El triunfo de la esperanza

Nomura est¨¢ cambiando de rumbo. Hace tres a?os, la agencia de valores japonesa se abalanz¨® sobre las operaciones europeas y asi¨¢ticas de Lehman. Ahora est¨¢ centrando en Wall Street sus ambiciones en el terreno de la banca de inversi¨®n. Nomura cree que podr¨¢ crear una franquicia, en vez de comprarla. Pero cuesta creer que tendr¨¢ ¨¦xito donde tantos otros han fracasado.

Nomura est¨¢ reuniendo 400 millones de d¨®lares de los recortes que acaba de anunciar en sus oficinas europeas deficitarias. Estos liberar¨¢n recursos para expandirse en Estados Unidos, donde Nomura est¨¢ creciendo, aunque desde una peque?a base, mientras que otros est¨¢n retrocediendo. En el segundo trimestre, los ingresos en todo el continente americano crecieron un 65% en t¨¦rminos anuales, en yenes, e incluso superaron la contribuci¨®n del Jap¨®n golpeado por el terremoto. A diferencia de otros elementos del negocio de banca mayorista de Nomura, la regi¨®n tambi¨¦n es rentable. Es verdad que ahora da la impresi¨®n de que Nomura es capaz de atraer a los mejores banqueros (como el estadounidense James DeNaut, que pas¨® una d¨¦cada en Deutsche Bank), algo que no pod¨ªa hacer antes de la crisis. Pero eso se debe en parte a que las nuevas normas estrictas sobre el capital est¨¢n obligando a sus rivales a retroceder. El reciente ascenso de Jesse Bhattal, un exempleado de Lehman, al cargo de consejero delegado de la divisi¨®n de banca mayorista tambi¨¦n indica una apertura internacionalista de una empresa tradicionalmente encerrada en s¨ª misma.

Sin embargo, la empresa japonesa todav¨ªa se enfrenta a enormes desaf¨ªos. Su calificaci¨®n crediticia es inferior a la de los grandes bancos integrados, y aunque espera tener un ratio de capital de primera categor¨ªa del 10% seg¨²n las nuevas normas estrictas de Basilea III de aqu¨ª a 2013, la rentabilidad anualizada de los recursos propios en el ¨²ltimo trimestre era de un escaso 3,4%.

A pesar de las previsiones de que el negocio se trasladar¨¢ al este, Estados Unidos sigue representando la mayor parte de los ingresos de la banca de inversi¨®n. Si Nomura quiere lograr su objetivo de crear una franquicia mundial de primera, necesitar¨¢ tener ¨¦xito en Wall Street. Pero el pu?ado de bancos extranjeros que han triunfado en Nueva York, como Deutsche Bank y Barclays Capital, lo han hecho a costa de adquisiciones importantes y de a?os de sufrimiento. El tiempo es un lujo que puede que Nomura no pueda permitirse. -