Reino Unido investigar¨¢ la conexi¨®n de sus servicios secretos con Gadafi
El MI6 facilit¨® la captura de disidentes, seg¨²n documentos del espionaje libio
Abdel Hakim Belhaj, comandante de las brigadas rebeldes de Tr¨ªpoli, era ayer uno de los libios de los que el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, alababa su coraje y resistencia en su lucha por derrocar a Muamar el Gadafi. Pero en tiempos cercanos era considerado un terrorista. Fue secuestrado en Malasia, trasladado a Bangkok y entregado a las autoridades libias por la CIA. Colabor¨® con el MI6 brit¨¢nico, que tambi¨¦n proporcion¨® en 2004 al r¨¦gimen informaci¨®n sobre Belhaj y otros disidentes que corr¨ªan riesgo de ser torturados, y particip¨® en otras operaciones para entregar a supuestos islamistas a Tr¨ªpoli. Los documentos hallados en las oficinas de los servicios de inteligencia libios, dirigidos durante muchos a?os por Musa Kusa -quien desert¨® y viaj¨® a Londres a finales de marzo-, muestran la colaboraci¨®n de la CIA y las agencias de espionaje de Reino Unido con el dictador. Las consecuencias pol¨ªticas han sido inmediatas. La comisi¨®n que investiga las entregas ilegales a pa¨ªses en los que se practica la tortura se ampliar¨¢ para indagar los nuevos hallazgos, seg¨²n asegur¨® Cameron en la C¨¢mara de los Comunes.
El jefe rebelde Belhaj revela que la CIA y el MI6 colaboraron en su secuestro
Belhaj, miembro del Grupo de Combate Isl¨¢mico Libio, al que se atribu¨ªan v¨ªnculos con Al Qaeda, asegura que fue torturado por la CIA en la capital tailandesa. Human Rights Watch, que descubri¨® los documentos, asegura que Washington y Londres sab¨ªan que iba a ser maltratado. Entre otras razones porque se han encontrado tambi¨¦n papeles en los que constan las preguntas que remit¨ªa la CIA a los agentes libios. Y de las credenciales del d¨¦spota pocos pod¨ªan dudar. Los servicios secretos brit¨¢nicos, no obstante, siempre negaron cualquier complicidad en esas operaciones.
"Lo que me sucedi¨® a m¨ª y a mi familia es ilegal. Merece una disculpa porque fui capturado y torturado, y por todas las ilegalidades, empezando por la informaci¨®n facilitada a la seguridad libia, el interrogatorio en Bangkok...", declar¨® ayer Belhaj a la cadena BBC. Seg¨²n el diario The Guardian, el comandante rebelde exige una disculpa a Estados Unidos y a Reino Unido y se plantea demandarlos judicialmente.
No fue el de Belhaj el ¨²nico caso. En los documentos descubiertos entre las ruinas de la sede del espionaje libio se aborda al menos una entrega dirigida por las agencias de inteligencia brit¨¢nicas. Abu Munthir, otro islamista presuntamente implicado en actividades terroristas en Inglaterra, fue detenido en 2004 en Hong Kong y puesto a disposici¨®n del Gobierno libio. Nunca m¨¢s se ha sabido de ¨¦l, ni de su esposa e hijos. Seg¨²n los expedientes descubiertos, el MI6 colabor¨® con la CIA en varias operaciones similares m¨¢s. Ibn Sheij al Libi, otro presunto islamista, muri¨® en prisi¨®n. El Ejecutivo libio asegur¨® que cometi¨® suicidio.
Durante a?os un apestado por la implicaci¨®n libia en el atentado de Lockerbie -la ciudad escocesa en la que perecieron en 1988 m¨¢s de 270 personas al explotar en vuelo un avi¨®n de la l¨ªnea a¨¦rea Pan Am-, Gadafi pag¨® compensaciones a las v¨ªctimas y se esforz¨® por mejorar las relaciones con los pa¨ªses occidentales. A mediados de la d¨¦cada pasada, el tirano despej¨® las dudas sobre el desmantelamiento de sus programas de destrucci¨®n masiva, y varios jefes de Gobierno europeos, entre ellos Tony Blair, Silvio Berlusconi y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, visitaron Tr¨ªpoli. El MI6 jam¨¢s escondi¨® su colaboraci¨®n con los agentes libios en la inspecci¨®n de esos programas de armamento o en la organizaci¨®n del vuelo que traslad¨® a Musa Kusa a Londres en marzo.
El ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico en aquellos a?os, Jack Straw, dijo ayer que nunca autoriz¨® semejantes operaciones. ?Funcionan por su cuenta los servicios secretos o las investigaciones anunciadas ayer por Cameron despejar¨¢n si Straw oculta informaci¨®n? "Ning¨²n ministro de Exteriores puede saber todos los detalles de lo que las agencias de inteligencia est¨¢n haciendo en todo momento", a?adi¨® Straw.
M¨¢s dirigentes pueden salir manchados. Entre los citados expedientes, un documento precisa que altos funcionarios de Gadafi viajaron en julio a Pek¨ªn para comprar armas, incluidos misiles tierra-aire. El Gobierno chino neg¨® tener conocimiento de los manejos de las empresas de este pa¨ªs, un desmentido dif¨ªcilmente cre¨ªble dado su estricto control sobre gestiones de este calado. Ali Tarhuni, ministro de Finanzas y Petr¨®leo libio, advirti¨® ayer que esta revelaci¨®n tendr¨¢ consecuencias en sus relaciones con Pek¨ªn, la potencia m¨¢s reacia a reconocer la legitimidad de las autoridades insurgentes.
Papeles secretos comprometedores
Los documentos hallados en un edificio de los servicios de seguridad externa libios tras la ca¨ªda de Tr¨ªpoli muestran la colaboraci¨®n de los servicios de espionaje brit¨¢nicos (el MI6) y estadounidenses (la CIA) con los libios para entregar al r¨¦gimen de Gadafi a sospechosos de terrorismo.
Uno de ellos, publicado por el diario brit¨¢nico The Guardian, es un fax que la CIA envi¨® el 23 de marzo de 2003 a Tr¨ªpoli: "Nuestro servicio ha sabido que el pasado fin de semana el subjefe del LIFG [siglas en ingl¨¦s del Grupo de Combate Isl¨¢mico Libio], el emir Abu Munthir, y su esposa e hijos estaban detenidos en Hong Kong por violaciones de la ley de inmigraci¨®n. Tambi¨¦n estamos al tanto de que su servicio [secreto] ha estado cooperando con el brit¨¢nico para trasladar a Abu Munthir a Tr¨ªpoli y que ustedes ten¨ªan un avi¨®n disponible para ese fin en las Maldivas".
La CIA se ofrece a financiar esta operaci¨®n si es necesario: "Si el pago de un avi¨®n es un problema, nuestro servicio estar¨ªa dispuesto a ayudar econ¨®micamente para cubrir esos costes". A continuaci¨®n, se solicita a Libia un aval antes de prestar su ayuda a la operaci¨®n de entrega del detenido: "Debemos tener garant¨ªas de su Gobierno de que Abu Munthir y su familia ser¨¢n tratados con humanidad y que sus derechos humanos ser¨¢n respetados".
Otros documentos, publicados por el peri¨®dico canadiense Globe and Mail y obtenidos en Tr¨ªpoli por uno de sus periodistas con ayuda de la ONG Human Rights Watch, muestran que empresas de armamento chinas estaban dispuestas a vender armas al r¨¦gimen de Gadafi en julio, pese al embargo de la ONU, por 200 millones de d¨®lares. Los originales est¨¢n escritos en ¨¢rabe y el diario ofrece parte de la traducci¨®n al ingl¨¦s de un informe de la visita de enviados libios a China: "Nos reunimos con los subjefes de la empresa CPMIC [China National Precision Machinery Import & Export Corp.] y les proporcionamos una lista de armas, munici¨®n y otras peticiones; ellos mostraron su voluntad de proporcionarnos todo el material disponible en sus almacenes".
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