China se sube a la parra
El gigante asi¨¢tico se suma con sus propias bodegas al mercado del vino
Podr¨ªa ser un ch?teau del Renacimiento franc¨¦s, que es lo que pretende, pero el conjunto rezuma Disneylandia. No importa. De cualquier forma, el edificio y sus alrededores ajardinados, salpicados de estatuas m¨¢s propias de un museo italiano, est¨¢n completamente fuera de lugar en los alrededores de Pek¨ªn. Quiz¨¢ por eso, muchas parejas viajan hasta la sede de Changyu AFIP Global para hacerse las fotos de boda y ahorrarse un viaje a Europa.
No obstante, los vi?edos que trepan por las laderas colindantes demuestran que el lugar no es un parque tem¨¢tico, sino el centro neur¨¢lgico de una de las principales bodegas chinas. Fundada en 1892, Changyu AFIP -que debe ese acr¨®nimo a los pa¨ªses con los que colabora: Am¨¦rica, Francia, Italia y Portugal- es considerada la f¨¢brica de vinos para presidentes y, no en vano, los han probado desde Mao Zedong hasta Barack Obama.
El a?o pasado la producci¨®n interna creci¨® un 12,38% respecto a 2009
Pero Liu Xuesheng, su director de marketing, es consciente de que los caldos chinos no tienen buena fama: "La cultura del vino en China todav¨ªa es muy reciente, y tenemos mucho que aprender. Por eso hemos decidido colaborar con pa¨ªses que cuentan con una larga tradici¨®n e invertir en tecnolog¨ªa punta". Y la honestidad, afirma Liu, es clave para triunfar en un pa¨ªs lastrado por multitud de esc¨¢ndalos alimentarios. "Nuestros vinos se producen exclusivamente con uva china recolectada en las 16.600 hect¨¢reas que tenemos repartidas en seis provincias", asegura, en clara referencia a las marcas que fabrican la bebida en laboratorio o la compran fuera a granel para embotellarla luego en China. Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, export¨® el a?o pasado 47,2 millones de litros de vino, pero solo 9,5 millones viajaron en botella. Por su parte, China asegura que el a?o pasado produjo nada menos que 1.000 millones de litros, un 12,38% m¨¢s que en 2009.
Changyu AFIP, que ya comercializa sus caldos en 28 pa¨ªses, tiene grandes esperanzas puestas en el mercado local. Gracias al Changyu Jiebaina -un tinto que se vende entre 12 y 36 euros-, ha conseguido afianzarse en lo m¨¢s alto con una cuota del 20%. Y esto es solo el principio, porque el pa¨ªs prev¨¦ que el consumo per capita siga dispar¨¢ndose y alcance un litro el a?o que viene. "Hay espacio para todos, pero queremos competir con las bodegas extranjeras, y para eso necesitamos encontrar un modelo que se ajuste a las caracter¨ªsticas chinas", explica Liu. "El ¨¦xito de Napa Valley y de los pa¨ªses del nuevo mundo del vino son sin duda un referente", a?ade.
"Pero para conseguir calidad necesitamos el acicate de un p¨²blico exigente, porque ahora el chino rico est¨¢ dispuesto a pagar una fortuna por una botella, pero no es capaz de discernir si es buena". Hedy Ge es un buen ejemplo de ello. No tiene ni idea de vino. De hecho, no sabe ni con qu¨¦ se elabora. Sin embargo, esta joven de Shangh¨¢i hace ya un par de a?os que lo bebe en fiestas. Es cool. Con un sueldo que supera los 1.000 euros, Ge es el prototipo de cliente que buscan las bodegas de todo el mundo.
Torres tambi¨¦n. La empresa catalana se instal¨® en el gigante asi¨¢tico en 1997, solo un a?o despu¨¦s de que el primer ministro Li Peng decidiera instaurar el vino en los banquetes oficiales en detrimento de los licores, y ahora vive una dulce borrachera. Si se cumplen sus expectativas, el a?o que viene China le proporcionar¨¢ unos ingresos superiores a los de Jap¨®n. No obstante, Alberto Fern¨¢ndez, director de Torres China, coincide con Liu en la necesidad de impulsar la cultura del vino entre la poblaci¨®n china. Por eso, Ge acude a una de las catas que se organizan en la vinoteca que la bodega tiene en Shangh¨¢i.
Donde Rita Marta, responsable del establecimiento, huele a manzana verde, Ge apuesta por el lichi. La joven tuerce el gesto con los fuertes taninos de los tintos m¨¢s correosos, y se sorprende al saber que el dulce moscatel tambi¨¦n se elabora con uva. "Es evidente que el paladar chino es diferente, porque se ha forjado a trav¨¦s de experiencias muy diferentes, pero cada vez est¨¢ mejor formado", apunta Fern¨¢ndez. Por eso, Torres tambi¨¦n colabora en la elaboraci¨®n de vinos chinos, como el Grace Vineyard. "China tiene un gran potencial no solo como mercado para la venta de vino, sino como productor. Afortunadamente, todav¨ªa llevamos cierta ventaja".
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