Siete pa¨ªses exigieron que la banca participara en el rescate
Berl¨ªn logr¨® apoyos para vencer la resistencia del BCE
El pasado 21, el d¨ªa de la Fiesta Nacional de B¨¦lgica (quiz¨¢ una de las ¨²ltimas que celebra el pa¨ªs), los carros de combate se preparaban para el desfile en los aleda?os del Justus Lipsius, la sede del Consejo Europeo. En el interior del edificio se libraba ese mismo d¨ªa otra batalla sin armas pero de la mayor trascendencia pol¨ªtica y econ¨®mica. Los 17 l¨ªderes del euro forcejeaban para salvar el euro. La crisis griega que hab¨ªa estallado un a?o y medio, tras contagiar a Portugal e Irlanda, amenazaba ahora a dos pesos pesados de la zona euro: Italia y Espa?a son, respectivamente, la tercera y cuarta econom¨ªas del area en la que rige la moneda ¨²nica.
El pulso principal se centraba en la contribuci¨®n de los bancos en el rescate de Grecia que tras el acuerdo finalmente alcanzado deber¨¢n aportar unos 50.000 millones hasta finales de 2014. Las posiciones eran muy firmes porque Alemania, la econom¨ªa m¨¢s potente de la zona euro, no estaba dispuesta a abandonar sus exigencias de que esta vez la banca deb¨ªa pagar tambi¨¦n y no s¨®lo los contribuyentes. "Berl¨ªn contaba con el apoyo de seis Estados, que exig¨ªan como condici¨®n sine qua non la contribuci¨®n de la banca para apoyar el segundo rescate a Grecia" explica uno de los participantes en la reuni¨®n. "Y no estaba dispuesto abandonar" a?ade. El segundo rescate a Grecia, que implicar¨¢ otros 109.000 millones de ayudas p¨²blicas se hab¨ªa convertido es determinante para estabilizar el euro.
La canciller alemana, ?ngela Merkel, se sent¨ªa fuerte porque contaba con el incondicional apoyo de Holanda y el soporte tambi¨¦n firme de Finlandia, Austria y tres pa¨ªses reci¨¦n incorporados. En frente estaba Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, (BCE), respaldado por el pleno del consejo del BCE y el soporte de Espa?a e Italia, que se opon¨ªa a una participaci¨®n de la banca que pudiera ser interpretada como un default selectivo (una suspensi¨®n de pagos parcial). Trichet tem¨ªa que una soluci¨®n de este tipo para Grecia fuese exigida en el futuro para otros pa¨ªses poniendo en riesgo a toda la zona euro.
La noche antes de la reuni¨®n del Consejo, Merkel y el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy, mantuvieron una intensa reuni¨®n de siete horas en las que particip¨® temporalmente Trichet y a trav¨¦s del tel¨¦fono el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
En este encuentro se alcanz¨® un acuerdo de base. Trichet acept¨® que los bancos acreedores contribuyeran al rescate tras obtener el compromiso de que la UE pondr¨ªa 35.000 millones como garant¨ªa para que los bancos griegos pudieran seguir recibiendo liquidez del BCE, incluso en el supuesto de que se declara la suspensi¨®n de pagos temporal de los bonos griegos. Tambi¨¦n arranc¨® el compromiso de los l¨ªderes de que esta soluci¨®n "ser¨ªa excepcional y ¨²nica", como establece la declaraci¨®n.
Pero este acuerdo de principios hab¨ªa que formalizarlo en el Consejo de los pa¨ªses del euro en una coyuntura en la que Holanda, Finlandia y otros pa¨ªses hab¨ªan ido radicalizado sus posiciones. Y hab¨ªa que convencer a Espa?a e Italia. La realidad es que la discusi¨®n por la contribuci¨®n de los bancos ven¨ªa eterniz¨¢ndose desde hac¨ªa tres meses, una dilaci¨®n que hab¨ªa causado una gran incertidumbre y disparado las primas de riesgo de los bonos espa?oles e italianos.
En la reuni¨®n se palpaba una cierta "sensaci¨®n de culpabilidad", por haber dejado ir las cosas demasiado lejos debido a la incapacidad en tomar decisiones. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso manifest¨® ante los l¨ªderes su convicci¨®n de que "se deb¨ªa haber actuado antes". Trichet expres¨® un sentimiento similar, acompa?¨¢ndose de varios gr¨¢ficos, explicando c¨®mo las manifestaciones puntuales a favor de que los bancos pagaran hab¨ªan ido agravando la prima de riesgo de varios pa¨ªses, especialmente de Espa?a e Italia. Y Sarkozy reconoci¨® que se debi¨® haber ido "m¨¢s r¨¢pido" en la toma de decisiones.
Pero quien fue m¨¢s lejos en expresar este sentimiento fue el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. "Deber¨ªamos hacernos una autocr¨ªtica colectiva", por la tardanza en la toma de decisiones, dijo el presidente espa?ol, seg¨²n un alto funcionario europeo.
En el clima de dificultades existentes para precisar el alcance de los acuerdos, Zapatero exigi¨® despu¨¦s de un receso que se incluyeran las principales cifras del rescate para que los mercados pudieran hacer una valoraci¨®n m¨¢s ajustada del alcance del acuerdo. Lo cierto es que el primer borrador de conclusiones no inclu¨ªa estas cifras aunque s¨ª grandilocuentes manifestaciones como que la propuesta de que "los fondos estructurales (para Grecia) deber¨ªan ser readjudicados bajo un Plan Marshall Europeo para la competitividad y el Crecimiento".
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