Qu¨¦ pasa en las aulas
La habitaci¨®n de Ra¨²l Gonz¨¢lez es la de cualquier chaval de 16 a?os: juegos de la PlayStation, dibujos manga, p¨®ster de Harry Potter. Salvo un detalle en el escritorio, un voluminoso libro de problemas matem¨¢ticos. "Le dan las doce y te dice: 'Yaaa, el ¨²ltimo... ?que es muy divertido!", cuenta su madre, Mar¨ªa Luisa. Desde primaria los profesores le enviaron a concursos. Con tres a?os constru¨ªa puzles de cien piezas. Siempre le¨ªa con sus padres, estudi¨® en un instituto biling¨¹e, le apuntaron a piano... Un alumno motivado en un entorno favorable; si existe la educaci¨®n perfecta, se parece a esta. Pero en Espa?a uno de cada tres j¨®venes (31,2%) no termina la ESO, el doble que la media europea. Y el informe PISA -que eval¨²a a chicos de 15 a?os de 65 pa¨ªses de la OCDE- nos sit¨²a en un puesto medio-bajo desde hace una d¨¦cada.
Contra la alt¨ªsima repetici¨®n, del 36%, muchos sugieren poner medidas de refuerzo desde primaria
"Sobran asignaturas en la ESO. Mejor insistir en lo b¨¢sico y ense?ar a asociar y pensar", dice un alumno
Mario Bedera: "Un profesor que solo cumpla no puede cobrar igual que otro que innove y se implique"
En julio, Ra¨²l sac¨® un 9,4 en las pruebas del bachillerato de excelencia de la Comunidad de Madrid, el ¨²nico sobresaliente de los 2.278 inscritos (con al menos un ocho de media en la ESO). Va a estudiar en el instituto San Mateo, proyecto que algunos tachan de segregacionista. Es una de las inc¨®gnitas del curso, junto a problemas de siempre como el 28,4% de abandono escolar temprano [los que entre los 18 a?os y los 24 se marchan sin el bachillerato o una FP]. Escuchemos a los protagonistas: ?qu¨¦ pasa en las aulas?
"Somos producto de un retraso hist¨®rico", analiza el secretario de Estado de Educaci¨®n, Mario Bedera. "En 1978 ten¨ªamos un 25% de poblaci¨®n analfabeta, cuando Finlandia contaba con un 5% hace 100 a?os. Hemos corrido m¨¢s que los vecinos". Soci¨®logos como Jos¨¦ Saturnino Mart¨ªnez, de la Universidad de La Laguna, rechazan el t¨®pico de que vamos a peor: "La exigencia es alta comparada con pa¨ªses de nuestro entorno: uno de cada cinco j¨®venes tiene mal rendimiento en lectura, proporci¨®n similar a la de Francia o Alemania. All¨ª tienen los mismos alumnos de bajo nivel, pero no fracasan tanto".
Suele se?alarse la elevad¨ªsima repetici¨®n (del 36%) como una lacra. Para Bedera, "indica que no se han puesto medidas de apoyo con antelaci¨®n". Los programas con contenidos suavizados llegan en 3? de la ESO, pero el fracaso se fragua en primaria, seg¨²n el Observatorio de la Educaci¨®n de la Fundaci¨®n 1? de Mayo de CC OO. "En cuanto se perciba el riesgo de suspender, hay que reforzarle", zanja Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, presidente de la asociaci¨®n de directores de instituto Fedadi. En el Pa¨ªs Vasco, con profesores de apoyo y desdobles, han reducido el fracaso al 15%. Hay quien sugiere incluso una evaluaci¨®n continua, sin ex¨¢menes, como Virgilio Gantes, vicepresidente de Ceapa, federaci¨®n de asociaciones de padres.
"Mam¨¢, no valgo para estudiar". Con diez a?os, Ignacio dej¨® de piedra a Emilia, su madre. "?l se esforzaba y su tutora solo miraba el resultado. Siempre hac¨ªa los deberes, pero solo le pregunt¨® el d¨ªa que no los llev¨®; y le puso un cero. Iba a pillarle. Y nunca le daba un empuj¨®n a su autoestima; cuando lo hac¨ªa muy bien en pl¨¢stica, le pon¨ªa un ocho, ?por qu¨¦ no un diez? Fue un curso duro". Lo iban a cambiar de colegio, pero en 6? su nueva tutora le dio confianza. Un a?o despu¨¦s, el peque?o, con pantal¨®n del Real Madrid y polo blanco, acaricia distra¨ªdo a su perra.
-Ignacio, ?qu¨¦ tal te iba en 5??
-M¨¢s o menos...
-?Y por qu¨¦ estudias?
-Es lo que mejor se me da. Me lo paso bien en conocimiento del medio.
La hermana de Ra¨²l Gonz¨¢lez, Elia, que estudia la carrera de matem¨¢ticas y da clases particulares a ni?os de la edad de Ignacio, constata una conclusi¨®n del informe PISA: conocemos la teor¨ªa, pero fallamos al aplicarla. "Me dicen que les explique qu¨¦ hacer y lo memorizan, pero les da igual entenderlo", comenta en su casa en Alcobendas. Sentado a su lado, Ra¨²l a?ade: "Antes del bachillerato, mejor profundizar en lo b¨¢sico y ense?ar a asociar, a pensar. Sobran asignaturas". As¨ª es como Polonia, con menos inversi¨®n por alumno, ha subido 21 puntos PISA: ha simplificado el curr¨ªculo, centrado en desarrollos y habilidades. El profesor de la Universidad de Valencia Eduardo Vidal-Abarca apunta otras dos medidas: "M¨¢s autonom¨ªa de los centros y un sistema de promoci¨®n de los buenos profesores".
Despu¨¦s del infausto CAP, y mientras se consolida el nuevo m¨¢ster de formaci¨®n de docentes, muchos apuestan por una especie de MIR, un examen nacional de selecci¨®n seguido de unas pr¨¢cticas. Seg¨²n Saturnino Mart¨ªnez, mejorar¨¢ "la formaci¨®n did¨¢ctica, para que los graduados aprendan a transmitir solo un poco de sus conocimientos de forma comprensible para j¨®venes, y motivarlos". Modelos de ¨¦xito como Finlandia destacan algo m¨¢s intangible: el ambiente de confianza en el profesor. La que, por ejemplo, ten¨ªa Ra¨²l en David, que le preparaba para concursos de matem¨¢ticas en horas extra. El secretario de Estado lo admite: "Uno que solo cumpla no puede cobrar igual que otro que haga proyectos de innovaci¨®n, que vaya a ver a los padres del chico que falta... Hay que establecer una evaluaci¨®n para premiarlos".
Ese compromiso es "hoy m¨¢s necesario: con la inmigraci¨®n hemos pasado de ense?ar conocimientos a cuestiones sociales", afirma Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, de Fedadi. En institutos como el Ciudad de Ja¨¦n, en el barrio de Orcasur de Madrid, la mitad de los alumnos son extranjeros. Su director, Francisco Cilleruelo, es consciente de que "los profesores no llegan motivados: chabolas en la calle, instalaciones viejas... ". Pero cree que "un centro puede ser referente de un barrio: el trabajo en clase cuenta m¨¢s que nunca". Sin embargo, el informe Talis de 2009 indica que tres de cada cuatro profesores de ESO no reciben reconocimiento cuando mejoran. De hecho, casi la mitad no son evaluados. "Cada cambio de ley cambia el papeleo (c¨®mo relleno los objetivos), pero en mi clase nunca ha entrado un inspector a verme impartir y asesorarme", cuenta Fernando, un maestro.
A Jonathan Castro, de 25 a?os, le echaron de cinco colegios. Se sent¨ªa rebelde, y sus padres, separados, trabajaban todo el d¨ªa. "Cuando no encajas, te ponen al fondo de clase para que no des la brasa, y convencen a tu familia de que eres un granuja". Con 16 dej¨® la ESO y holgazane¨® hasta que a los 18 se vio sin dinero. Comenz¨® un m¨®dulo de grado medio, "para al menos tener un oficio". Y sinti¨® que, "por fin, hac¨ªa algo bien". Continu¨® con una formaci¨®n profesional superior de electricista. Pero la obra se le quedaba peque?a: "Aprender es un vicio, quieres m¨¢s". A diferencia de todos los que dejaron el pupitre por el andamio y han vuelto con la crisis, Jonathan descubri¨® su vocaci¨®n: dise?ar videojuegos. Ahora estudia en una facultad privada, gracias a una beca de 20.000 euros que logr¨® con el proyecto de un juego de estrategia naval. Lo est¨¢ desarrollando: en su ordenador, un barco pirata surca el oc¨¦ano, pliega las velas y dispara con una animaci¨®n profesional. Aspira a vend¨¦rselo a Apple.
Si el talento estaba ah¨ª, ?por qu¨¦ casi abandona? "El sistema pone trabas para seguir estudiando a quienes no se grad¨²an en ESO", se?ala Saturnino Mart¨ªnez. "Pero la flexibilizaci¨®n parece bien encaminada". Se refiere al nuevo plan del Gobierno: los PCPI, programas de cualificaci¨®n profesional inicial a partir de los 15 a?os, para lograr un primer t¨ªtulo que conduzca a la FP.
No hay que ser pesimistas. "Estamos muy bien en reducir diferencias socioculturales, con estudiantes con una puntuaci¨®n mayor a la esperable seg¨²n su estatus. Y los inmigrantes que llevan m¨¢s de 12 a?os tienen resultados similares a los nativos", subraya Vidal-Abarca. El sistema es equitativo (el 77,1% entre aprobado y notable), aunque falta atender a los brillantes: solo un 3% se encuentran en el sobresaliente, frente al 8% de media de la OCDE. Soci¨®logos como Rafael Feito evitar¨ªan aislar a los mejores en centros de elite. "Si terminan antes que el resto, que hagan actividades creativas. Los f¨ªsicos que descubrieron el grafeno lo hicieron en un juego". Eso s¨ª: en Corea, pa¨ªs puntero, dos de cada tres chicos van a clases de refuerzo. La atenci¨®n individual funciona.
Todos estos asuntos estaban sobre la mesa en el Pacto de Estado por la Educaci¨®n que fracas¨® en 2010. Despu¨¦s de tres grandes reformas en democracia, nuestros protagonistas -todos- reclaman estabilidad. Y mayor inversi¨®n: el gasto de Espa?a es el 5,1% del PIB, frente al 5,8% europeo..., pero este a?o las comunidades aut¨®nomas han recortado 1.800 millones. Es lo que hay. De momento, las familias asumen su compromiso: en colegios como La Navata los alumnos comentan noticias le¨ªdas en casa. Por su parte, los padres de Ra¨²l se saben la lecci¨®n: apoyo significa animarle a resolver problemas o tocar melod¨ªas de Yann Tiersen, pero tambi¨¦n dejarlo con sus amigos en la bolera... y picarle para que Tiri (de tirillas) haga deporte.
Los alumnos opinan?
- "Deber¨ªan explicar la historia como si fuera una narraci¨®n, no episodios aislados; entender y relacionar las ¨¦pocas, m¨¢s que aprender fechas. Por otra parte, est¨¢ muy bien organizar concursos para picar una competitividad sana: en mi colegio dejaban en el tabl¨®n de anuncios una pregunta l¨®gica y una literaria para que al final de la semana respondieras". (Ra¨²l, 16 a?os)
- "Que los orientadores sepan de verdad lo que nos interesa: hacen falta m¨¢s entrevistas y tests de aptitudes. Y no presionar tanto al alumno, sino intentar canalizar su energ¨ªa a que de verdad quiera estudiar (?por qu¨¦ no hacerle ver las ventajas laborales?). Ah, y cuando no quede otra que castigarle por la tarde, que no sean horas perdidas, sino una especie de clase extra para que aprenda algo". (Jonathan, 25)
- "M¨¢s participaci¨®n de los alumnos: favorecer las asociaciones, intervenir en los contenidos...". (Elia, 20)
Palabra de los especialistas
- "Escuchar los problemas de los ni?os en asambleas. Dejarles proponer e investigar, y que luego el profesor articule esas demandas en el curr¨ªculo. No hay que tirar por la borda lo conseguido hasta ahora, pero en ning¨²n sitio est¨¢ escrito que para aprender haya que estar sentados y callados. En el Miguel Catal¨¢n de Coslada forman grupos cooperativos: un alumno aventajado es mentor de sus cuatro compa?eros. Y en un colegio en Arturo Soria practican la inteligencia cin¨¦tica, los chavales se levantan y se tiran al suelo mientras intercambian palabras que empiezan por ge o jota. As¨ª no se les olvida". (Rafael Feito, soci¨®logo de la Universidad Complutense)
- "Para mejorar el rendimiento, cinco minutos de relajaci¨®n (respiraciones profundas, postura egipcia o dec¨²bito supino) al principio y al final de las clases. As¨ª cambia la frecuencia de las ondas cerebrales. Cuando estamos ilusionados, la informaci¨®n se graba mejor; la rabia, en cambio, bloquea los neurotransmisores. Vienen bien rutinas como estudiar siempre a la misma hora del d¨ªa. Y repetir la lecci¨®n a las tres horas, a los tres d¨ªas y al mes. En cuanto al trato, el profesor debe comunicarse desde el cari?o, intentar ser amigo y motivarle para que sepa por qu¨¦ estudiar. Un ni?o me dijo que su aspiraci¨®n era tener una familia; entendi¨® que para eso necesita un trabajo". (Milagros y Jos¨¦ Dur¨¢n, psic¨®logos del gabinete DYCI-ALPHA)
As¨ª lo ven los profesores
- "En centros con mucha inmigraci¨®n, para que los extranjeros dominen el idioma da buen resultado separarlos en grupos mientras los nativos dan asignaturas troncales. Antes los atend¨ªamos individualmente, pero unidos no se sienten excluidos. Luego, la otra mitad de las horas (m¨²sica, tecnolog¨ªa...) las comparten con espa?oles. Y el instituto se ha convertido en el punto de encuentro del pueblo". (Jos¨¦ Antonio F¨¢brega, director de L'Encant¨¤, en Rojales (Alicante). En 2009, con un 40% de inmigraci¨®n, fue el primero en selectividad de la comunidad.
- "Un acuerdo pol¨ªtico, porque los cambios afectan al d¨ªa a d¨ªa. Durante a?os se elimin¨® septiembre... hasta que volvi¨®, y los chavales no ten¨ªan costumbre de estudiar en verano para esa convocatoria". (Santiago, maestro de Zaragoza)
- "En primaria, actuar con profesores de apoyo y logopedas. En secundaria, mayor flexibilidad: el alumno tiene derecho a equivocarse en lo que elige, y luego reengancharse. Plantear¨ªa que la ESO fuera un a?o m¨¢s corta y el bachillerato uno m¨¢s largo; ahora no tiene consistencia". (Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, presidente de Fedadi)
Lo que piden los padres
- "Menos clases magistrales: los ni?os tienen que hacer las cosas, no solo o¨ªrlas. Tambi¨¦n ense?ar a debatir, una gran carencia en Espa?a. ?Y por qu¨¦ no asignaturas creativas, como astronom¨ªa para ciencias, o teatro unido a la literatura?". (Emilia, madre de Ignacio)
- "Trasladar el modelo de infantil a secundaria. Del colegio me encant¨® la relaci¨®n cercana con los profesores y la participaci¨®n, que luego se pierde". (Manuel Gonz¨¢lez, padre de Ra¨²l)
- "Pactar los horarios de los consejos escolares no a las 16.00, sino despu¨¦s de la jornada laboral de los padres. Reconocernos a los padres como coeducadores. E invertir en traductores, psic¨®logos y mediadores". (Virgilio Gantes, vicepresidente de Ceapa)
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