Fraga en Madrid
Manuel Fraga Iribarne, de 89 a?os, se retira de la pol¨ªtica. Como todo el mundo sabe, Fraga es muy gallego, pero ha pasado gran parte de su vida en Madrid, ha sido nuestro vecino de la derecha, porque con Fraga se retira una de las im¨¢genes m¨¢s claras de la derecha espa?ola desde mediados del pasado siglo hasta nuestros d¨ªas. Su vida se desarrolla en la capital, con algunas excepciones, como cuando no s¨¦ qu¨¦ le pas¨® con Franco, y el general se lo quit¨® de en medio envi¨¢ndole de embajador en Londres; o como cuando las urnas le pusieron al frente de la Xunta de Galicia.
Muy h¨¢bil tiene que ser don Manuel para haber estado en primera l¨ªnea con Franco, con la Transici¨®n y con la democracia. Particip¨® en los Pactos de La Moncloa, en el consenso y es uno de los padres de la Constituci¨®n.
Un ejemplo de su car¨¢cter: manten¨ªa una reuni¨®n con periodistas en su despacho de la Castellana. Avis¨® a sus asesores: "Que no me pasen ning¨²n tel¨¦fono mientras hablo con estos se?ores". A los cinco minutos son¨® el tel¨¦fono. Fraga entonces cogi¨® unas tijeras y cort¨® el cable. Alguien que hace esto no es extra?o que se meta al mar en Palomares en ba?ador para demostrar al mundo que all¨ª no hab¨ªa bomba alguna.
Con los cantautores fue demasiado ortodoxo. Hab¨ªa que presentar la censura de las canciones en el Ministerio; luego, esa misma lista hab¨ªa que presentarla en el Gobierno Civil de la localidad donde actuases. Y, posteriormente, a veces, hac¨ªa una supervisi¨®n el comandante en puesto de la Guardia Civil. A un tipo, pasadas todas las censuras, solo le qued¨® una canci¨®n en su repertorio. Tuvo el valor de cantar el mismo tema seis veces. Y se acab¨®.
Una ca¨ªda en su domicilio de Madrid le rompi¨® la cadera. Pero Madrid no tuvo la culpa, don Manuel.
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