Obama, Merkel y Sarkozy acuerdan dar nuevos pasos para presionar a Damasco
Mientras el Gobierno de Siria se retrata en sus medios oficiales como el salvador de su pueblo ante unas revueltas ileg¨ªtimas, la diplomacia norteamericana sigue liderando un esfuerzo internacional para forzar al Gobierno de Bachar el Asad a que detenga la masacre de civiles. El presidente Barack Obama; el de Francia, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, acordaron ayer "considerar nuevos pasos para presionar al r¨¦gimen de El Asad y apoyar al pueblo sirio", seg¨²n un comunicado emitido anoche por la Casa Blanca. Obama convers¨® telef¨®nicamente por separado con Sarkozy y Merkel, y los tres condenaron la "violencia indiscriminada contra el pueblo sirio" por parte del r¨¦gimen de Damasco, informa Reuters.
Estados Unidos ya ha puesto cifras a la violencia en Siria. El jueves, la jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, estim¨® que la represi¨®n oficial siria se ha cobrado ya 2.000 vidas. Ahora, sus enviados ante la ONU esperan que la declaraci¨®n aprobada por el Consejo de Seguridad el mi¨¦rcoles abra una v¨ªa a una nueva ronda de sanciones econ¨®micas y comerciales.
"Creemos que, hasta la fecha, el Gobierno es responsable de la muerte de m¨¢s de 2.000 personas de todas las edades", dijo Clinton en conferencia de prensa. "EE UU ha trabajado duramente para dirigir la atenci¨®n internacional hacia la necesidad de dar pasos hacia una respuesta unificada a las atrocidades que se est¨¢n cometiendo". El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo el mismo d¨ªa: "Ha quedado muy claro en todo el mundo que las acciones de El Asad han colocado a Siria y a toda la regi¨®n en un camino muy peligroso. El Asad est¨¢ ya en su v¨ªa de salida... debemos comenzar a pensar en el d¨ªa posterior a su marcha, porque los 23 millones de ciudadanos sirios ya lo est¨¢n haciendo".
Fue EE UU quien, junto a los pa¨ªses europeos miembros del Consejo de Seguridad, forz¨® la aprobaci¨®n de esa declaraci¨®n, un texto sobre el que se ha deliberado largo tiempo y que ha sido alterado varias veces, sin que se pudiera conseguir el asentimiento de Rusia, aliado tradicional del r¨¦gimen sirio desde hace d¨¦cadas. No hay que olvidar que Mosc¨² dispone de una enorme base naval en la ciudad siria de Tartus, especialmente importante porque es la ¨²nica con la que cuenta fuera de lo que fue el espacio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y porque ayuda a proteger sus intereses en el Mediterr¨¢neo.
Fue el Gobierno ruso, de hecho, quien demor¨® la aprobaci¨®n del texto de condena al r¨¦gimen de El Asad y quien impuso como condici¨®n para adoptarlo que se tratara de una declaraci¨®n de la presidencia del Consejo. El resultado tiene menos peso jur¨ªdico que una resoluci¨®n y, a diferencia de las dos resoluciones emitidas contra Libia, no apunta hacia el uso de la fuerza. Tampoco pide que se abra una investigaci¨®n sobre los 2.000 civiles muertos. Asegura Estados Unidos que ser¨ªa il¨®gico pedirle a Damasco que se investigara a s¨ª mismo.
"Nosotros comenzamos pidiendo una resoluci¨®n. Es lo que quer¨ªamos en principio, pero finalmente decidimos que era m¨¢s importante que lo que se aprobara incluyera una condena contundente y un¨ªsona, que es lo que logramos", dijo en conferencia telef¨®nica la embajadora norteamericana en la ONU, Susan Rice, el jueves. "Llegamos adem¨¢s a la conclusi¨®n de que hubiera sido rid¨ªculo incluir una provisi¨®n para pedirle al Gobierno de Siria que asumiera una investigaci¨®n imparcial y cre¨ªble sobre su propia actuaci¨®n".
La declaraci¨®n del Consejo exige a Siria que "respete los derechos humanos" y pide un cambio reformista "a trav¨¦s de un proceso pol¨ªtico incluyente, liderado por los propios sirios". Le concede a Damasco un plazo de siete d¨ªas, hasta el mi¨¦rcoles pr¨®ximo, para que informe oficialmente de las medidas que ha tomado para detener la represi¨®n.
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