El accidente de tren mina la confianza en los l¨ªderes chinos
El suceso dispara la indignaci¨®n popular por el secretismo de Pek¨ªn
El grave choque de trenes de alta velocidad ocurrido el pasado 23 de julio en la provincia costera de Zhejiang ha desencadenado una crisis de confianza de la opini¨®n p¨²blica china en sus l¨ªderes como no lo han hecho otros accidentes previos incluso con m¨¢s v¨ªctimas mortales. El primer ministro, Wen Jiabao, se vio obligado a acudir el jueves pasado al lugar del desastre para mostrar la simpat¨ªa del Gobierno con los afectados e intentar desactivar el estallido de indignaci¨®n que ha provocado entre los familiares de las v¨ªctimas e internautas lo que consideran intentos de las autoridades ferroviarias de ocultar el n¨²mero real de fallecidos y las causas del accidente. La presi¨®n popular ha roto en cierta medida el tradicional secretismo oficial chino y la costumbre de no rendir cuentas.
El Partido Comunista prohibi¨® a los medios que investigaran
Un total de 40 personas murieron y m¨¢s de 190 resultaron heridas, seg¨²n el ¨²ltimo balance oficial, despu¨¦s de que un convoy de alta velocidad chocara por detr¨¢s con otro que se hab¨ªa quedado detenido en un viaducto al perder el suministro el¨¦ctrico a causa de un rayo. Seis coches descarrilaron y cuatro de ellos cayeron m¨¢s de 20 metros desde la v¨ªa elevada.
En China, se producen todos los a?os numerosos accidentes industriales, explosiones en minas y choques de autobuses, entre otros. Pero la ira que ha provocado el reciente desastre no tiene precedentes. Ha mostrado que el progreso y el crecimiento econ¨®mico que ha experimentado el pa¨ªs asi¨¢tico en las ¨²ltimas d¨¦cadas no han vacunado a los dirigentes contra la desconfianza popular, que ha aumentado debido a la corrupci¨®n y las desigualdades sociales. Sobre todo, porque Internet ha permitido a la gente acceder a informaci¨®n que antes solo era distribuida, previamente censurada, por los medios de comunicaci¨®n oficiales.
No es la primera vez que el Gobierno -siempre obsesionado por la estabilidad- es acusado de secretismo. En 2003, ocult¨® durante semanas la epidemia de SARS (siglas inglesas de s¨ªndrome respiratorio agudo y grave), y en 2008 mantuvo en secreto la intoxicaci¨®n de cerca de 300.000 ni?os por leche contaminada con melamina, temeroso del efecto que pod¨ªa tener sobre los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. La llegada desde entonces de los microblogs (servicios de mensajes cortos) ha hecho m¨¢s dif¨ªcil esta pr¨¢ctica. Los internautas intercambian noticias y denuncian abusos que, de otra forma, nunca llegar¨ªan a la opini¨®n p¨²blica. Pero tambi¨¦n consumen rumores, a los que dan m¨¢s credibilidad que a las declaraciones de unos l¨ªderes de los que se sienten lejanos.
En el caso del accidente en Zhejiang, han criticado duramente la gesti¨®n de la cat¨¢strofe y han denunciado que las autoridades mostraron m¨¢s inter¨¦s en restablecer el servicio ferroviario que en atender a las v¨ªctimas, y enterraron inicialmente los vagones accidentados para borrar evidencias. Los responsables dicen que lo hicieron para facilitar las labores de salvamento.
Los blogueros se quejan tambi¨¦n de que el desarrollo de la red de alta velocidad, que se ha visto plagado de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, ha sido demasiado r¨¢pido, a expensas de la seguridad. Algunos medios se han sumado a las cr¨ªticas. China "necesita desarrollo, pero no necesita un PIB [producto interior bruto] manchado de sangre (...). No debemos perseguir ¨²nicamente la velocidad o sacrificar vidas por dinero", dice una tribuna del Diario del Pueblo, ¨®rgano oficial del Partido Comunista Chino (PCCh).
Miles de blogueros ponen en duda las cifras oficiales de v¨ªctimas. "No ver¨¦ ninguna cadena de noticias china. Son un grupo de vasallos de la dictadura. No les importa su gente. Prestan mucha atenci¨®n y dan el n¨²mero exacto de muertos en [el reciente atentado en] Noruega y [las inundaciones] en Corea del Sur. Pero, ?qu¨¦ pasa con los del 23 de julio? Supongo que ser¨¢ un misterio para siempre", escribe un internauta, bajo el nombre Hui Tao 2011, en Sina Weibo, el microblog m¨¢s popular e influyente de China.
El enojo y la desconfianza populares crecieron despu¨¦s de que trascendiera que el departamento de propaganda del PCCh hab¨ªa prohibido a los medios chinos que investigaran el accidente. D¨ªas despu¨¦s, en su visita a Zhejiang, Wen Jiabao prometi¨® una investigaci¨®n "abierta y transparente" y dijo que los responsables ser¨¢n "duramente castigados".
La indignaci¨®n no ha llegado a un nivel que pueda suponer una amenaza para el PCCh, pero ha servido de aviso a los gobernantes. China celebrar¨¢ a finales del a?o que viene el XVIII congreso del PCCh, en el que se producir¨¢ una importante transici¨®n de l¨ªderes, y la ira provocada por la cat¨¢strofe ha mostrado hasta qu¨¦ punto la desconfianza popular podr¨ªa suponer una amenaza para el guion pol¨ªtico establecido.
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