Los motivos de Adonis
La bloguera cubana, premio Ortega y Gasset 2008, analiza la tragedia del joven muerto en el tren de aterrizaje de un avi¨®n
Adonis G. B. lleg¨® al mundo cuando empezaba a descomponerse el sistema socialista en Europa del Este. Pas¨® su infancia en medio de las privaciones de los momentos m¨¢s cr¨ªticos de eso que en Cuba hemos llamado el Periodo Especial. Quiz¨¢s llev¨® con orgullo su pa?oleta de pionero o su voz era la m¨¢s alta cuando gritaban la consigna de "?Seremos como el Che!".
Podemos adivinar su adolescencia, estrenando los m¨¦todos educativos propios de la ense?anza a trav¨¦s de la televisi¨®n. Tambi¨¦n desde que tuvo la oportunidad de tener algo de dinero lo hizo bajo la confusi¨®n que provoca la dualidad monetaria, y un buen d¨ªa, cuando ya empezaba a afeitarse, descubri¨® frente al espejo a un hombre sin expectativas.
Los medios oficiales de las isla no han dicho ni una palabra de su muerte
No se trata ahora de sacarle una tajada pol¨ªtica a la decisi¨®n tomada por el joven Adonis de emprender un viaje como poliz¨®n en el tren de aterrizaje de un avi¨®n DC-8 de Iberia, sino de encontrar las causas que lo empujaron a morir as¨ª. Lo cierto es que los medios oficiales de la isla no han dicho ni una palabra de su muerte, paralizados tal vez ante el grado de angustia popular que ella muestra. No obstante el secretismo institucional, la noticia circula por todos lados y una pregunta aflora nada m¨¢s conocerla: ?acaso era insostenible la situaci¨®n de este joven en Cuba? ?Ten¨ªa un motivo adicional, como sentirse perseguido con peligro o impulsado a pasar al otro lado del oc¨¦ano para encontrarse con alguien? De momento nadie lo sabe. Lo cierto es que no pudo emprender su plan sin antes haberlo planificado, porque si algo est¨¢ bien protegido en esta isla son las fronteras aeroportuarias.
Dif¨ªcil no pensar -una y otra vez- en su sufrimiento dentro del estrecho espacio que comparti¨® con las ruedas del avi¨®n. Los dolores de sus huesos fracturados por el implacable mecanismo pocos segundos despu¨¦s del despegue, el p¨¢nico del encierro, la rabia al comprender el fracaso de su intento, el inesperado fr¨ªo que termin¨® mat¨¢ndolo. Nadie sabr¨¢ nunca si tuvo ocasi¨®n para el arrepentimiento.
Tampoco conocemos la gravedad de sus problemas, lo que s¨ª podemos intuir es que no encontr¨® a mano soluci¨®n alguna para ponerles fin. Adonis lleg¨® a la conclusi¨®n de que deb¨ªa abandonar el pa¨ªs. Pero no ten¨ªa un abuelo espa?ol que le permitiera cambiar de nacionalidad; nadie en el mundo le tramitar¨ªa una carta de invitaci¨®n; ninguna Embajada le otorgar¨ªa una visa, porque su condici¨®n de posible emigrante seguramente se le sal¨ªa por los poros. Ni siquiera era un deportista de alto rendimiento o un m¨²sico con talento para poder viajar y desertar. Carec¨ªa de contacto con los traficantes de personas que frecuentemente atraviesan el estrecho de la Florida y no ten¨ªa ni la m¨¢s m¨ªnima idea de que iba a cometer una locura.
No hay term¨®metro que mida el desespero humano y cada cual tiene su propio umbral de resistencia. Este joven cubano cuyo cuerpo apareci¨® colgando en una extra?a posici¨®n en el aeropuerto de Barajas, tuvo dos oportunidades de participar en las elecciones, sin saber nunca c¨®mo pensaban los candidatos que elegir¨ªa. Asist¨ªa todav¨ªa a la escuela primaria cuando se realiz¨® el quinto congreso del Partido Comunista y debi¨® esperar 14 a?os m¨¢s para que la pr¨®xima cita partidista anunciara algunos cambios. Probablemente no ten¨ªa una profesi¨®n con futuro ni recursos para iniciarse en los vericuetos del trabajo por cuenta propia. Un techo propio ser¨ªa, adem¨¢s, a sus cortos a?os, un imposible.
Adonis no pudo esperar. Si se hubiera quedado en su pa¨ªs estar¨ªa con vida, pensando en una mejor manera de escapar de aqu¨ª.
Yoani S¨¢nchez (La Habana, 1975), autora del blog Generaci¨®n Y, recibi¨® el Premio Ortega y Gasset de Periodismo 2008 en la categor¨ªa de Periodismo Digital.
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