Murdoch entre nosotros
Qu¨¦ alivio produce sentirnos ajenos a los problemas. Por ejemplo, a los que envenenan las relaciones poder-medios de comunicaci¨®n en el Reino Unido, detectados a partir de las escuchas telef¨®nicas delictivas utilizadas durante a?os por los peri¨®dicos de Ruphert Murdoch como el News of the World. Por eso aqu¨ª a la gripe se la llamaba asi¨¢tica y los censores franquistas cuando correg¨ªan los guiones cinematogr¨¢ficos suger¨ªan que las prostitutas fueran francesas. Pero los abusos son una tendencia inscrita en el ADN de los poderosos insaciables y de ah¨ª que las actitudes de los magnates, a la manera de Murdoch o Berlusconi y de los periodistas de sus respectivas cuadras, se dan tambi¨¦n entre nosotros. Estamos en un momento auroral en que se han fundido los blindajes y las v¨ªctimas amedrentadas tanto tiempo han roto las cadenas del chantaje. Otra cuesti¨®n es que los abusos clamorosos solo hayan sido factibles con la ayuda de cooperadores necesarios, entre los que figuran mercenarios de Scotland Yard como ha quedado de manifiesto.
Montanelli nos advert¨ªa de la necesidad de desconfiar de los periodistas s¨²bitamente enriquecidos
Llegados aqu¨ª se impone un primer reconocimiento al diario brit¨¢nico The Guardian, que llevaba m¨¢s de dos a?os denunciando las barbaries de NoW sin obtener de la polic¨ªa m¨¢s que advertencias disuasorias en aras de que desistiera. Para ello vienen como de molde los versos de Kavafis "Honor a aquellos que en sus vidas/ custodian y defienden las Term¨®pilas./ Sin apartarse nunca del deber/ diciendo siempre la verdad,/ m¨¢s sin guardar rencor a los que mienten.../ Y m¨¢s honor a¨²n les es debido/ a quienes prev¨¦n (y muchos lo prev¨¦n)/ que Efialtes aparecer¨¢ finalmente/ y pasar¨¢n los persas". Porque frente al principio del envilecimiento colectivo de los periodistas, resumido en el lema de perro no come perro, los colegas de The Guardian han llevado adelante su investigaci¨®n sin atender a la desproporci¨®n de fuerzas.
Todos conoc¨ªan las maneras suasorias de Ruphert Murdoch. Generaban p¨¢nico y sumisi¨®n. Adem¨¢s, el sistema del revolving doors entre el poder pol¨ªtico y las redacciones de los medios de comunicaci¨®n funcionaba sin problemas. A nuestra escala lo hemos visto en casos de diferente coloraci¨®n y con Gobiernos distintos. Cuesti¨®n de detalle o de escr¨²pulo. Porque si bien a quien pasa por el poder se le a?ade una aureola distintiva, adquiere tambi¨¦n algunas contraindicaciones, a tenor de las cuales deber¨ªa estar indisponible para seg¨²n qu¨¦ empleos contiguos. Una consideraci¨®n sin duda aplicable a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presidente honorario del Partido Popular y de la Fundaci¨®n FAES, suministradora principal de ideas y referencias morales para esa formaci¨®n. Est¨¢ por ver si, en esta hora dif¨ªcil del amigo Murdoch nuestro Aznar optar¨¢ por hacer honor a los 157.000 euros anuales que recibe como consejero de News Corporation y proceder¨¢, sin complejos, a romper su silencio en The Wall Street Journal a la espera de su columna de Espa?a como problema.
Volvamos a la cuesti¨®n de la canallesca. "Queremos mentiras nuevas" rezaba la pancarta dibujada en una vi?eta de El Roto un primero de enero. Esa es la din¨¢mica que mueve a los tabloides de la prensa amarilla. Aqu¨ª en nuestro pa¨ªs carecemos de prensa que haya izado bandera amarilla pero la consecuencia ha sido que el conjunto de la prensa espa?ola amarillee, mientras se confunden los l¨ªmites que deber¨ªan diferenciarla. Observemos que la sucesi¨®n acelerada de est¨ªmulos noticiosos fragmentarios produce en el profesional del periodismo un estado de anestesia que embota su capacidad de percepci¨®n y por ende tambi¨¦n la de los medios de comunicaci¨®n. Recordemos que la relaci¨®n entre los est¨ªmulos sensoriales y las sensaciones que causan es tal que los primeros deben crecer en progresi¨®n aritm¨¦tica para que las segundas lo hagan en progresi¨®n geom¨¦trica, conforme establece la Ley de Weber y Fechner. De ah¨ª que los medios sensacionalistas se vean obligados a incrementar de modo logar¨ªtmico la dosis de esc¨¢ndalo si quieren seguir capturando la atenci¨®n de sus envilecidas audiencias.
As¨ª que sin prensa amarilla pero amarilleando, aqu¨ª nos vamos viendo arrastrados a la polarizaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n, que contagia y se ha contagiado de las actitudes de antagonismo cainita, m¨¢s o menos asilvestrado, del arco¨ªris pol¨ªtico. La bendici¨®n de la cadena FOX de Murdoch sobre Estados Unidos est¨¢ dividiendo en dos hemisferios irreconciliables la opini¨®n p¨²blica americana, mientras ha hecho super millonarias a las estrellas medi¨¢ticas afiladas al totalitarismo liberal del que habla Tzvetan Todorov. Claro que mucho antes Indro Montanelli nos advert¨ªa de la necesidad de desconfiar de los periodistas s¨²bitamente enriquecidos. Atentos.
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