Madrid abre l¨ªnea con J¨²piter
La estaci¨®n espacial de Robledo de Chavela sigue desde principios de agosto a la nave Juno, que tiene previsto llegar al planeta dentro de cinco a?os
En un peque?o valle rocoso, una hora al oeste de la capital, las vacas que rumian perezosamente comparten un idilio rural con unas enormes estructuras, emblem¨¢ticas de la era espacial. Pablo P¨¦rez-Zapardiel, ingeniero de telecomunicaciones de 55 a?os, lleva dos a?os como director de la estaci¨®n de Robledo de Chavela, el complejo de comunicaciones con el espacio profundo desde cuyas seis antenas parab¨®licas la NASA sigue a los veh¨ªculos que exploran el sistema solar.
En su despacho, rodeado de im¨¢genes de 50 a?os de investigaci¨®n de la frontera final, misiones en las que ha jugado un papel vital la base de Robledo, cuenta que la red tiene dos estaciones m¨¢s. "Una est¨¢ en California, cerca del Jet Propulsion Laboratory (JPL), que lleva la red para la NASA, y la otra est¨¢ en Canberra, Australia". Con tres estaciones, cada una ubicada a 120 grados de longitud de las otras, se procura comunicar con los sat¨¦lites 24 horas al d¨ªa sin que afecte el giro de la Tierra.
Entre el personal predominan los f¨ªsicos y los ingenieros
En el complejo se dedica un 20% del tiempo a la investigaci¨®n
La antena m¨¢s grande ocupa casi 4.000 metros cuadrados
A¨²n se comunica con el 'Voyager I', la sonda lanzada en 1973
Desde Robledo a¨²n se mantiene la comunicaci¨®n con el Voyager 1, la sonda que, lanzada en 1973, ahora se encuentra a 16.500 millones de kil¨®metros de la Tierra. Es el objeto m¨¢s distante de construcci¨®n humana. "Las se?ales tardan 16 horas en llegar, tan lejos est¨¢", dice P¨¦rez-Zapardiel. La estaci¨®n de Robledo es producto de una colaboraci¨®n entre Espa?a y Estados Unidos. "Las antenas son propiedad de la NASA, mientras el suelo es espa?ol, del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (INTA)", explica su director. La antena m¨¢s grande, de 70 metros de di¨¢metro, es "la joya en la corona", seg¨²n P¨¦rez-Zapardiel. Es enorme. Con casi 4.000 metros cuadrados ocupa una superficie equivalente a m¨¢s de la mitad de un campo de f¨²tbol. La cara del director se anima: "Es incre¨ªblemente sensible, capaz de detectar se?ales tan d¨¦biles que ser¨ªan como de una magnitud de un cero seguido de 18 ceros, menos fuerte que la se?al que llega de un sat¨¦lite que transmite la televisi¨®n", indica.
El centro sigue a m¨¢s de 30 sat¨¦lites, y el pasado 5 de agosto un nuevo veh¨ªculo se sum¨® a la lista con el lanzamiento de Juno, que va a explorar el planeta m¨¢s grande del sistema solar, J¨²piter. El d¨ªa de la puesta en el espacio fue intenso para P¨¦rez-Zapardiel, pero no el m¨¢s largo que ha tenido: "Estuve trabajando hasta las nueve de la tarde, y me qued¨¦ porque a las dos de la ma?ana lo cogimos nosotros de nuevo". El lanzamiento fue perfecto "sin ninguna falla". Ahora queda esperar: "Est¨¢ ya en modo crucero, lo monitorizamos y poco m¨¢s". Cuando llegue a J¨²piter, dentro de cinco a?os, la estaci¨®n s¨ª que tendr¨¢ tarea.
Todos los trabajadores del complejo son espa?oles y suman una plantilla fija de unos 110 y otros 60 subcontratados. "Aunque dependemos del JPL hacemos proyectos aqu¨ª", se?ala P¨¦rez-Zapardiel. Por ejemplo, la consola que administra toda la estaci¨®n fue dise?ada en Madrid: "Y lo hicimos con un equipo muy reducido comparado con lo que suelen usar en California. Hemos conseguido grandes cosas aqu¨ª. La gente es brillante, muy inteligente".
Entre el personal hay un poco de todo, pero, sobre todo, f¨ªsicos e ingenieros. "?No hay una licenciatura en seguir sat¨¦lites!", dice el director. "Necesitamos gente con una base de conocimientos que luego podamos formar. Ello lleva, como m¨ªnimo, un a?o".
P¨¦rez-Zapardiel ha ejercido casi todos los papeles en la estaci¨®n. Lleg¨® en 1978, fue saltando de un ¨¢rea t¨¦cnica a otra y luego pas¨® a la gesti¨®n. "No me gusta el titular jefe. Yo no soy due?o de nada. Soy un administrador", puntualiza. Lo m¨¢s interesante de su trabajo, asegura, es la parte t¨¦cnica de resoluci¨®n de problemas, la puesta en funcionamiento de nuevas soluciones y la preparaci¨®n de hitos como el lanzamiento de la Juno. Lo que m¨¢s le causa estr¨¦s es la parte burocr¨¢tica: los temas laborales y las gestiones presupuestarias.
Adem¨¢s de la comunicaci¨®n, el complejo dedica el 20% del tiempo a la investigaci¨®n. Una parte, para consumo propio, pero otra es para uso gratis de los cient¨ªficos espa?oles. Adem¨¢s, una de las antenas que ya no se usan se ha convertido en un radiotelescopio que se puede controlar desde Internet. "Todos los colegios en Espa?a pueden usarlo", indica el director. La investigaci¨®n le interesa mucho a P¨¦rez-Zapardiel. "La mayor parte del personal somos t¨¦cnicos e ingenieros, un instrumento de comunicaci¨®n para que los datos lleguen desde el espacio a los investigadores", dice el director. "Pero a nosotros tambi¨¦n nos fascina: el espacio es apasionante".
El complejo tambi¨¦n cuenta con un centro de visitas al que se puede acceder. Adem¨¢s de informar sobre el espacio ofrece actividades para los ni?os. "Disfrutan mucho con el proyecto de construir un cohete y lanzarlo", dice el responsable de la estaci¨®n.
Complejo de Robledo. Centro de visitas. Entre semana abre para grupos concertados. Los s¨¢bados y domingos, de 10.00 a 15.00, est¨¢ abierto para al p¨²blico en general. www.mdscc.org
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