El mal habita en Castilla
Se cumplieron 14 a?os de la muerte de Diana de Gales y concluimos: las princesas son cosas del pasado. Letizia anhela pasar inadvertida, bajarse de sus propios tacones. Es tiempo de duquesas. La de Cambridge con su elegancia young y la de Alba ni se diga: la Espa?a que le pertenece, y la que no, matan por acudir a su enlace.
Con su muerte, Diana se salv¨® de que la vi¨¦ramos envejecer desorientada en cuanto a hombres y, seguramente, sin poder entender los recortes de gastos, d¨¦ficits, primas de riesgo y reformas constitucionales de nuestro querido 2011. S¨ª, en este a?o las princesas no est¨¢n para nada de moda. Hasta Bel¨¦n Esteban mengua detr¨¢s del auge de las nuevas estrellas de Telecinco. A¨ªda N¨ªzar, Kiko y Jessica y la encarnaci¨®n de la housewife superviviente, Rosa Benito, le han arrebatado cetro, corona y capa en una suerte de coup d'etat medi¨¢tico tan evidente que no pudimos se?alarlo ni contenerlo.
Dos rubias tienen reformas pendientes: aisha gadafi y petra ecclestone
La calle canalla ya ha bautizado a "cospedal manostijeras"
Las Dianas de hoy en d¨ªa son Hillary Clinton, Angela Merkel y Christine Lagarde, mujeres de aut¨¦ntico poder, cada una dirigiendo o resistiendo la crisis a su manera. Clinton, por ejemplo, ha luchado con la toalla y los vientos en los Hamptons asolados por el hurac¨¢n Irene (que es masculino y femenino al mismo tiempo, o sea, un huracan¨®n), demostrando una vez m¨¢s talento para lidiar Lewinsky y d¨¦ficits. Sola, no la acompa?aron ni marido ni hija. ?D¨®nde estar¨ªa Chelsea, que se cas¨® y es como si se la hubiera tragado la tierra? Merkel, que est¨¢ a punto de convertirse en Santa ?ngela de la Crisis Mundial, se refugi¨®, lo que pudo, en Italia, que es donde veranean los todav¨ªa ricos. Y madame Lagarde no os¨® a colgar su impecable sastre azul marino ni siquiera para explicarnos por qu¨¦ se ha adelantado la reforma constitucional en los pa¨ªses riesgo. Desde su espigada figura, Lagarde ha advertido que el problema de los pa¨ªses ricos (cuesta creer que de verdad fuimos uno, mucho m¨¢s que volveremos a serlo) es que afrontan presiones sobre una deuda que financi¨® inversiones fracasadas. Y, en alianza con Merkel, defiende que la ¨²nica forma de permitir que el eurobono sea la hostia milagrosa pase porque los pa¨ªses loquitos del continente corran a abrir, y despedazar, el mel¨®n de la reforma constitucional.
Conviene detenerse un poco en este mel¨®n abierto. Antes, cuando ¨¦ramos ricos, solo se planteaba una reforma constitucional cuando se dirim¨ªa sobre la sucesi¨®n mon¨¢rquica. Quiz¨¢s no lo recuerde, fue hace taaanto, en 2005, cuando naci¨® Leonor de Borb¨®n, la primera hija de los pr¨ªncipes de Asturias, y resurgi¨® con fuerza el tema de por qu¨¦ no primaba la primogenitura sobre el g¨¦nero en la sucesi¨®n. Entonces se reiter¨® este t¨¦rmino tan gr¨¢fico de "partir ese mel¨®n", como si la Constituci¨®n fuera realmente comestible. Hoy, que somos pobres, el mel¨®n se abri¨® y se digiri¨® incluso antes que los del 15-M reaccionaran.
Sin Alka Seltzer, en esa digesti¨®n surgen l¨ªderes femeninos. Cospedal, que se erige en la primera presidenta comunitaria con techo de gasto p¨²blico y recortes a tutipl¨¦n, tantos como sablazos hay en ?guila Roja. Cospedal es la n¨²mero dos de su partido, pero la calle canalla ya la bautiza como "Cospedal Manostijeras", recortando sin rozar su pensi¨®n. Es alucinante la coincidencia de que el primer¨ªsimo primer plano de La piel que habito sea un panorama de Toledo. El temible doctor Ledgard (Antonio Banderas) tiene en esa ciudad su aterradora morada, El Cigarral. Todo lo que all¨ª habita y sucede es una definici¨®n del peor de los cr¨ªmenes: arrebatarnos nuestra identidad. ?El mal habita en Castilla! Y todo este ir y venir de huracanes y reformas no es m¨¢s que un tel¨®n de fondo para el aut¨¦ntico drama: nos est¨¢n eliminando aquella identidad de nuevos ricos que tan bien nos sentaba.
As¨ª como la antes cu?ada de Roc¨ªo Jurado ha eclipsado a la Princesa del Pueblo, Cospedal est¨¢ haciendo lo mismo con Esperanza Aguirre. Muy medi¨¢tica, ha estrenado recortes y nuevo look que ha conseguido olvidar su foto con mantilla y peineta. El pelo corto siempre fue anatema para la mujer latina, pero en Cospedal es met¨¢fora de tijeras y success. La hace eficiente, seria y joven, muy de su cosecha, la del 65, que incluye entre sus luminarias a Estefan¨ªa de M¨®naco y Jes¨²s V¨¢zquez. Cospedal adem¨¢s mezcla colores en su vestuario, chaqueta color nube, pantalones color sand¨ªa, en estos momentos de melones abiertos.
Dos rubias tienen reformas pendientes. Aisha Gadafi, la que fuera Claudia Schiffer de Libia y cuyo rostro decorara el extremo de un sof¨¢ de oro en forma de sirena en una de las casas de su padre, el todav¨ªa ilocalizable Gadafi. Se constata que sea cual sea la ideolog¨ªa de los dictadores, el gusto saud¨ª prevalece y les une igual que la reforma constitucional a nuestros pol¨ªticos. El interiorismo gadafiano, mezcla de Marbella con narcotr¨¢fico de los ochenta, se repite en las casas de los reyes ¨¢rabes y tambi¨¦n en las de los empresarios importadores de la Venezuela de Ch¨¢vez. Petra Ecclestone, que es rubia ceniza, deber¨ªa pujar sin miramientos por el sof¨¢ sirena. Es lo que le pasa siempre a las rubias, naturales o no, tambi¨¦n a los huracanes y a las princesas: terminan pareci¨¦ndose, cual creaciones del doctor Ledgard. El mal que habita en Castilla.
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