Guerra entre la basura por un negocio millonario

La Ley de Residuos puede parecer inocua, blanca, limpia, ambiental y t¨¦cnica. Sin embargo, la norma, aprobada el jueves en el Congreso, ha generado una guerra entre grupos de presi¨®n con pocos precedentes en el medio ambiente. A un lado, los partidarios de regresar en Espa?a al sistema de devoluci¨®n de alg¨²n tipo de envase para recuperar el recargo que se colocar¨¢ en el precio (la tradicional devoluci¨®n del casco que estuvo en vigor durante d¨¦cadas). Enfrente, los actuales sistemas de gesti¨®n de residuos. En medio, un bot¨ªn de unos 500 millones de euros al a?o que sale del consumidor sin apenas control, seg¨²n reconoce el Ministerio de Medio Ambiente. El resultado es una norma que no contenta a ninguno porque deja abierta la puerta a cobrar por los envases pero lo supedita a futuros estudios. La guerra no ha hecho m¨¢s que comenzar.

Solo un 15% de los residuos urbanos se separa correctamente

Teresa Ribera: "Sorprende la visceralidad de los ataques a la ley"

Pagar por latas y botellas supondr¨ªa un gran cambio en la vida cotidiana

Con ese sistema recoger una lata del suelo ser¨ªa como coger una moneda

Preocupa la opacidad de la actual gesti¨®n de los recipientes

Greenpeace: "Espa?a, de los que menos recicla y m¨¢s enga?a"

La secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico y Calidad Ambiental, Teresa Ribera, defiende que Espa?a tiene un problema serio con la basura: "De los 23 millones de toneladas de residuos urbanos solo hay un 15% correctamente separado. Los residuos crecen m¨¢s que el PIB y la poblaci¨®n, as¨ª que hay un margen important¨ªsimo para la mejora".

Ribera explica que le ha sorprendido "la visceralidad de los ataques" a la ley durante la tramitaci¨®n: "Un legislador responsable deb¨ªa incluir la posibilidad de establecer un sistema de dep¨®sito y retorno sin que eso signifique que se vaya a hacer sin consenso".

B¨¢sicamente el sistema consiste en imponer un recargo en los envases m¨¢s valiosos, como las latas de bebida (fabricadas con aluminio o acero). Al devolver las latas a una m¨¢quina que se encargar¨ªa de triturarlas el consumidor recuperar¨ªa ese recargo (25 c¨¦ntimos por lata es la cifra m¨¢s citada).

Con ese sistema, Alemania ha conseguido grandes cifras de recogida de estos envases, como defiende la Fundaci¨®n Retorna, un grupo con ecologistas como Greenpeace, Amigos de la Tierra o Ecologistas en Acci¨®n, pero tambi¨¦n Comisiones Obreras, la organizaci¨®n de consumidores CECU o empresas de residuos de Catalu?a. La fundaci¨®n no niega que cuenta con financiaci¨®n de Tomra, un fabricante noruego de m¨¢quinas para recoger estos envases.

Y aunque aplauden aspectos concretos de la ley, como el nuevo sistema de recuperaci¨®n de envases, la consideran insuficiente en otros aspectos. Para Retorna, las nuevas v¨ªas que se abren a empleos cualificados son una excelente noticia. Cifran los nuevos puestos de trabajo en 14.000. Pero CC OO califica la ley en su conjunto como "una oportunidad perdida" y el responsable de residuos de Greenpeace, Julio Barea, admite que le produce una sensaci¨®n "agridulce".

Los encargados de defenderlo han presentado estudios e incluso una encuesta a m¨¢s de 2.000 personas sobre c¨®mo los consumidores preferir¨ªan pagar m¨¢s si de verdad se reciclara. La aplicaci¨®n supondr¨ªa un gran cambio en la vida cotidiana de millones de personas, pero a la vez generar¨ªa un residuo de valor y f¨¢cilmente reciclable y desaparecer¨ªan de parques y calles latas y otros envases porque tendr¨ªan un valor. Recoger una lata del suelo ser¨ªa como recoger una moneda. Es lo que ha incentivado a los alemanes a convertirse en l¨ªderes europeos en la gesti¨®n de residuos: el 98% de los envases son recuperados con altos niveles de reutilizaci¨®n.

En contra, los actuales sistemas de gesti¨®n, Ecoembes, Ecovidrio, los fabricantes de latas, las patronales del peque?o comercio y las grandes superficies. Estos alegan que el sistema es muy caro, que les obligar¨ªa a destinar espacio a miles de m¨¢quinas, que perder¨ªan clientes, que el consumidor har¨¢ colas interminables ante las m¨¢quinas de envases y que los ciudadanos perder¨¢n dinero, porque por mucho que se recupere siempre habr¨¢ una fracci¨®n que no llegar¨¢ a la m¨¢quina. Adem¨¢s, sostienen que el dep¨®sito s¨®lo se aplicar¨¢ a envases f¨¢cilmente reciclables pero que suponen un porcentaje peque?o del total: "Reciclas las latas, pero te dejas fuera los otros envases que ahora tratamos y que son m¨¢s complicados y no son tan limpios como por ejemplolas de berberechos", explica Miguel Aballe, director de la Asociaci¨®n de Latas de Bebidas.

Los actuales gestores de residuos creen que todo es una campa?a lanzada para vender las 20.000 m¨¢quinas que habr¨ªa que implantar y que costar¨ªan, calcula, unos 400 millones de euros. "A este desembolso inicial habr¨ªa que sumar el coste anual de gesti¨®n del sistema, estimado en 570 millones de euros", se?alan FIAB -la patronal de la alimentaci¨®n y bebidas-, ACES, ANGED y ASEDAS, representantes de las cadenas de distribuci¨®n. "En la hip¨®tesis m¨¢s favorable de una tasa de retorno del 90% de envases, el incremento del reciclado ser¨ªa de s¨®lo 2 o 3 puntos" sobre el sistema actual, a?aden.

Ribera recuerda que el consumidor ya paga cuando compra un producto envasado por su reciclaje (aunque ese coste no figura en ninguna factura). Aunque entiende que los sistemas de gesti¨®n defiendan el sistema vigente, critica que acusen a Retorna de actuar de pantalla de los fabricantes de m¨¢quinas: "No se puede descalificar el dep¨®sito porque genera otra l¨ªnea de negocio alternativa". Ribera destaca que Espa?a ha hecho una gran inversi¨®n en el sistema de gesti¨®n actual y que no se puede cambiar sin consenso, pero que conviene analizar y estudiar el dep¨®sito. "Puede que incluso en el futuro les interese a los fabricantes de algunos envases", apunta. La norma impide, seg¨²n Ribera, que una comunidad aut¨®noma o un Ayuntamiento -que tienen trasferidas la competencia en esta materia- implante por su cuenta el retorno, algo que tem¨ªan los fabricantes. Catalu?a, por ejemplo, constituye un modelo a imitar para los ecologistas.

La pol¨¦mica destapa el gigantesco pastel del recicjale de envases, que el Ejecutivo cifra en unos 500 millones al a?o. Dinero que pagan los consumidores y que van a entes de gesti¨®n privados con escaso control p¨²blico. Un sistema similar ha acabado con la Fiscal¨ªa investigando un fraude masivo en el reciclaje de aparatos electr¨®nicos, con cientos de millones cobrados al consumidor por un reciclaje que no se realiza.

Adem¨¢s, queda clara la opacidad de la actual gesti¨®n. ?Cu¨¢nto cobran los productores? ?Cu¨¢ntos envases se reciclan en realidad? Ecoembes sit¨²a a Espa?a en el nivel exigido por Europa, pero los ecologistas han pedido a la UE que investigue las cifras porque no le cuadran los datos. Tanto el sindicato como los ecologistas lamentan que el Gobierno haya cedido a las presiones de los empresarios del sector y denuncian, en palabras de Barea, "las tremendas mentiras que nos est¨¢n contando". Barea est¨¢ convencido de que Ecoembes y Ecovidrio actuan como "monopolios" en la recogida de envases, y sus cifras de residuo "no son ciertas". "Espa?a es de los pa¨ªses de la UE que menos recicla y que m¨¢s enga?a. Hemos hecho numerosos estudios y todos concluyen en lo mismo: las cifras son falsas y la situaci¨®n requiere un fuerte golpe de tim¨®n que la ley no ha dado", afirma el representante de Greenpeace.

Ribera admite que "la transparencia es claramente mejorable" y explica que incluso al ministerio "le cuesta Dios y ayuda conocer los datos" de los sistemas de gesti¨®n, Ayuntamientos y comunidades: "Es muy dif¨ªcil saber cu¨¢nto se est¨¢ reciclando", concede la secretaria de Estado, que destaca que la ley mejora las obligaciones de transparencia. Diferencias aparte, la nueva ley entierra la cultura del usar y tirar, propio de los tiempos de bonanza.