Aire embotellado
Tan fino y sutil es el aire de Madrid que si no fuera por los miasmas que contiene no ser¨ªa respirable. Esta peregrina tesis que compart¨ªan eminentes f¨ªsicos y m¨¦dicos de la cortesana villa hasta hace unos pocos siglos para desconcierto y rechifla de eminentes y cultos visitantes extranjeros, sigue vigente en algunos caletres privilegiados como el de nuestra concejal del demediado Medio Ambiente y consejera consorte del ogro Murdoch, Ana Botella, gaviota reidora del Manzanares que no respira habitualmente el mismo aire que la mayor¨ªa de sus conciudadanos durante mucho tiempo porque prefiere el aire acondicionado de su despacho y el climatizado de su coche oficial del que no suele apearse. El aire de Madrid es tan sutil que mata a un hombre y no apaga un candil, Ana lo sabe y por eso procura evitar una excesiva exposici¨®n al aire libre y contaminado que mortifica y enferma a las ciudadanas y ciudadanos que se empe?an, acaparadores ellos, en respirar de forma incontrolada y salvaje en algunas zonas de la urbe. Por su bien, la concejal cambi¨® de sitio las estaciones de medici¨®n de gases m¨¢s flatulentas. Si quieren aire puro respiren en el Retiro como los indignados o pasen las horas en los bares en los que la prohibici¨®n de fumar ha despejado la atm¨®sfera por decreto.
Ana Botella no ve la 'boina' desde su despacho o por el cristal del coche oficial del que no suele apearse
Ana Botella, no ve la boina, el sucio casquete de aire impuro que deposita su caspa sobre la ciudad, ni la ve ni cree en ella; tal vez a trav¨¦s del cristal tintado de su coche por el que mira c¨®mo pasa la vida por este mundo traidor, los colores mutan y el gris holl¨ªn se torna en rosa ilusionado. La situaci¨®n es alarmante pero no preocupante, o como dice la fant¨¢stica Anita, "el aire nunca estuvo mejor", pese a que hay m¨¢s contaminaci¨®n que en 2010. Que trabajen duro los ex¨¦getas y los apologetas para interpretar el or¨¢culo de la Botella, qu¨¦ ser¨ªa de Madrid sin sus miasmas, gracias a ellas "la calidad del aire es la mejor de toda la historia de la ciudad"; ni los pobladores neol¨ªticos de las orillas del Manzanares gozaron de una atm¨®sfera tan privilegiada. Y es que en el aire de Madrid "hay muchos otros componentes adem¨¢s del di¨®xido de nitr¨®geno", nos recuerda la p¨ªcara concejala, incluso se registra la presencia de ox¨ªgeno en bajas concentraciones.
Al¨¢rmense, pero no se preocupen: "Hasta ahora no existe un estudio cient¨ªfico que relacione la salud con la contaminaci¨®n en la ciudad de Madrid", y si existiera ella no se tomar¨ªa la molestia de leerlo para no abrumarnos con m¨¢s preocupaciones. Adem¨¢s, los estudios cient¨ªficos est¨¢n sobrevalorados, como el comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, em¨¦rito aguafiestas que dijo hace unos d¨ªas que en Europa se registran anualmente "500.000 muertes prematuras asociadas a la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica". Eso ser¨¢ en Polonia, o en donde quiera que est¨¦ su casa, se?or Potocnik, en Madrid la gente no se muere de esas bober¨ªas y mucho menos prematuramente. En Madrid la gente se muere cuando le toca y de lo que le toca, pues esos son asuntos que aqu¨ª solemos dejar en manos del negociado de la Divina Providencia. ?Contaminaci¨®n? Haberla hayla, pero la concejala no cree en ella porque la concejala es creyente y sabe que Dios aprieta pero no asfixia del todo.
El aire de Madrid es rico en di¨®xido de nitr¨®geno, cinco microgramos por encima de los l¨ªmites permitidos por la Uni¨®n Europea. Cinco microgramos de nada, y por esa irrisoria cantidad hay quien quiere montar un esc¨¢ndalo. Respiren hondo pero con moderaci¨®n, se trata de no abusar inspirando y espirando con ansia y en cualquier parte.
Los niveles de contaminaci¨®n registrados en Madrid en 2010 obligan a pedir una moratoria para cumplir con las directivas comunitarias. A¨²n no se ha pedido porque las mediciones se refieren al primer semestre del a?o y todav¨ªa nos quedan seis meses para que la cosa mejore. Si todos nos esforzamos m¨¢s y respiramos menos a lo mejor no hay que andar pidiendo favores y moratorias a esas instituciones europeas que no entender¨¢n nunca nuestras peculiaridades y singularidades, la excepcional idiosincrasia madrile?a, el papel regulador que ejercen nuestros miasmas para que la atm¨®sfera urbana si no salut¨ªfera al menos sea respirable, a¨²n queda ox¨ªgeno en la botella y Botella para rato. Hay que encargar un estudio serio a la FAES, nada excesivamente cient¨ªfico, para que nos d¨¦ un respiro.
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