El sirimiri de Jackson Browne
El autor de 'Stay' triunfa bajo la lluvia en el Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n
La cuarta jornada del Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n result¨® un tanto parad¨®jica. Era el turno del sonido de la costa oeste de Estados Unidos, de la c¨¢lida Los ?ngeles, y sin embargo lo que ten¨ªa que ser una noche de verano se convirti¨® en una de invierno con viento y lluvia que oblig¨® a los donostiarras a volver a casa a por las cazadoras.
Tal fue el disparate meteorol¨®gico que Dawes, la banda de California, estuvo a punto de suspender su concierto en la playa de la Zurriola por un viento racheado acompa?ado de copiosa lluvia. De hecho, a cinco minutos de su actuaci¨®n, el n¨²mero de personas que esperaban por su primer concierto en Espa?a no pasaba de las 20. Sin embargo, los cuatro miembros del grupo comenzaron puntuales y con un sonido perfecto un concierto en el que tocaron, fundamentalmente, temas de su segundo disco Nothing is wrong.
La banda Dawes sedujo al p¨²blico a la manera del flautista de Hamelin
Fue curioso: el p¨²blico deb¨ªa de estar agazapado a resguardo de la lluvia en las cercanas carpas de las terrazas del Kursaal pues cuanto m¨¢s demostraban los m¨²sicos ser herederos de Crosby, Stills, Nash y Young, m¨¢s ponchos y paraguas aparec¨ªan sobre la arena. Y es que Dawes han apostado sin concesiones por el sonido vintage que recuerda a otras grandes formaciones americanas cl¨¢sicas de folk rock. Taylor Goldsmith (guitarra y cantante) y su hermano Griffin (bater¨ªa y coros) llevaron a cabo preciosas armon¨ªas vocales que, como si fueran el flautista de Hamelin, atrajeron a un p¨²blico que termin¨® entregado a la calidad de la banda.
Dawes recalaban en Espa?a como acompa?antes de Jackson Browne en sus conciertos que han incluido una minigira por Espa?a (Avil¨¦s, San Sebasti¨¢n y Barcelona). En su paso por la capital donostiarra ofrecieron un intenso concierto en solitario durante m¨¢s de hora y media antes de volver al escenario con Browne. Dice este que a Dawes los conoci¨® en un concierto ben¨¦fico mientras que a Jonathan Wilson (productor de la banda) lo contact¨® en un estudio en el que grababa su disco Gentle Spirit. Fue en la m¨ªtica sala Troubadour de Los ?ngeles donde en los sesenta Browne comparti¨® escenario con gigantes como James Taylor, Joni Mitchell y Glenn Frey, donde el joven productor y el cantautor que ahora tiene 62 a?os forjaron la idea de estos conciertos por Espa?a. Dawes y Wilson fueron los encargados de insuflar aire fresco a las ya cl¨¢sicas composiciones de Browne y cuando sonaron ¨¦xitos como The pretender, Take it easy o Running on empty, el m¨²sico nacido en Alemania miraba a sus pupilos con esa cara que se les pone a los padres orgullosos de ver a sus hijos rayando el virtuosismo.
Dado que segu¨ªa lloviendo durante la actuaci¨®n de Browne, el m¨²sico, que desde los tres a?os vive en California, dijo que iba a encargar para la noche un c¨¢lido atardecer donde la brisa batir¨ªa las ramas de los ¨¢rboles. Fue entonces cuando encaden¨® The Load Out con Stay, un canto sobre el abandono que siente el p¨²blico cuando el m¨²sico termina el concierto y se va a otra ciudad y el tema del sufrimiento del artista en la carretera tan del gusto de los cantautores estadounidenses. Para calentar el ambiente y aprovechando que la Zurriola es una playa surfera, interpretaron The hula hula boys, ese tema de Warren Zevon en el que los chicos de Maui (Hawai) terminan llev¨¢ndose a las chicas a la playa.
Browne pidi¨® a la organizaci¨®n del festival tocar durante dos horas pese al d¨ªa de perros que hac¨ªa en San Sebasti¨¢n y as¨ª lo hizo cerrando de una forma maravillosa el ciclo de conciertos gratuitos en la Zurriola que ha acogido el rey del blues B. B. King, la rumba congole?a de Staff Benda Bilili, la txalaparta ska de Crystal Fighters, la electr¨®nica elegante de Cut Copy y el pop de Vivian Girls y Dean Wareham.
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