La financiaci¨®n del conocimiento
Se ha convertido ya en lugar com¨²n que el futuro pasa por invertir en conocimiento entendido en sentido amplio. Algo menos extendida est¨¢ la idea de que una econom¨ªa regional como la gallega, por su tama?o, debe concentrar sus esfuerzos en algunos vectores. No es posible ser l¨ªder nacional o internacional en todo. Por ¨²ltimo, poco a poco nos damos cuenta de que no existen "sectores maduros", existen "productos maduros". Quiere decir esto que puedes contar con una multinacional exitosa y de alta rentabilidad dedic¨¢ndote a vender ropa o comida. A cambio, claro est¨¢, de que seas capaz de incorporar en el producto suficientes dosis de conocimiento e innovaci¨®n.
Son las empresas las que innovan. Pero son las universidades y centros de investigaci¨®n los que proporcionan ideas y personal altamente cualificado. Sin duda, son la base para que un sistema de innovaci¨®n de un pa¨ªs funcione bien, lo que justifica una atenci¨®n diferencial y privilegiada. Necesitamos contar con buenas universidades para que el sistema funcione. Y las buenas universidades requieren recursos y organizaci¨®n. En ambos casos, no hay que pensar demasiado ni inventar mucho. La experiencia internacional muestra por d¨®nde deben ir las cosas.
No es dif¨ªcil que un club deportivo encuentre patrocinador; para una facultad es casi imposible
Necesitamos m¨¢s financiaci¨®n p¨²blica. La crisis fiscal est¨¢ siendo muy severa y ser¨ªa injusto no reconocer que la Xunta ha ajustado a la baja menos en este terreno que en otros. Pero seguimos lejos de los sistemas universitarios mejor financiados en Espa?a, no digamos ya en la Uni¨®n Europea.
Necesitamos m¨¢s financiaci¨®n privada. Fundamentalmente, a trav¨¦s de la prestaci¨®n de servicios a empresas y la propia Administraci¨®n. Pero tambi¨¦n mediante la f¨®rmula del mecenazgo. Es necesario que se revaloricen socialmente estos esfuerzos. No es muy dif¨ªcil que un club deportivo encuentre un patrocinador que est¨¦ dispuesto a poner encima de la mesa miles de euros cada a?o. Es casi imposible que haga lo propio con una facultad, un centro de investigaci¨®n o una universidad. No hablamos de imposibles. He ah¨ª la experiencia incipiente de Catalu?a, una muestra m¨¢s de la mayor madurez de su sociedad.
Necesitamos que el sistema universitario gallego mejore su articulaci¨®n. No es ning¨²n problema que existan siete campus. Lo malo es que existan duplicidades no razonables, que los campus no se especialicen y que no se coopere. En esto hemos ido avanzando algo en los ¨²ltimos a?os. Pero los discursos localistas y miopes emergen peri¨®dicamente para pedir absurdos. A¨²n hay quien cree que una universidad sin facultad de derecho y de medicina es de segunda. Hay que seguir cerrando las titulaciones duplicadas y con demanda m¨ªnima, para dedicar los recursos humanos y financieros a nuevos vectores que completen la oferta global del sistema universitario gallego.
Necesitamos que las universidades reasignen sus recursos. Esto es impopular y encaja mal con un igualitarismo mal entendido y que est¨¢ en la base de buena parte de nuestras dificultades para destacar y ser l¨ªderes en algunos campos. Es muy positivo que las universidades hayan abrazado proyectos colectivos ambiciosos y especializadores como Campus do mar o Campus vida. Pero es necesario que esa ambici¨®n internacionalizadora y de excelencia empape al conjunto del sistema. Hay que concentrar los recursos en apoyar los estudios de postgrado y los laboratorios con proyectos e ideas m¨¢s ambiciosos. Los que se desarrollan en ingl¨¦s, se integran en redes internacionales, pretenden atraer a profesores, alumnos y cient¨ªficos brillantes y trabajadores, los que se preocupan por tender puentes con empresas, los que publican en las mejores revistas, los que desarrollan patentes... En definitiva, los que intentan imitar lo mejor del modelo estadounidense, que por algo es el que encabeza las clasificaciones mundiales. Es ah¨ª donde debemos concentrar los recursos p¨²blicos adicionales y adonde hay que dirigir los mecenazgos.
Es evidente que lo anterior choca con la cultura del caf¨¦ para todos. Hay que romper con ella. Tambi¨¦n en esto, Catalu?a debe ser nuestra referencia dentro de Espa?a.
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