Diez a?os cerrado por obras
El Museo Arque¨®logico de Ourense lleva una d¨¦cada en rehabilitaci¨®n
Algunas gu¨ªas reflejan que Ourense es, tras Palencia, la provincia espa?ola con m¨¢s patrimonio rom¨¢nico. De ser cierto, carece desde hace 10 a?os del lugar en el que se mostraban parte de esos bienes. Si la fama de obra duradera se la lleva la Ciudad de la Cultura, el Museo Arqueol¨®gico Provincial de Ourense carda la lana, con las evidentes diferencias de tama?o e inversi¨®n. Las referencias sobre ¨¦l se cuentan a miles, pero nadie puede verlo.
Gestionado por la Xunta y bajo la titularidad del Estado, lleva m¨¢s una d¨¦cada con el candado echado por unas obras de rehabilitaci¨®n del edificio en el que se ubicaba, uno de los pocos ejemplos que se conserva en Galicia del rom¨¢nico civil. Ubicado en la Plaza Mayor de la ciudad, justo al lado del ayuntamiento, fue con anterioridad el Palacio Episcopal. Comenz¨® a ser edificado en el primer tercio del siglo XII y en 1951 fue adquirido para su actual fin, hasta que en 2000 decidieron que hab¨ªa llegado el momento de lavarle la cara.
Ten¨ªa que estar terminado en 2003, pero el proyecto sigue sin adjudicarse
Gu¨ªas de turismo y se?ales viarias conducen a un museo inexistente
La colecci¨®n y los servicios se trasladaron a un almac¨¦n del centro de formaci¨®n profesional ocupacional Santa Mar¨ªa de Europa, donde no est¨¢n disponibles al p¨²blico en general. Las m¨¢s de 40.000 piezas que all¨ª se conservan, llevan dos lustros en el barrio ourensano de A Carballeira y solo las pueden ver investigadores o periodistas, previa solicitud telef¨®nica. En 2006 se cre¨® una peque?a muestra con una selecci¨®n de las esculturas m¨¢s representativas, en la sala de exposiciones del convento de San Francisco, donde comparte espacio con otras actividades. Pr¨®ximamente se va a inaugurar otra exposici¨®n temporal en el Museo Municipal de la capital, lo que deja claro que a pesar de la carencia de espacio, el museo sigue funcionando, aunque sea ocupando otros espacios.
La historia tiene otro agravante: la previsi¨®n inicial dec¨ªa que en 2003 deb¨ªan estar finalizadas, pero actualmente ni siquiera se ha adjudicado el proyecto de remodelaci¨®n. ?Y qui¨¦n tiene la culpa de esta situaci¨®n? La titularidad del edificio es estatal, pero su gesti¨®n corresponde en exclusividad a la Xunta, que tambi¨¦n paga a los trabajadores. Esa bicefalia es la culpable, ya que seg¨²n fuentes consultadas por este peri¨®dico, los t¨¦cnicos de la Administraci¨®n auton¨®mica, del ministerio y del propio museo, no han consensuado el proyecto museol¨®gico, que sigue en el aire. Un equipo de arquitectos de Madrid redact¨® uno que nunca lleg¨® a ser aprobado, porque se consider¨® que no era respetuoso con el palacio. La desidia de las administraciones durante los a?os posteriores hizo el resto.
Adem¨¢s, cuando llegue el acuerdo, las obras deber¨¢n obtener una partida en los presupuestos del Estado, en medio de la oleada de recortes en ¨¢mbitos tan sensibles como la sanidad o la educaci¨®n y tambi¨¦n, la cultura. "Es complejo obtener financiaci¨®n. Soy consciente de la situaci¨®n econ¨®mica actual", asegura Julio Rodr¨ªguez, el director. Y todo eso, dentro de la tradicionalmente escasa inversi¨®n que suele consignarse para que la provincia conserve su patrimonio cultural. En 2010, el Ministerio de Cultura destinaba algo m¨¢s de dos millones a Ourense, pero seg¨²n denunci¨® a finales de ese a?o el senador del BNG, Xos¨¦ Manuel P¨¦rez Bouza, solo ejecut¨® el 25 por ciento de ese dinero.
La catalogaci¨®n patrimonial de la construcci¨®n como Bien de Inter¨¦s Cultural y Monumento Hist¨®rico -lo que establece una elevada protecci¨®n- dificulta la obra, una reforma m¨¢s que necesaria. "Era un montaje casero, al que adem¨¢s se a?ad¨ªa la falta de espacio. Las vitrinas estaban hechas por el propio personal", dice el responsable del centro. ?Para cu¨¢ndo su reapertura? Rodr¨ªguez matiza: "Cuanto antes mejor, porque yo soy el principal interesado en que se abra", y se lamenta, "es una pena enorme que est¨¦ cerrado".
Mientras, los turistas que llegan a Ourense encuentran se?ales que los gu¨ªan a un museo inexistente. Muchas gu¨ªas de papel lo localizan en la Praza Maior, pero se olvidan de indicar que all¨ª no se puede ver nada. En cualquier buscador de Internet se encuentran unas 18.000 referencias que explican detalladamente la importancia del edificio y de la colecci¨®n, pero la mayor¨ªa se olvida de recordar que no se puede visitar. Entre ellas, la p¨¢gina de Turespa?a, el Instituto de Turismo del Estado. El espacio del Patronato Provincial de Turismo en la red indica que est¨¢ cerrado "temporalmente", estirando hasta el l¨ªmite el significado de ese adjetivo y la web de Turgalicia recomienda que, antes de realizar la visita, se consulten unos horarios y temporadas de apertura que no existen: no hay donde exponer los fondos.
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