Egipto juzga a Mubarak por asesinato

"?Qu¨¦ tiene que decir sobre los cargos que se le imputan?", inquiri¨® el juez. Hosni Mubarak tom¨® el micr¨®fono de manos de su hijo Gamal y declar¨®: "Niego completamente esas acusaciones". Era el principio de un fin que a¨²n se antoja lejano, justo al comienzo de un proceso judicial hist¨®rico y observado con enorme atenci¨®n por decenas de millones de personas. El ¨²ltimo fara¨®n, el rais egipcio que gobern¨® durante casi 30 a?os y que fue depuesto por una revuelta popular en los 18 d¨ªas que siguieron al 25 de enero, compareci¨® ayer ante los que van a juzgar su reinado. Los mismos que ¨¦l design¨® y que hace apenas seis meses se encontraban a sus ¨®rdenes. La pr¨®xima vista se ha aplazado hasta el 15 de agosto.

El dirigente depuesto puede ser condenado a la pena de muerte

Gamal y Alaa, hijos de Mubarak, son procesados por corrupci¨®n

Los abogados de Mubarak piden la comparecencia de 1.600 testigos

"Le veo con quienes le mantuvieron y no creo en el juicio", dice una mujer

De blanco, tumbado en una camilla, con el rostro p¨¢lido, el antiguo presidente -al que no se ve¨ªa desde su ¨²ltima aparici¨®n en televisi¨®n, el 10 de febrero- entr¨® a las diez en la jaula de los acusados, donde ya le esperaban sus dos hijos, Alaa y Gamal, acusados ambos de corrupci¨®n. En la celda contigua aguardaban uno de sus principales colaboradores, el exministro del Interior Habib el Adly y seis oficiales que le asesoraban, y sobre los que pesa tambi¨¦n la acusaci¨®n de homicidio. El ¨²ltimo encausado, su amigo y empresario Husein Salem, bajo arresto domiciliario en Espa?a, ser¨¢ juzgado en ausencia.

As¨ª, postrado e intentando incorporarse a veces para observar al tribunal, escuch¨® el depuesto l¨ªder la primera vista del juicio que se celebra contra ¨¦l. Hab¨ªan terminado las especulaciones de las ¨²ltimas semanas y las desconfianzas de los que esperaban que en el ¨²ltimo momento el proceso fuera aplazado o que Hosni Mubarak, de 83 a?os, no compareciera por motivos de salud. Pocos egipcios confiaban en poder ver enjaulado al que consideran el origen de todos sus males.

La fiscal¨ªa acusa a Mubarak, El Adly y los oficiales de permitir que los polic¨ªas dispararan contra los manifestantes durante las protestas que dejaron 850 muertos y los atropellaran con sus veh¨ªculos; y de no utilizar sus poderes para prohibir estas acciones. Todos podr¨ªan enfrentarse a la pena de muerte si se demuestran los cargos contra ellos. Los hijos del exmandatario, que negaron tambi¨¦n su culpabilidad, permanecieron junto a su padre, habl¨¢ndole de vez en cuando y tratando de evitar que las c¨¢maras de la televisi¨®n egipcia (la ¨²nica autorizada a retransmitir el proceso) pudieran obtener un buen plano.

Mubarak y sus hijos han sido acusados de corrupci¨®n por aceptar cinco villas y otras propiedades, por un valor de 39 millones de libras egipcias (6,5 millones de d¨®lares), de Husein Salem, a cambio de cederle terrenos en Sharm el Sheij. Tambi¨¦n se le imputa a Mubarak el supuesto acuerdo con el exministro de Petr¨®leo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio un 70% inferior a su valor real en el mercado, a trav¨¦s de una compa?¨ªa de Salem que ocasion¨® millones de d¨®lares de p¨¦rdidas al pa¨ªs.

Mubarak permanecer¨¢ en el hospital de la Academia de Polic¨ªa en la que se le est¨¢ juzgando mientras dure el proceso. Dos d¨ªas antes del inicio de la revuelta, el fara¨®n ofreci¨® un discurso, en ese mismo lugar, para conmemorar el D¨ªa de la Polic¨ªa, que se celebraba el 25 de enero. "Seguro que nunca pens¨® que volver¨ªa aqu¨ª para que le juzg¨¢ramos", farfulla sonriendo con la cara magullada Mahmud Fustat.

Ver a Mubarak vestido con el traje blanco de los presidiarios ha supuesto un hito para los egipcios y una respuesta a su lucha en las calles. "Estoy encantada de verle en una jaula. Creo que el alma de mi hijo comienza a descansar y que su sangre se enfriar¨¢", coment¨® a Associated Press Saida Hasan Abdul Rauf, madre de un joven de 22 a?os fallecido en la revuelta.

En el ¨²ltimo mes miles de egipcios hab¨ªan vuelto a acampar en la plaza de Tahrir en El Cairo para presionar a la Junta Militar y evitar que el proceso contra los culpables de la represi¨®n, cuyo m¨¢ximo exponente es Mubarak, se retrasara sin fecha.

Demorar el juicio lo m¨¢ximo posible parece ser la t¨¢ctica empleada por la defensa de Mubarak. El letrado pidi¨® la comparecencia como testigo de Mohamed Husein Tantaui, jefe de la Junta Militar. Una presencia que podr¨ªa ser comprometedora para el Ej¨¦rcito, que ahora necesita distanciarse de su antiguo jefe. Pero Tantaui es solo uno de los 1.600 testigos cuya comparecencia reclama la defensa del exdictador.

La expectaci¨®n era m¨¢xima. Tres horas antes del inicio de la vista hab¨ªa grupos de simpatizantes y detractores del rais ante las puertas de la academia. Con pancartas exaltando a Mubarak unos, y con fotos de los muertos de la revoluci¨®n otros, las palabras se convirtieron en gritos y despu¨¦s en pedradas.

La polic¨ªa form¨® cordones para separar a ambos grupos, lo que no sirvi¨® para evitar peleas. El j¨²bilo de los que nunca creyeron que ver¨ªan al expresidente tras las rejas contrastaba con el dolor de quienes juraban que morir¨ªan "antes que condenar a Mubarak". "Estos no saben lo que es la democracia. Egipto necesita un dictador", clamaba Ahmed Nur el Din, un ingeniero electr¨®nico de 29 a?os vestido con una camiseta en la que pod¨ªa leerse: "Soy egipcio y rechazo insultar al l¨ªder de la Umma [la comunidad isl¨¢mica]". Mientras, una mujer de negro abrazaba la foto de su hijo Mustaf¨¢ Mursi: "Veo ah¨ª a Mubarak entre los que le mantuvieron en el cargo 30 a?os y no me creo este juicio. He perdido la esperanza".