Guerra de patentes
La adquisici¨®n por Google de Motorola Mobility (el negocio de telefon¨ªa celular segregado de Motorola) constituye un paso m¨¢s en la lucha por las patentes en la actividad de la telefon¨ªa m¨®vil. Se trata de la m¨¢s importante compra de las numerosas -aunque de montante significativamente inferior- realizadas por la compa?¨ªa l¨ªder en Internet. Son 12.500 millones de d¨®lares en efectivo (40 d¨®lares por acci¨®n, un 63% m¨¢s de la cotizaci¨®n de cierre) los que pagar¨¢ por avanzar de forma muy significativa en la pugna abierta desde hace tiempo con Microsoft y, sobre todo, con Apple, y controlar aplicaciones que van m¨¢s all¨¢ de las posibilidades desplegadas por una y otra empresa de forma separada.
La operaci¨®n tiene lugar tras la adquisici¨®n de un consorcio dirigido por Apple y Microsoft -tras la desestimaci¨®n de la oferta de Google- para adquirir una cartera de m¨¢s de 6.000 patentes a la canadiense Nortel Network, quebrada en 2009. Poco despu¨¦s, Google compraba a IBM 1.000 patentes.
Se trata de algo m¨¢s que un movimiento defensivo el adoptado por Google. Motorola dispone de la mayor cartera de patentes vinculadas a la tecnolog¨ªa de movilidad, estimadas en m¨¢s de 17.000. Es esta empresa la fabricante de los tel¨¦fonos que funcionan con el software Android de Google, una plataforma lanzada en 2007, que ya dispone de m¨¢s de 150 millones de dispositivos. El compromiso de esta compa?¨ªa es seguir manteniendo Android como una plataforma abierta, y Motorola, que funcionar¨¢ como una compa?¨ªa independiente, seguir¨¢ fabricando para Android. Lo cierto, en todo caso, es que a partir de ahora Google pasa a ser una compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil y Apple dispone de un gran competidor. Otros fabricantes de m¨®viles como Samsung y HTC tampoco se quedar¨¢n tranquilos. La operaci¨®n ilustra igualmente la naturaleza de las amenazas sobre las empresas que todav¨ªa siguen manteniendo una parte esencial de su negocio central en la telefon¨ªa convencional. Tambi¨¦n legitima la alianza entre Nokia y Microsoft anunciada el pasado febrero.
Es esta integraci¨®n y convergencia de actividades, de empresas y modelos de negocio, en torno al potencial de Internet, de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de la comunicaci¨®n (TIC), la que act¨²a desde hace a?os como determinante de una rivalidad sin precedente. Constituye una expl¨ªcita demostraci¨®n de la dimensi¨®n de tecnolog¨ªas multiprop¨®sito de que disponen las TIC. Sus aplicaciones empresariales y en la vida cotidiana ser¨¢n generadoras de ganancias de eficiencia y de mejora de las condiciones de vida. Esa rivalidad entre las empresas l¨ªderes en la generaci¨®n de innovaciones y nuevas aplicaciones podr¨ªa ser favorable para los consumidores si de ella se deriva una mayor tensi¨®n innovadora y precios competitivos para las aplicaciones y dispositivos. Pero no conviene confiar en la propia din¨¢mica de concentraci¨®n de los gigantes empresariales. Antes de que se ultime la operaci¨®n, al final de este a?o o principio del siguiente, las autoridades reguladoras, no solo las estadounidenses, han de evaluar de forma detallada las consecuencias derivadas de ese reforzamiento del poder de mercado por Google, que en pocos a?os ha pasado a dominar un n¨²mero creciente de ¨¢reas de negocio estrechamente vinculadas entre s¨ª dentro de las cada d¨ªa m¨¢s imprescindibles tecnolog¨ªas de la informaci¨®n.
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