Se agotan las opciones
Gobiernos y bancos centrales apuran los recursos a su alcance para evitar un desastre tras dos semanas de confusi¨®n y volatilidad en los mercados
Miedo, confusi¨®n, volatilidad. Bastan tres palabras para describir lo sucedido en los mercados en la primera quincena de este t¨®rrido agosto; lo dif¨ªcil es saber con exactitud qu¨¦ hay detr¨¢s de esos vaivenes, qu¨¦ fuerzas mueven la monta?a rusa emocional en que se han embarcado los inversores y, sobre todo, qu¨¦ se puede hacer para cambiar una situaci¨®n que recuerda cada vez m¨¢s a la de 2008.
Agosto est¨¢ siendo cruel: apenas ha dado una buena noticia para levantar los ¨¢nimos. Como si de una burla se tratara, las Bolsas han abierto muchos d¨ªas al alza, para despu¨¦s caer a plomo con cualquier excusa. "De los muchos acontecimientos econ¨®micos del ¨²ltimo mes, la ca¨ªda en picado de los precios de las acciones ha sido, probablemente, el m¨¢s preocupante", afirma una nota enviada por el banco de inversi¨®n Goldman Sachs a sus clientes.
Una certeza: nadie est¨¢ a salvo, ll¨¢mese Francia, EE UU o incluso Alemania
Los intereses nacionales siguen estando por encima de los generales
Merkel y Sarkozy se ver¨¢n el martes en Par¨ªs para analizar la situaci¨®n
Est¨¢ por ver el efecto a largo plazo de la suspensi¨®n de las ventas a corto
La reforma del sistema financiero no se ha hecho realidad
La opci¨®n de m¨¢s est¨ªmulos a la econom¨ªa parece descartada
Se oyen voces a favor de un recorte de los tipos de inter¨¦s en Europa
El mes comenz¨® con la prima de riesgo de Espa?a e Italia por las nubes, reflejo del miedo a que ambos pa¨ªses no puedan pagar sus deudas. Volv¨ªa a hablarse de rescate como soluci¨®n. Luego cay¨® una tormenta de malos datos econ¨®micos, que despertaron el temor a una nueva recesi¨®n en el mundo desarrollado. El oro, refugio en tiempos de incertidumbre, super¨® por primera vez la barrera de 1.800 d¨®lares la onza. El viernes 5, casi con nocturnidad y alevos¨ªa, Standard & Poor's anunciaba la retirada de la calificaci¨®n AAA a la deuda de EE UU por primera vez en 70 a?os. Nuevo batacazo en los mercados.
Despu¨¦s le toc¨® el turno a Francia. El presidente Nicolas Sarkozy tuvo que abandonar el mi¨¦rcoles la espl¨¦ndida mansi¨®n de la Riviera donde veraneaba -propiedad de la familia de su esposa, Carla Bruni- y viajar a Par¨ªs para asistir a una reuni¨®n de urgencia con varios ministros de su Gabinete y el gobernador del Banco de Francia. El pa¨ªs comenzaba a sonar como pr¨®xima v¨ªctima de los mercados de deuda, y hubo rumores de que Standard & Poor's se dispon¨ªa a rebajar su nota crediticia, todav¨ªa en el nivel m¨¢s alto. De pronto se dispar¨® la preocupaci¨®n por la salud de los bancos franceses, especialmente de Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, cuyas acciones recibieron un dur¨ªsimo castigo.
Para frenar los ataques de los especuladores, el Banco Central Europeo (BCE) se decidi¨® por fin a comprar bonos espa?oles e italianos. La decisi¨®n, que detuvo la sangr¨ªa, fue adoptada in extremis -como viene siendo habitual en Europa desde el comienzo de la crisis financiera- tras lograrse el visto bueno de una reticente Alemania.
En medio de toda esta confusi¨®n, una certeza: nadie est¨¢ a salvo, ll¨¢mese EE UU, Francia o incluso Alemania. El ¨ªndice de la Bolsa de Fr¨¢ncfort es el que m¨¢s ha bajado en estas dos ¨²ltimas semanas (13,75%), por encima de los de Nueva York, Londres o Madrid. Al regresar a Berl¨ªn de sus vacaciones en el Tirol, la canciller Angela Merkel ha tenido que hacer frente a duras cr¨ªticas de sus socios liberales del FPD y socialcristianos de la CSU, contrarios a la compra de deuda de pa¨ªses con problemas por parte de la autoridad monetaria europea. Mervin King, gobernador del Banco de Inglaterra, tambi¨¦n fue duro con la decisi¨®n, por considerar que el BCE se ha extralimitado en sus competencias. "Un Banco Central no puede (...) ser un sustituto de la incapacidad para resolver los problemas fiscales de la zona euro", dijo King. "Eso es problema de los Gobiernos".
La profunda divisi¨®n sobre cu¨¢les son las mejores herramientas para atajar la crisis es una muestra palpable de que, en tiempos dif¨ªciles como los que corren, los intereses partidistas y nacionales siguen estando por encima de los generales, tanto en Europa como en EE UU. La indecisi¨®n y la animosidad pol¨ªtica son precisamente dos de los factores que m¨¢s alimentan la incertidumbre en los mercados, como no se cansan de repetir los analistas.
Con una Francia debilitada por el lento crecimiento de su econom¨ªa y el acoso de los mercados, Sarkozy y Merkel se ver¨¢n el pr¨®ximo martes en Par¨ªs para analizar los problemas de la eurozona. Ambos est¨¢n obligados a enviar un mensaje contundente para calmar las aguas. El ataque de los especuladores ha dejado de afectar solo a la periferia europea y ha alcanzado el coraz¨®n del continente.
?Qu¨¦ m¨¢s pueden hacer los l¨ªderes pol¨ªticos? ?Qu¨¦ recursos disponibles les quedan a los Gobiernos y los bancos centrales para evitar un desastre?
"La capacidad de maniobra es limitada, pues las pol¨ªticas monetarias y fiscales no dan m¨¢s de s¨ª", afirma Keith Wade, economista jefe de la gestora de activos Schroders. "Lo mejor que pueden hacer las autoridades para encarrilar la econom¨ªa es seguir con una pol¨ªtica monetaria laxa, utilizando m¨¦todos como el Quantitative Easing (la inyecci¨®n de dinero en el sistema financiero a cargo de la Reserva Federal) o proporcionando liquidez al sistema bancario si es necesario". En la vertiente de pol¨ªtica fiscal, agrega el experto, "conviene evitar el tipo de indecisi¨®n que ha marcado el debate en EE UU".
Una mayor coordinaci¨®n de las pol¨ªticas fiscales de los pa¨ªses de la zona euro ocupa un lugar destacado de la agenda para los pr¨®ximos meses. El jefe de los liberales alemanes y ministro de Econom¨ªa, Philipp R?sler, aboga por la creaci¨®n de un consejo de estabilidad con capacidad para supervisar las pol¨ªticas fiscales de los 17 pa¨ªses de la moneda ¨²nica. El poderoso ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble, se ha limitado a calificar de "interesante" la propuesta.
Una vez efectuados enormes recortes del gasto p¨²blico, parece que la crisis est¨¢ agotando la imaginaci¨®n de las autoridades, como demuestran algunas medidas anunciadas en las ¨²ltimas semanas para seguir reduciendo el d¨¦ficit fiscal: Portugal ha aprobado un impuesto especial del 50% a la paga de Navidad; el Gobierno espa?ol quiere que las empresas incrementen el adelanto a cuenta del impuesto de sociedades; Italia ha puesto en marcha el copago sanitario...
El secretario de Estado de Econom¨ªa, Jos¨¦ Manuel Campa, ha descartado esta semana que el Gobierno espa?ol vaya a aplicar nuevas reformas fiscales, por considerar que con las medidas propuestas se alcanzar¨¢n los objetivos de d¨¦ficit fijados para este a?o.
Limitar las ventas a corto, que permiten a los inversores apostar por la bajada de precio de un valor en Bolsa, es otro de los recursos que las autoridades tienen a su alcance. Varios pa¨ªses europeos, entre ellos Espa?a, suspendieron el jueves este tipo de operaciones especulativas -a las que muchos analistas culpan de buena parte de los males del mercado- sobre las acciones de los bancos. El efecto inmediato fue favorable y alivi¨® algo el sufrimiento. Su eficacia a largo plazo est¨¢ por ver.
Hay otros recursos, aunque de largo alcance y pol¨ªticamente m¨¢s complejos: la reforma del sistema financiero prometida por los l¨ªderes mundiales tras el estallido de la crisis, en 2008, no se ha hecho realidad, y las esperanzas de que la idea se retome pronto son escasas.
En EE UU, la Reserva Federal reconoci¨® el martes su incapacidad para frenar una reca¨ªda de la econom¨ªa, que crece al ritmo m¨¢s lento desde la recesi¨®n de 2008-2009, con una tasa de paro enquistada en el 9%. El banco central estadounidense ha echado mano de todo su repertorio en los ¨²ltimos a?os: ha recortado los tipos de inter¨¦s a casi cero, ha comprado bonos y deuda hipotecaria por valor de 2,3 billones de d¨®lares y ha puesto en marcha complejos mecanismos de rescate de instituciones financieras. En un intento de calmar el ¨²ltimo brote de ansiedad en los mercados, su presidente, Ben Bernanke, ha prometido mantener los tipos de inter¨¦s cercanos al cero al menos hasta 2013, una declaraci¨®n de intenciones sin precedentes en la historia de la instituci¨®n. Las dificultades para encontrar el camino correcto se hicieron tambi¨¦n patentes en la reuni¨®n del Comit¨¦ Abierto de la Reserva Federal, responsable de la pol¨ªtica monetaria. Por primera vez desde que Bernanke asumi¨® la direcci¨®n de la Fed, tres de sus siete miembros discreparon de la opini¨®n mayoritaria.
El propio Barack Obama se dirigi¨® a la naci¨®n poco despu¨¦s de que Standard & Poor's rebajase la nota crediticia de EE UU para asegurar que, diga lo que diga la agencia de calificaci¨®n de riesgo, su pa¨ªs sigue teniendo la m¨¢xima solvencia. De poco sirvi¨® la intervenci¨®n del presidente. As¨ª de crudo lo ve¨ªa Dana Milibank, columnista del Washington Post: "El hombre m¨¢s poderoso de la tierra parece extra?amente impotente e indeciso, mientras fuerzas mayores hacen caer a su pa¨ªs y a su presidencia".
Lo que s¨ª parece descartado por ahora, tanto en Europa como en EE UU, es un incremento del gasto p¨²blico para fomentar la creaci¨®n de empleo y estimular la actividad econ¨®mica. Fue lo que se hizo durante la Gran Recesi¨®n de 2008-2009, y funcion¨®, pero la mayor¨ªa de los Gobiernos se han quedado sin fondos y la austeridad, por ahora, sigue siendo el dogma a uno y otro lado del Atl¨¢ntico. The New York Times censuraba el jueves esta actitud. "Una desacertada pol¨ªtica de recortes presupuestarios", rezaba su editorial, "ha puesto a la Uni¨®n Europea y a EE UU en caminos que prolongar¨¢n su estancamiento econ¨®mico y quiz¨¢ los hagan caer en otra recesi¨®n". Keith Wade, de Schroders, opina que aquellos Gobiernos que a¨²n puedan pedir dinero prestado deber¨ªan invertir en infraestructuras para generar empleo y aportar a la econom¨ªa activos valiosos a largo plazo.
El BCE decidi¨® no tocar los tipos de inter¨¦s en su reuni¨®n del 4 de agosto, tras haberlos subido dos veces este a?o para atajar la inflaci¨®n. ?Repetir¨¢ el error de subirlos de nuevo, como hizo en 2008, cuando abundaban -como ahora- los indicios de que ven¨ªan malos tiempos para la econom¨ªa? Parece poco probable. De hecho, empiezan a o¨ªrse voces en favor de un recorte del precio del dinero antes de fin de a?o en vista de que la inflaci¨®n ha ca¨ªdo a una media del 2,5% en la zona euro.
En manos de las autoridades europeas -las monetarias, pero sobre todo, las pol¨ªticas- est¨¢n la reactivaci¨®n de la actividad econ¨®mica y la salvaci¨®n del euro. Las pr¨®ximas semanas dir¨¢n si est¨¢n a la altura.
Un lector del Financial Times alababa el otro d¨ªa en una carta al director la figura de Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro de EE UU. Hamilton, recordaba el lector, forj¨® junto a su rival Thomas Jefferson un dif¨ªcil consenso para que el Gobierno federal saldase las deudas asumidas para financiar la guerra por la independencia, evitando as¨ª que la nueva naci¨®n se declarase en suspensi¨®n de pagos nada m¨¢s nacer. "?D¨®nde est¨¢ el Alexander Hamilton europeo?", se preguntaba el autor de la carta. Si alguien lo ha visto, que avise.
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