Tradiciones sin conservantes
Las mujeres de Pacios recuperan la elaboraci¨®n artesanal de alimentos y tejidos
Bajaba descalza por caminos de tierra desde Carballo hasta Begonte los 15 de cada mes para vender en el mercado de Pacios los productos recogidos del campo y alg¨²n gorrino. Eran los a?os cuarenta y Carmen Grandiu no contaba m¨¢s de 10 a?os. Hoy, a sus 73, recuerda lo feliz que era al poder ir a la feria donde se reun¨ªan agricultores y ganaderos de distintos puntos de Lugo y donde una vez al a?o sus padres pod¨ªan comprarle unos zuecos. Un mercado que dej¨® de celebrarse debido a los altos impuestos y que este a?o, gracias a la Asociaci¨®n Cultural Casti?eiro Milenario, recupera la tradici¨®n de los oficios antiguos, propios de las casas, realizados por mujeres rurales para satisfacci¨®n de sus mayores, que vuelven a recordar su vida de tiempos pasados. "Queremos que las tradiciones no se pierdan, el contacto con la tierra, que no se pierdan los procesos, nuestros or¨ªgenes, la identidad como pueblo", afirma Nuria Felpeto, socia de la Asociaci¨®n Casti?eiro Milenario.
"Por moler 14 kilos de trigo pago dos kilos de harina al molinero", dice D¨ªaz
Las semillas de la planta del lino son ricas en calcio y omega 3
Mujeres de Begonte y San Bartolomeu de Insua se reunieron en la feria de Pacios, que se celebr¨® el pasado fin de semana, para mostrar a ni?os y mayores la elaboraci¨®n de estos productos que a¨²n realizan en sus hogares. Un proceso heredado de generaciones anteriores y que hoy, orgullosas ense?an a sus hijas. "Mi hija trabaja fuera y cuando viene los fines de semana me ayuda a preparar queso", comenta Antonia L¨®pez Carreira, quien presume de la leche de sus vacas rubias, la mejor para hacer el queso fresco porque tiene un gran contenido en grasa. Una receta que no le lleva m¨¢s de 20 minutos y cuya cantidad de ingredientes, queso, cuajo y sal, mide a ojo. "La leche tengo que calentarla y para saber si est¨¢ en su punto me echo un poco en el brazo", dice Carreira. Su secreto para escurrir el suero es introducir la mezcla en una tela de fibra porque "es m¨¢s higi¨¦nico". Muy poca gente se atreve a hacer este producto l¨¢cteo en sus viviendas ya que cuesta mucho conservarlo, aunque Antonia L¨®pez Carreira afirma que merece la pena por su sabor natural.
Sin levadura. Agua, harina y sal son los ¨²nicos ingredientes que utiliza Jesusa D¨ªaz para elaborar un pan esponjoso y sabroso, quien se muestra contraria a comprar productos manufacturados con conservantes artificiales. Hasta la materia prima, el trigo, lo recoge D¨ªaz de sus campos. "Llevo el trigo al molino del pueblo y por moler 14 kilos entrego dos kilos de harina al molinero", dice D¨ªaz. La mezcla crece por el formento -trozo de masa del d¨ªa anterior- y tras dos horas de amasar a mano, -"ahora tengo una m¨¢quina amasadora el¨¦ctrica que alivia el trabajo"-, se introduce en una artesa de madera para mantener el calor hasta que dobla su volumen. El proceso termina tras dos horas de cocci¨®n en un horno de le?a. "La hogaza artesanal es mucho m¨¢s jugosa que la industrial y dura ocho d¨ªas fresca", dice D¨ªaz, cuya nieta de tres a?os solo quiere comer su pan y quien la primera vez que vio a Jesusa D¨ªaz elaborar la masa dijo incr¨¦dula: "?T¨² crees que de ah¨ª va a salir pan? Yo creo que es imposible".
El jab¨®n es otro quehacer cotidiano que se sigue elaborando en algunos hogares, aunque en menor medida, ya que el tratamiento dura cuatro d¨ªas. Con un palo de madera se remueve agua, sosa c¨¢ustica, aceite, un pu?ado de sal y harina, con cuidado de no inhalar los vapores que desprende la sosa por su toxicidad. Se retira la amalgama a un caj¨®n de madera y cuando se endurece se corta en trozos.
El textil tambi¨¦n tiene cabida en la recreaci¨®n de oficios de anta?o. La secretaria de la asociaci¨®n de mujeres de Insua, Lourdes Otero Mata, lucha contra el olvido de esta trabajo ancestral, "Nos vestimos con pl¨¢sticos y petr¨®leo que provocan alergias. No hay nada m¨¢s natural que el lino que no da ni fr¨ªo ni calor y, adem¨¢s, es respetuoso con el ecosistema", declara Mata, que conf¨ªa en dedicarse de forma profesional a esta labor. El ¨²nico cuidado que requerir¨¢ el lino durante su crecimiento es mondar o quitar las malas hierbas que las mujeres ejecutan arrodilladas en el suelo. En julio se efect¨²a la recogida y a partir de ah¨ª tocar¨¢ ripar, engalanar y secar, o dicho de otra forma, separar las semillas de la planta -ricas en omega 3 y calcio que se emplean como alimento para ganado- y sumergirlo en el r¨ªo durante nueve d¨ªas para luego secarlos en el campo hasta la tasca -fiesta de octubre- de donde se extraer¨¢ el hilo que ti?en hervidos en agua con ortigas, xesta, c¨¢scara de sanguino o helecho. La devanadera es la encargada de hacer los ovillos, 24 de los cuales terminar¨¢n en una caja formando un cadillo, que era la medida utilizada por las abuelas.
El empe?o de las mujeres rurales de Insua y Pacios hace que no mueran estos oficios artesanales que fueron el sustento de muchas familias siglos atr¨¢s.
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