"Hay textos de integrismo religioso"
El Diccionario m¨¢s buscado desde mayo es casi clandestino. Solo hay tres colecciones parciales disponibles en la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Historia y La Zarzuela. Apadrinado por los Reyes y elaborado gracias a 6,4 millones de euros de fondos p¨²blicos, el Diccionario biogr¨¢fico espa?ol pas¨® de ser considerado una ambiciosa obra de 43.000 entradas que cubr¨ªa un hueco de la historiograf¨ªa espa?ola a convertirse en una fuente inagotable de errores hist¨®ricos, sesgos franquistas y ocurrencias estramb¨®ticas.
Desde luego, no suaviza el juicio sobre la obra la inclusi¨®n de personajes que pasar¨¢n a la historia por su certera punter¨ªa, como Roc¨ªo Falc¨® y Fern¨¢ndez de C¨®rdoba, condesa de Berantevilla, a la que se dedica la misma extensi¨®n que a Santiago Carrillo y m¨¢s que a Carrero Blanco. Los m¨¦ritos de la condesa son precisos: "En sus 39 temporadas de caza dispar¨® 3.715 cartuchos de bala, con un promedio de 2,9 tiros por res muerta, incluidas las rematadas".
"Se deber¨ªa haber evitado que el amigo o el pariente hiciesen voces de personajes"
?En verdad tiene enmienda posible el Diccionario?
Josefina G¨®mez Mendoza (Madrid, 1942), exrectora de la Universidad Aut¨®noma y catedr¨¢tica de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional, defiende que s¨ª. "Es dif¨ªcil resolver el problema con un anexo, porque hay sesgos y deficiencias muy diseminadas, pero conf¨ªo en que a la comisi¨®n [formada por los acad¨¦micos Miguel Artola y Carmen Sanz y un historiador externo, Juan Pablo Fusi] se le ocurra una soluci¨®n rigurosa". Su opini¨®n tiene un plus. G¨®mez Mendoza pertenece a la Real Academia de la Historia desde 2003 y tambi¨¦n pertenece, en varios sentidos, a una minor¨ªa. Es la ¨²nica ge¨®grafa de la instituci¨®n, es mujer (solo hay tres en las 36 plazas, a su juicio, una de las lagunas de la casa junto a la carencia de historiadores del siglo XX) y es una de las escasas voces internas capaz de hacer autocr¨ªtica y defender una revisi¨®n completa del Diccionario. Frente a la corriente mayoritaria que se ha atrincherado ante las cr¨ªticas replicando que se busca censurar a los autores, G¨®mez acepta que hay fallos que atentan contra el rigor cient¨ªfico que deber¨ªa atravesar la colecci¨®n de la a a la zeta. "Hay tres grupos complicados. Uno de militares, que se han confiado a personas del Instituto de Historia y Cultura Militar en buena parte, donde se presenta la Guerra Civil y la de ?frica como las grandes haza?as, se habla de Alzamiento y Cruzada. Un segundo grupo de religiosos biografiados por personas muy cercanas a la Iglesia que hacen textos confesionales y de integrismo religioso y con aire nacio-nalcat¨®lico. Y un tercer grupo, mundano, de arist¨®cratas".
La acad¨¦mica, que escribi¨® tres voces para el Diccionario, lamenta que las deficiencias hayan devorado el trabajo de bi¨®grafos serios. La elecci¨®n de estos (m¨¢s de 5.000) es otro de los traspi¨¦s del m¨¦todo. "Quiz¨¢ no ha sido muy acertado dar biograf¨ªas a los m¨¢s cercanos, precisamente se deber¨ªa haber evitado el amigo o el pariente y, adem¨¢s, bastantes voces no est¨¢n hechas por historiadores profesionales", se?ala. La acad¨¦mica cita la biograf¨ªa del militar Camilo Alonso Vega (13 columnas, m¨¢s que Alfonso X El Sabio), escrita por Carlos Iniesta Mart¨ªnez y Jos¨¦ Mart¨ªn Brocos Fern¨¢ndez, de la que se trasluce "un franquismo puro y duro". Pifias de unos que salpican el esfuerzo impecable de otros. "Una de las cosas que m¨¢s me desazona es que esto haya defraudado las expectativas de los historiadores que han trabajado con rigor", lamenta.
Resbalan algunos autores, se disparata la proporci¨®n entre personajes seg¨²n su importancia, se incluyen vivos cuya biograf¨ªa est¨¢ por hacer y se eligen varios biografiados sorprendentes. "Ignoro c¨®mo se ha hecho la selecci¨®n de voces, pero creo que hay unos 300 beatos, los llamados m¨¢rtires, que no me atrever¨ªa a decir que se pueden suprimir, pero algunos parecen innecesarios y carentes de rigor hist¨®rico", sostiene.
A pesar de los fallos, Josefina G¨®mez conf¨ªa en que la comisi¨®n creada por presi¨®n del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia d¨¦ con una soluci¨®n que ayude a recuperar el prestigio de la instituci¨®n. Entretanto, sugiere alguna iniciativa: "La Academia puede hacer gestos que restablezcan la idea de neutralidad, como por ejemplo un homenaje a los acad¨¦micos exiliados tras la guerra, Rafael Altamira y Claudio S¨¢nchez Albornoz, cuyas plazas fueron cubiertas en 1942 obedeciendo una orden de la dictadura".
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