Un t¨ªtulo en la cabeza
Nadal se enfrenta a Djokovic con el reto de recuperar su mejor arma, la mente
"Yes, we can". El lema de la campa?a presidencial de Obama habita en la cabeza de Rafael Nadal durante uno de los momentos m¨¢s complicados de su carrera: "S¨ª, puedo", se dice a cada descanso de la final del Abierto de Australia 2009, que juega y gana tras disputar 5h 14m de semifinales. Es la prueba de la fuerza infinita que esconde su cerebro. Hoy (22.00, Canal +), antes de la final del Abierto de Estados Unidos, el campe¨®n volver¨¢ a buscar un lema, un mantra al que agarrarse tras escuch¨¢rselo a Toni Nadal, su t¨ªo y t¨¦cnico, porque se enfrenta a la m¨¢s dif¨ªcil de las misiones: derribar al serbio Novak Djokovic, el primer tenista capaz de ganarle cinco encuentros seguidos, todos en 2011, todos en finales y casi todos con el n¨²mero dos mundial, que tiene su mejor golpe en la cabeza, tiritando en los momentos decisivos. El mallorqu¨ªn compite hoy por algo m¨¢s que su und¨¦cimo grande. Pone en juego su corona, su orgullo y la fortaleza de su mente. El devorador de cerebros ya conoce las dudas.
"Consiste en estar dispuesto a afrontar las adversidades", explica Toni Nadal
"He vuelto a coger mi l¨ªnea. Siento que pase lo que pase me marcho reforzado", dice Rafa
"En esos cinco partidos contra Djokovic hubo momentos en los que no cre¨ª al ciento por ciento en la victoria. No estoy contento con mi actuaci¨®n mental". Las palabras de Nadal, que ha hecho de lo excepcional una norma (ha jugado seis de las siete ¨²ltimas finales grandes; venci¨® en cuatro y puede lograr hoy imponerse en la quinta), retratan por d¨®nde perdi¨® los duelos previos y cu¨¢l fue la clave en todos ellos: su cabeza. "No creer te hace tener menos posibilidades, pero muchas menos, que si crees. Si crees, corres m¨¢s. Si crees, pones una pelota m¨¢s dentro. Eso, no creer, es un gran problema".
En cuatro de las cinco derrotas contra Djokovic en 2011, incluida la cosechada en la final de Wimbledon, el espa?ol perdi¨® el saque justamente cuando se jugaba igualar el marcador o perder un parcial. Es el mejor resumen de sus dudas, que carcomen los cimientos de su juego y le desarman. Es, tambi¨¦n, la mejor fotograf¨ªa de cu¨¢nto impone el serbio, Atila con raqueta, porque a su paso solo quedan el vac¨ªo y sus victorias (63-2 en 2011). ?C¨®mo solucionar eso?
"El trabajo mental", explica Toni Nadal, que ha llenado los quince ¨²ltimos d¨ªas del campe¨®n de sutiles mensajes lanzados poco a poco en las cenas, los entrenamientos o los desplazamientos en furgoneta; "consiste en lograr que est¨¦ dispuesto a afrontar las adversidades que se presenten". "En Wimbledon falt¨® eso. Cuando vinieron los problemas, no supo afrontarlos. Ahora, se trata de intentar que lo que depende de nosotros no nos falle, de no facilitarle las cosas a Djokovic". "Y s¨ª", a?ade su pupilo, que estos d¨ªas repasa el v¨ªdeo de su victoria de 2010, lograda ante el serbio; "debo creer en lo que hago. Tengo que estar fresco mentalmente para aceptar lo que pase: que vaya ganando, que el partido est¨¦ igualado o que me est¨¦n pegando una paliza, para as¨ª enfocar cada punto como se merece".
Con Djokovic segur¨ªsimo de s¨ª mismo ("He ganado a Nadal este a?o en tres superficies distintas", record¨®), los secretos de la cabeza del mallorqu¨ªn se iluminan con los recuerdos de la final ganada al suizo Federer en Wimbledon 2008. Un a?o antes, en el partido decisivo de 2007, perdi¨® concediendo dos breaks en la quinta manga. En el vestuario, bajo la ducha, Nadal llor¨® desesperado. Las l¨¢grimas no solo desped¨ªan al t¨ªtulo m¨¢s deseado. Tambi¨¦n le recriminaban cosas a su cabeza: "Fall¨¦ mentalmente porque me hicieron ese segundo break". A los 12 meses, en aquel partido m¨¢gico de 2008, el n¨²mero dos compiti¨® con la espuela de ese recuerdo. Firm¨® un partido tremendo. Si pierdo, vino a decirse, que sea siendo Nadal todo el tiempo, y no solo durante dos tercios del encuentro. Eso es lo que no ha conseguido ante Djokovic en 2011. Esa es la misi¨®n en la final del ¨²ltimo grande del a?o.
"He vuelto a coger la l¨ªnea que ven¨ªa buscando y siento que pase lo que pase me marcho reforzado", se despide el espa?ol bajo la amenaza de la lluvia. Son palabras de Nadal con el esp¨ªritu de Obama: "No soy favorito, y eso me da tranquilidad extra. Tengo un reto".
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