Canta, ?d¨®nde est¨¢ la farlopa?
La polic¨ªa encuentra menos coca¨ªna que nunca, pero Espa?a sigue a la cabeza en consumo y tr¨¢nsito. ?C¨®mo y por d¨®nde entra?
Se localiz¨® la llegada, el 29 de noviembre, al puerto de Vigo, del contenedor n¨²mero MWMU-6422XXX-0, que ven¨ªa declarado en manifiesto para la empresa XXXXX, SL, con domicilio en Mos (Pontevedra) y como exportadora la empresa XXXXX, LTDA, de Santa Marta (Colombia). En el 'bill of boarding' se declaraba como mercanc¨ªa "bananas verdes frescas".
Informe interno sobre la operaci¨®n 21/2010 de la Unidad de An¨¢lisis de Riesgos (UAR) del puerto de Vigo. 24 enero de 2011.
Sabes ya por qu¨¦ est¨¢s aqu¨ª? Dinos d¨®nde est¨¢ la farlopa.
La ma?ana del 18 de diciembre de 2009, el ahora testigo protegido T/001/219/09 se encontraba en el interior de una furgoneta. Las manos atadas con cinta aislante. La cabeza, cubierta con una capucha. Recibiendo pu?etazos, palos y patadas en el cuerpo y en los genitales, seg¨²n su relato. La cara se la dejaron intacta:
"Un puerto es un lugar corrupto. Hay c¨¢maras, pero... se estropean", dice un agente de Aduanas
Mandos policiales creen que ?frica ha acumulado droga para mantener el precio estable y saciar la demanda europea
-Canta, ?d¨®nde est¨¢ la coca?
Lo desnudaron. Uno de los "cinco o seis" agresores le agarr¨® de los test¨ªculos mientras le obligaba a palpar el filo de una navaja. Para que sintiera de cerca el riesgo de que se los rebanaran. Le preguntaron por un compa?ero de oficina y por el jefe de la empresa para la que trabajaba, una agencia de aduanas que tramita el paso de contenedores y mercanc¨ªa en el puerto de Algeciras, el de mayor tr¨¢fico de Espa?a. Le hablaron de un contenedor procedente de Bolivia. ?l record¨® haberlo despachado unos d¨ªas atr¨¢s. Y que tra¨ªa lamas de tarima flotante. Poco m¨¢s. O eso dijo. Le respondieron que estaban pensando en traer tambi¨¦n a su hija para preguntarle a ella d¨®nde estaba "la farlopa" de ese contenedor. Le ataron una brida alrededor del dedo coraz¨®n de la mano izquierda y otra en el dedo gordo del pie izquierdo. Lo colocaron de pie y le sujetaron el cuerpo y la pierna entre varios y le advirtieron: "No te muevas". Not¨® c¨®mo el tajo de un hacha le amputaba de cuajo el dedo gordo del pie izquierdo desde la primera falange. El ¨ªndice le qued¨® colgando. Le siguieron golpeando y preguntando por el contenedor de origen boliviano. Cay¨® al suelo. Lo volvieron a sentar. Luego, oy¨® una conversaci¨®n en la que hablaban de liarle cinta aislante alrededor de la cabeza para evitar que salieran fluidos. Al dispararle, se entiende. Le colocaron un arma cerca de la sien, oblig¨¢ndole a palparla con la mano. Oy¨® c¨®mo cargaban la pistola. Suplic¨® de rodillas que no lo mataran. Y entonces lo dejaron descansar. Le preguntaron por otro contenedor que llegar¨ªa desde Bolivia. Le dieron los datos. Le dijeron que lo despachase, ofreci¨¦ndole una suma de dinero. ?l dijo que lo har¨ªa gratis. Le bastaba con que le dejaran libre. Lo hicieron. En casa cont¨® que hab¨ªa tenido un accidente. En el hospital, que se hab¨ªa cortado mientras podaba un abeto (se acercaba la Navidad).
Tard¨® m¨¢s de un a?o en denunciar los hechos a la polic¨ªa. Lo hizo el pasado marzo. Su declaraci¨®n figura entre las diligencias de una operaci¨®n reciente de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la polic¨ªa (UDYCO), mediante la que se desarticul¨® una banda de paleros (los que roban a los narcotraficantes). Casper, c¨¦lebre previamente por el robo de los cuadros de las hermanas Koplowiz, y su grupo criminal, a quienes las diligencias atribuyen la brutal paliza, se habr¨ªan hecho con aquel contenedor por el que preguntaban. Pero la droga ven¨ªa escondida y no eran capaces de localizarla. O quiz¨¢ otros se la hubieran llevado antes.
?D¨®nde est¨¢ la coca? En 2009 se produjo lo que un mando del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) llama "el cambio de paradigma". Aquel a?o, la polic¨ªa espa?ola, en colaboraci¨®n con la italiana, logr¨® dar dos golpes clave contra el coraz¨®n del narcotr¨¢fico tradicional en Espa?a. Los bautizaron como Operaci¨®n Tabaiba y Operaci¨®n Giga. Detuvieron a cerca de 70 personas. Se aprehendieron casi 10 toneladas de droga. Descabezaron la principal red de lancheros y transportistas gallegos, vinculada con la Camorra. Les confiscaron sus bienes. Y a¨²n se sigue desmadejando el entramado con el que blanqueaban el dinero. Poco antes, a finales de 2008, hab¨ªa muerto en accidente de moto una de las j¨®venes promesas del narco gallego, Manuel Abal Feijoo, alias Patoco, el mejor piloto de planeadoras de la r¨ªa de Arosa desde los a?os noventa. Otro golpe del destino. Desde entonces, la coca¨ªna llega por goteo. Un flujo constante. En peque?as cantidades. En 2010, el 80% de las aprehensiones de coca¨ªna estuvieron relacionadas con el env¨ªo de contenedores, seg¨²n fuentes policiales. La droga ha perdido velocidad y glamour. Ya no hay persecuciones de lanchas entre bateas. Ni abordajes en alta mar. O no con la frecuencia de antes -siempre cae alg¨²n velero en verano-. Los fardos ahora viajan en buques mercantes procedentes de Sudam¨¦rica. Los capos colombianos manejan los entresijos de la importaci¨®n a trav¨¦s de sus delegados comerciales, afincados en Madrid. Y el precio del g¨¦nero se ha disparado, al menos en Galicia, pasando en dos a?os de 22.000 a unos 37.000 euros el kilo al por mayor, seg¨²n fuentes policiales. Coca hay. Pero cuesta bastante encontrarla.
Un mando de la Unidad de An¨¢lisis de Riesgo (UAR) del puerto de Vigo relata c¨®mo ¨¦l y sus compa?eros estuvieron "una semana oliendo a pl¨¢tano" despu¨¦s de pasar dos meses entrando y saliendo de un contenedor con bananas colombianas. "Le dimos 40 vueltas. No la encontr¨¢bamos. Pero sab¨ªamos que hab¨ªa coca¨ªna. Las escuchas lo confirmaban". La empresa importadora se hab¨ªa constituido en 2007 y ten¨ªa por objeto social la ense?anza. Su actividad econ¨®mica hab¨ªa sido pr¨¢cticamente nula. Y nunca antes hab¨ªa realizado importaciones. Ol¨ªa raro. Pasaron la carga por el esc¨¢ner del puerto. Agujerearon los pal¨¦s. Husmearon en cada hendidura. Nada. Sin droga no hay delito. As¨ª que jugaron sus cartas: avisaron a la importadora de que iban a destruir la carga, fingiendo que se hab¨ªa echado a perder por un problema de refrigeraci¨®n. Nerviosos con la noticia, los supuestos empresarios acabaron cometiendo un desliz al tel¨¦fono. En una conversaci¨®n intervenida, mencionaron que igual podr¨ªan recuperar "las paletas" y aquello fue suficiente: la coca¨ªna apareci¨® dentro de unas finas barras insertadas en los listones de los pal¨¦s. En las dependencias de aduanas a¨²n guardan alguna tablilla. "Obra de un artesano", dice el jefe de la UAR sosteniendo una. Ven¨ªan 60 kilos de droga. Una minucia si se compara con los grandes golpes en alta mar de otros tiempos. "Pero hoy por hoy no hay barcos". Quiz¨¢ se tratara de una prueba. El ensayo de una nueva ruta. O solo una peque?a parte del aluvi¨®n.
"Los contenedores llevan toda la vida", dice el inspector jefe Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez San Rom¨¢n, de la secci¨®n de Coca¨ªnicos de la Brigada Central de Estupefacientes. Una v¨ªa rentable en tiempos de transici¨®n y sequ¨ªa. Entre los estupas suelen manejar una m¨¢xima: "Si hay gallegos, hay barcos". Tambi¨¦n funciona al rev¨¦s. Ya no hay barcos, pero la droga ha de seguir su curso. Entrar en el circuito europeo, con m¨¢s de cuatro millones de consumidores, el doble que hace 10 a?os. Un mercado negro que ronda los 23.000 millones de euros y del que Espa?a es el "principal punto de acceso", seg¨²n el ¨²ltimo Informe Mundial de Drogas de la ONU. Pero tambi¨¦n el que mayores aprehensiones realiza, en torno al 60% de las europeas. Aunque los datos no cuadran. En 2010, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se incautaron de 25,2 toneladas de coca¨ªna. La mitad que hace cinco a?os. El patr¨®n se ha repetido en toda Europa. Y nadie tiene muy claro qu¨¦ ocurre. Algo se escapa. "El trabajo de inteligencia criminal revela que el flujo podr¨ªa haber ca¨ªdo, pero que no se detuvo", seg¨²n el informe. "Esto incrementa la posibilidad de que los traficantes hayan modificado sus t¨¦cnicas". Todos parecen preguntarse lo mismo: ?d¨®nde est¨¢ la coca? En el despacho del inspector jefe San Rom¨¢n hay un mapa de ?frica colgado en la pared. Tama?o folio. Varios pa¨ªses de la costa occidental han sido rebordeados a mano. Para no olvidarlos. Dice: "Las cifras solo reflejan lo que se coge. No lo que ha entrado. Las incautaciones han bajado porque se ha trabajado bien. Y tambi¨¦n porque han buscado otras rutas: los pa¨ªses del Este; y algunas rep¨²blicas...", emite un sonido nasal mientras busca la palabra exacta, "... permeables en ?frica".
En alg¨²n momento entre 2003 y 2004, los narcotraficantes colombianos experimentaron con nuevos caminos a Europa. Para evitar el trazado directo a Galicia, y el env¨ªo tradicional con parada en las Azores o en Canarias, abrieron la autopista 10, que recorre el paralelo 10 desde Am¨¦rica hasta ?frica, el trayecto m¨¢s corto para atravesar el oc¨¦ano. Con salida desde el Caribe y Venezuela, donde "han llegado a apagar las luces del puerto", seg¨²n un mando del GRECO, formando un pasillo oscuro para que zarpen los barcos. Una vez en ?frica, todo se transforma en una cuesti¨®n monetaria. En palabras de un jefe de la UDYCO: "All¨ª, el que paga tiene v¨ªa libre". La corrupci¨®n y la connivencia de los Gobiernos con el narcotr¨¢fico y el terrorismo -"ambos cap¨ªtulos se entrelazan"- se han convertido en dos de las principales preocupaciones en la lucha contra el crimen organizado. La coca¨ªna destroza lo que encuentra a su paso. Hace poco, varios mandos policiales participaron en Madrid en unas jornadas sobre crimen organizado a las que asistieron 20 colegas de ?frica occidental. Existe cooperaci¨®n. Pero la falta de medios la dificulta: "Imposible llegar a nada con algunos de estos pa¨ªses".
Un informe confidencial sobre Guinea Bissau, escrito en mayo de 2011 por el enlace en la Embajada espa?ola, se?ala: "No existe ninguna fuente oficial que pueda aportar datos ni estad¨ªsticas sobre alijos. Las dependencias policiales no tienen luz el¨¦ctrica. Sus funcionarios se encuentran en huelga por el impago de salarios. El Ej¨¦rcito controla de facto el pa¨ªs. Existen comunicados de prensa en los que se citan operaciones, pero nadie tiene certeza sobre su veracidad. El trabajo de campo es imposible. Los contenedores llegan al puerto, controlado por el Ej¨¦rcito, y tambi¨¦n a los aeropuertos y pistas privadas situadas en las islas del pa¨ªs: de las 88 que hay solo 20 est¨¢n habitadas". Algunos mandos policiales creen que ?frica ha ido acumulando droga para mantener el precio estable y satisfacer la demanda europea. Como una inmensa caleta. Aunque el almacenaje cuesta dinero y el producto "va perdiendo calidad". La coca, seg¨²n la polic¨ªa, estar¨ªa dando el salto en contenedores o en embarcaciones. Hay evidencias de que han aprovechado la ruta del hach¨ªs, cruzando Marruecos. El informe confidencial a?ade otra hip¨®tesis: "Hay vuelos que van a Lisboa repletos de pasajeros que viajan con gran cantidad de maletas". Pero al puzle le faltan piezas. "La ruta africana nunca termina de explotar", dice un mando de la lucha contra el narco. "Est¨¢ muy sobada", dice otro. En un reciente informe de SOCA (la agencia brit¨¢nica contra el crimen organizado) recibido en la UDYCO en Madrid, se asegura que ?frica estar¨ªa "a la baja". Lo cuenta una de las personas con acceso a la inteligencia: "Se est¨¢ produciendo una diversificaci¨®n de rutas".
El dibujo espa?ol se traslada al marco Europeo. El ¨²ltimo informe de Europol (abril de 2011) contiene varias palabras clave. Las dos primeras son "diversificaci¨®n" y "contenedores", por este orden. "Espa?a sigue siendo un importante almac¨¦n y un centro de distribuci¨®n secundaria", afirma. Pero menciona la aparici¨®n de dos nuevos escenarios hacia el Este. En los Balcanes se ha detectado la presencia del narco mexicano. Moldavia se ha convertido en un centro de abastecimiento. A Bulgaria llegan cargamentos procedentes de Latinoam¨¦rica, pasando por ?frica occidental y Turqu¨ªa. Y el Mar Negro es ya una realidad como punto de tr¨¢nsito. El otro agujero queda m¨¢s al norte: se han detectado contenedores con coca¨ªna en los pa¨ªses b¨¢lticos, a pesar de que apenas cuentan con consumidores all¨ª. Un territorio virgen e inexplorado. Muy pr¨®ximo al mercado ruso. "El patr¨®n de inteligencia no est¨¢ claro", reconoce Europol. La droga dispara en todas direcciones. En peque?as cantidades. Oculta entre la fruta, mezcladas con tejidos, diluidas en vino. Aprovechando las "oportunidades por el desarrollo de la log¨ªstica comercial y la infraestructura del transporte", dice el informe.
"Primero env¨ªan alg¨²n contenedor de prueba. Uno o cinco. Siempre asumen que van a perder algo", explica un jefe de coca¨ªnicos. La droga en origen no supera los 2.000 euros el kilo. Antes de tocar tierra espa?ola ronda los 5.000. Una vez coronada, su precio se multiplica por siete. Y otra vez por tres en el proceso de corte. Si la pierden, tampoco les va la vida. Ya llegar¨¢ m¨¢s. "Es una forma de diversificar riesgos", repiten los mandos policiales. Quien abre la ruta se compromete a repetir si la coca no llega. "En Algeciras, en Valencia, en Vigo... Se llegan a pagar 300.000 euros por hacer la vista gorda en el puerto", dice Carlos R. Cadi?anos, jefe del grupo de drogas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Puede ser un director de la Terminal de Cargas, como el del puerto de Barcelona, Jos¨¦ Mestre, detenido el verano pasado por la UDYCO y puesto en libertad el pasado julio. O un sargento de la Guardia Civil, como el jefe del destacamento del puerto de Mar¨ªn (Pontevedra), detenido en julio de 2009. Seg¨²n el mando policial que dirigi¨® la operaci¨®n: "Le dio un infarto en prisi¨®n".
Hay otra opci¨®n m¨¢s limpia, el gancho ciego, en la que la importadora desconoce que est¨¢n usando sus contenedores para meter droga. Los funcionarios de Aduanas del puerto de Vigo sonr¨ªen con iron¨ªa: "Un puerto, por definici¨®n, es un lugar corrupto. Tenemos c¨¢maras, pero... se estropean". La droga sigue llegando a poquitos. Y generando un curioso excedente de fruta.
Una ma?ana de abril, un par de agentes descargaban cajas de pi?as en el patio de la UDYCO. En su despacho, uno de los comisarios regalaba una pieza de fruta a quien se la pidiera. Estaban maduras. Nadie hab¨ªa sabido qu¨¦ hacer con ellas. Ni siquiera sus importadores, una empresa cuyos primeros y ¨²nicos pinitos en el negocio tropical se redujeron a la recepci¨®n de tres contenedores con 3.000 cajas de pi?as en Valencia. El ¨²ltimo tra¨ªa 215 kilos de coca¨ªna. Sus pasos los segu¨ªan los GRECO de Alicante desde su peque?a oficina en ninguna parte. Esperando a culminar la Operaci¨®n Hist¨®rico durante el traslado vigilado de la droga a una nave industrial. Alerta por si hab¨ªa "tiros". A ¨²ltima hora se les hab¨ªa cruzado un asunto feo. Un conocido grupo de paleros, a las ¨®rdenes de un tal Casper, hab¨ªa sido detectado vigilando la misma nave. Nadie sabe d¨®nde obtuvieron la informaci¨®n. Seg¨²n las escuchas realizadas a la banda, se les oye mencionar como fuente a "un santo" (un sopl¨®n). Las diligencias aseguran que ese "santo" podr¨ªa ser un empleado de Aduanas.
Pr¨®ximo cap¨ªtulo. C¨®mo act¨²an los delegados en Espa?a de los C¨¢rteles colombianos
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