Tauromaquia o as¨ª
Hitchcock lo advirti¨® ya: nunca hay que rodar con ni?os ni con animales. Pero la m¨¢xima vale tambi¨¦n para las columnas period¨ªsticas: la mejor forma de meterte en un foll¨®n es escribir de ni?os y animales. Y sobre ni?os, a¨²n, porque todo el mundo es partidario de los ni?os siempre que los aguanten sus padres y no den la tabarra a los extra?os. Pero los animales... ?¨¦se es otro cantar; ah¨ª hay debate!
Bien, pues yo me la voy a jugar sincer¨¢ndome: no s¨¦ qu¨¦ pensar del tema de los toros. Veo a los antitaurinos moviliz¨¢ndose en la Aste Nagusia, diciendo que quieren abrir conciencias, cuando lo que quieren realmente es cerrar plazas, y me preocupa no tener una opini¨®n, porque un columnista sin opini¨®n es como un dentista que cobra en blanco: algo inaudito. Hombre, tengo una pseudo-opini¨®n, porque no me gusta que los animales sufran y me apena que el toro sangre, pero tampoco soy partidaria de que se proh¨ªban las corridas. ?No ser¨ªa mejor que fueran perdiendo p¨²blico ellas solitas, que es lo que parece que est¨¢ pasando? A ver si me explico: es como si nos plante¨¢ramos prohibir que la gente se llame Chindasvinto, o Marciano, o Is¨®sceles. ?Pero si ya nadie va a llamarse Chindasvinto! ?Si no quieren llamarse Is¨®sceles ni los tri¨¢ngulos! Si todo el mundo quiere tener nombres normales. ?Entonces, para qu¨¦ prohibir los raros?
Pero no es ¨¦sa la ¨²nica duda que me asalta. Tambi¨¦n me pregunto si un defensor de animales siente la misma sa?a contra la pesca de la lubina, la recolecci¨®n del mojoj¨®n o las campa?as de desratizaci¨®n. ?Qu¨¦ hace un antitaurino si encuentra en su casa cucarachas? ?Se las carga, las deja a su bola? Lo ignoro, la verdad. Y me planteo m¨¢s dudas, porque pienso que no ser¨¢ igual matar a un toro enamorado de la Luna, que abandona por la noche la man¨¢, que matar a un toro nihilista, que le da todo igual y que est¨¢ harto de la vida. ?Pero qui¨¦n puede adivinar la idiosincrasia de un toro?
En esas estoy, algo agobiada, la verdad, cuando me llama una amiga y me dice que ha tenido un sobrinito. "?C¨®mo se llama?", le pregunto. "Pange Lingua", dice; "es que naci¨® en plena JMJ y ya ves". Y oye, me ha dejado muerta.
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