidad feudal, en el que las castas -a las que pertenecen o incluso representan personalmente algunos de los firmantes- pueden continuar decidiendo sobre c¨®mo y qu¨¦ investigar, seleccionando por criterios arbitrarios y al margen de cualquier control o participaci¨®n del resto del PDI.
Lo primero no es una novedad. Ya estamos acostumbrados al repunte de un discurso antisindical. Tambi¨¦n en bastantes campus universitarios. Pero nuestra Constituci¨®n reconoce el derecho a la libertad sindical y a la negociaci¨®n colectiva -desarrollado recientemente en el ¨¢mbito de la Funci¨®n P¨²blica por el Estatuto B¨¢sico del Empleado P¨²blico- cuya proyecci¨®n alcanza tambi¨¦n a las universidades, guste o no a algunos rectores, a los excelentes agazapados y a algunas instituciones financieras que proponen nuevos y m¨¢s eficaces sistemas de gobernanza.
Lo segundo es m¨¢s novedoso. Los firmantes lamentan la dejaci¨®n de funciones del Ministerio de Educaci¨®n ante la esencial mejora de las universidades p¨²blicas. Desconocen el dise?o constitucional del Estado de las autonom¨ªas y el reparto de competencias, as¨ª como el reconocimiento de la autonom¨ªa universitaria. O quiz¨¢s lo conocen pero no les gusta. ?Nostalgia de viejo cuerpo estatal y de otros tiempos?, ?Petici¨®n vergonzante de recentralizaci¨®n de las competencias universitarias? Todo ello lo sostienen por la defensa de la calidad de la Universidad, por el m¨¦rito y la defensa del servicio p¨²blico. Lo que hay que leer.
Desde los sindicatos defendemos la aprobaci¨®n de un estatuto moderno que actualice una normativa que tiene m¨¢s de 25 a?os, no la ¨²ltima versi¨®n manejada por el ministerio, sino la acordada en la Mesa Sectorial el 7 de enero de 2011. Un documento con el que se garantice la calidad en la investigaci¨®n y la docencia y que incorpora un modelo democr¨¢tico de relaciones de laborales. Sin esta ¨²ltima premisa no se podr¨¢n garantizar aquellos principios, ni la existencia de una universidad p¨²blica y al servicio de la sociedad. Una sociedad que necesita de la creaci¨®n de conocimiento para poder estar en las mejores condiciones en un mundo globalizado.Los firmantes del escrito parecen olvidar una de las misiones de la Universidad, tal vez la primera: la docencia que da una formaci¨®n s¨®lida y prepara a las futuras generaciones. Su manifiesto es de otra galaxia, tanto desde el plano acad¨¦mico, como desde el plano pol¨ªtico y social de derecho. Una galaxia peligrosa y nada excelente, por cierto.
Firman: R. Mor¨®n (UAM), C. Agust¨ªn (UZ), I. Postigo (UMA), J. Escribano (UCM), V. Climent (UB), A. Ponce (UPM) y M.J. Saura (UPC) son miembros de la comisi¨®n negociadora del Estatuto de PDI por CC OO.
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