El amanecer de una nueva era
El presidente Charles de Gaulle, en un alarde de sabidur¨ªa francesa sobre el Lejano Oriente, afirm¨® en una ocasi¨®n: "China es un pa¨ªs enorme habitado por muchos chinos". No se equivocaba, no. Galicia, sin ir m¨¢s lejos, ha pasado de tener unas pocas y peque?as tiendas de todo a cien, regentadas por ciudadanos chinos, a ver el estallido de grandes ¨¢reas con nombres cuidadosamente escogidos para que nos suenen a algo familiar (China Center, El Corte Chino...). No solo no parece afectarles la crisis, sino que aparentemente les favorece para aumentar estos negocios. Las dos ideas geniales de China han sido saber esperar a que Occidente se cociera en su propia salsa y, a la vez, mantener un sistema de doble econom¨ªa: comunista de puertas adentro y capitalista de puertas afuera. Sin duda, una obra maestra de la econom¨ªa sostenible.
La ecuaci¨®n existencia- sufrimiento, de la que hablaba Cioran, est¨¢ en la estructura gen¨¦tica gallega
Repasando el Libro Rojo de Mao Zedong (versi¨®n biling¨¹e chino-ingl¨¦s especialmente tra¨ªda de China por el amigo Soto) se da uno de narices con que, en realidad, el Gran Timonel vio las cosas claras ya en 1955. Dec¨ªa el l¨ªder chino: "Nos llevar¨¢ varias d¨¦cadas hacer de China un pa¨ªs pr¨®spero. Pero incluso entonces tendremos que seguir observando los principios de diligencia y frugalidad". A la manera de la emigraci¨®n gallega de anta?o, los chinos han mantenido ese precepto mao¨ªsta a rajatabla y eso les mantiene siempre a flote pase lo que pase. La an¨¦cdota de Andr¨¦ Malraux, ministro de Cultura con De Gaulle, es esclarecedora de c¨®mo ocurrieron las cosas en plena revoluci¨®n. Invitado a comer por Mao, Malraux pregunt¨® si todos los chinos com¨ªan ese cerdo agridulce del que disfrutaban. "?Est¨¢ usted loco?", le contest¨® Mao. "Si los chinos comiesen cerdo no habr¨ªa cerdos en el planeta para darles de comer. ?Los chinos comen arroz!". Diligencia y frugalidad. Nuestros dirigentes a¨²n no se han atrevido a decir que los gallegos tienen que comer solo patatas, pero importadas, que las nuestras salen demasiado caras. Ni siquiera somos como los personajes de La boca pobre, la novela del irland¨¦s Flann O'Brien: en ella las gentes del rural en la verde Er¨ªn desayunan, comen, meriendan y cenan patatas cocidas que cultivan ellos mismos. Ahora se ven inmersos en el rescate europeo tras la ignominia bancaria que han sufrido, pero aquello, har¨¢ unos 80 a?os, era un peque?o ejemplo de econom¨ªa sostenible.
La expansi¨®n china que llega a Galicia no solo la anticip¨® Mao. La saga de novelas Chung Kuo (El Reino Medio, 1989-1999), del londinense David Wingrove, describe una realidad paralela: China gobierna el mundo con mano de hierro en el a?o 2190. Los gobernantes son Los Siete; son los reyes de Europa, ?frica, Asia Oriental, Asia Occidental, Am¨¦rica del Norte, Am¨¦rica del Sur y Australia. Parad¨®jicamente esta distribuci¨®n tir¨¢nica es m¨¢s justa que la del G-7 de nuestra realidad: cuatro pa¨ªses europeos (Alemania, Reino Unido, Francia y Alemania), dos americanos (USA. y Canad¨¢) y uno asi¨¢tico (Jap¨®n). Un n¨²mero m¨¢gico, el siete, que tambi¨¦n tenemos aqu¨ª. Nuestro G(alicia)-7 son las cuatro capitales de provincia, m¨¢s Santiago, Vigo y Ferrol. Nuestros reyes, sus alcaldes. Nuestro Chung Kuo est¨¢ en las imitaciones de Calvin Klein (CK ambos) que se venden en las grandes ¨¢reas chinas que proliferan por sus alrededores. No es menos cierto que estamos preparados para pasar nuestros nombres al chino: Xun-T¨¢, Fei-H¨®, Shan-Tia-G¨®, y un largo etc¨¦tera.
La ecuaci¨®n existencia-sufrimiento, de la que hablaba Cioran, est¨¢ en la estructura gen¨¦tica de Galicia. Quiz¨¢ tambi¨¦n en la del pueblo chino. Ambos emigraron ?y/o emigran? con la resignaci¨®n suficiente para existir sufriendo y, al mismo tiempo, "cantando al trabajar", como los enanitos de Blancanieves. Nosotros, los gallegos, debemos aprovechar las ocasiones en las que nos visitan extranjeros para aprender algo. As¨ª, el s¨¢bado pasado tocaban The Specials, el grupo brit¨¢nico mixto de blancos y negros, en el Monte do Gozo. Una de las canciones que interpretaron puede venirnos de perlas en estos momentos: Dawning of a new era. Asistimos al amanecer de una nueva era en el pa¨ªs del sol poniente; o sea, Galicia.
julian@discosdefreno.com
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