?Humano?
Usain Bolt solo necesita 19,4 segundos, exactamente, para desmontar todas las teor¨ªas sobre su vulnerabilidad y dejar de nuevo perpleja a la humanidad con su victoria en los 200 metros
Asafa Powell, quien, adem¨¢s de correr muy deprisa y lesionarse en los momentos m¨¢s inoportunos, es un jamaicano muy bienintencionado, quiso creer, y hacer creer, el otro d¨ªa, que la legendaria salida nula de Usain Bolt en la final de los 100 metros era un s¨ªntoma de que su colega es humano, pese a que hab¨ªa razones para dudarlo. "El fallo le hizo humano", repiti¨® Powell.
?Humano? ?Est¨¢ seguro?
19,40 segundos pueden ser 19,4 buenas razones para pensar que no, que tiene raz¨®n la inmensa mayor¨ªa de la humanidad que piensa que Bolt es un fen¨®meno procedente de otro planeta que aterriza en la tierra de vez en cuando y hace lo que hace.
19,40 segundos, el tiempo que necesit¨® para cubrir los 200 metros de una manera espectacularmente victoriosa, son otros tantos buenos argumentos contra los que piensan que Bolt es tan esclavo de su personaje, del aspecto m¨¢s payaso de su personaje atl¨¦tico, que en vez de entrenar su portento f¨ªsico, sus salidas de tacos, su enderezamiento mitigado por la escoliosis de su columna vertebral, se dedica a posar ante el espejo antes de las carreras en busca de nuevas muecas, de nuevas formas de sorprender a las adolescentes que tanto suspiran por ¨¦l.
Es la cuarta mejor marca de la historia, la tercera del plusmarquista mundial
"Hay que dar espect¨¢culo a la gente. Es un buen tiempo", dijo Bolt
En un estadio rendido, brisa a favor (+0,8 m/s), lo que en un 200 tampoco es tan bueno, pues el comienzo, la curva, lo m¨¢s peliagudo, se hace con viento de cara, noche cargada y no tan h¨²meda como otras sesiones, Bolt gan¨® su segundo oro mundial en los 200 metros corriendo en 19,4 segundos, el tercer tiempo m¨¢s r¨¢pido de su vida tras, por este orden, los 19,19 segundos del Mundial de Berl¨ªn 2009 y los 19,30s de los Juegos de Pek¨ªn 2008, que fueron plusmarcas mundiales. Solo los 19,32s de Michael Johnson, aquel r¨¦cord conseguido en Atlanta 96 que se pensaba durar¨ªa 100 a?os, evita que Bolt, de 25 a?os, tenga las tres mejores marcas de la historia.
Los 19,40 tienen m¨¢s valor, casi, por la forma en que los corri¨® anoche, por el momento en que lo hizo. Antes, show, despu¨¦s, m¨¢s show. Hasta bail¨® descalzo sobre el Mondo azul tit¨¢n de Daegu, anoche, al fin, la colorida. "El atletismo debe ser alegr¨ªa, diversi¨®n", dijo. "Hay que dar espect¨¢culo a la gente. 19, 40s es un buen tiempo, no estoy en mi mejor forma, pero los aficionados dir¨¢n si esto les vale".
Existe un ¨ªndice inequ¨ªvoco que permite decir ante una foto de una ¨²ltima recta si un atleta va a ganar o a perder: es su dentadura. Cuanto m¨¢s dientes se le vean, cuanto m¨¢s apretados est¨¦n y los labios m¨¢s apartados, casi desaparecidos en el esfuerzo, peor le ir¨¢. Esto era as¨ª, por supuesto, hasta que lleg¨® Bolt ayer e hizo la demostraci¨®n dentaria que hizo en la ¨²ltima recta. Un a?o de dudas, de marcas regulares para lo que es ¨¦l, de rumores, termin¨® en una curva m¨¢gica corrida por la calle tres, tan poco radio para sus largas piernas. Pese a ello, enfil¨® la recta ya con ventaja suficiente como para relajarse. Pero no, apret¨® los dientes. "Pero no porque estuviera enfadado", dijo. "Simplemente quer¨ªa correr lo m¨¢s r¨¢pido posible para pedir perd¨®n por lo que hice en el 100". Pese a todo, r¨¦moras de su precoz escapada en los 100 -"me pudo la ansiedad", confes¨® ayer, "las ganas de dar espect¨¢culo. Fue todo un error m¨ªo"-, volvi¨® a salir el ¨²ltimo de los tacos. Tres cent¨¦simas les regal¨® a los que iban detr¨¢s de ¨¦l, que tampoco hicieron mucho con ellas.
Por detr¨¢s de ¨¦l, m¨¢s que empujando al extraterrestre, aguantando su tir¨®n, como si contagiados por su velocidad, como si atados a ¨¦l en la distancia por una cuerda invisible, arrastrados por su torbellino, se aprovecharon al m¨¢ximo de su lanzamiento: Walter Dix, el hier¨¢tico norteamericano, que se qued¨® en 19,70s, a una cent¨¦sima de su mejor marca, conseguida ya hace cuatro a?os, y Christophe Lemaitre, quien podr¨ªa pasar por otro Bolt, al menos por alto, por cierto estilo similar, por la zancada, por la clase, si no fuera porque es franc¨¦s, blanco y, m¨¢s que nada, introvertido en extremo. Mientras Bolt se miraba por triplicado en las pantallas gigantes de alta definici¨®n del estadio antes de doblarse sobre los tacos, el campe¨®n de Europa, que como el jamaicano, tiene predilecci¨®n por los 200 sobre el 100, amor de juventud o algo as¨ª, cerraba los ojos, se miraba a su interior, se perd¨ªa en su nube, tan finito, tan poco m¨²sculo, tanta clase. Despu¨¦s, por la calle seis, su favorita, corri¨® como nunca a la estela lejana de Bolt. Aguant¨® la presi¨®n de Saidy Ndure por la calle siete. Baj¨® por primera vez de los 20s. Termin¨® en 19,80s. Solo un europeo ha corrido m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l en la historia; el italiano Pietro Mennea, hace ya 32 a?os, corri¨® en 19,72s, pero aprovechando las ventajas que para la velocidad supone la menor densidad del aire en la altura de Ciudad de M¨¦xico.
"Llevo a?os diciendo que Lemaitre es muy bueno", dijo Bolt tras la carrera que justifica todo el Mundial.
Antes de ellos, otra atleta blanca, la rubia australiana Sally Pearson, de 24 a?os, gan¨® los 100 metros vallas con un tiempo de 12,28s, la cuarta mejor marca de la historia, a solo siete cent¨¦simas del r¨¦cord mundial inalcanzable de Donkova en 1988. Un tiempo, el de Pearson, que no se ve desde los a?os en que toda buena marca llegada del Este era sospechosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.