Esperanza Aguirre es Lola Flores en rubio
Esperanza Aguirre es Lola Flores en rubio, me dice Juan Urbano, acord¨¢ndose de que a una le dijeron en Nueva York aquello de "no sabe cantar, no sabe bailar, no sabe actuar, pero no se la pierdan", y otra lleg¨® a ministra de Cultura sin saber si Jos¨¦ Saramago era hombre o mujer, si Bryce Echenique era peruano, espa?ol o las dos cosas y si Juan Carlos Onetti y Dulce Chac¨®n, entre otros, estaban vivos o muertos. Qu¨¦ jefa, anda que no. De hecho, si dejamos aparte la literatura y esas cosas, por las que ella pas¨® como quien mete un zapato de Manolo Blahnik en un charco, la verdad es que esta mujer, digan lo que digan, tiene gracia, es m¨¢s chula que un ocho y no le falta valor para salir sonriendo lo mismo de un helic¨®ptero en llamas que de un c¨¢ncer, y eso se lo aplaudimos de coraz¨®n, confiando en que no le moleste que para eso tengamos que usar tambi¨¦n la mano izquierda. La parte mala, esa que nos ha hecho darnos cuenta hace tiempo de que si lees esperanza al rev¨¦s te sale Aznar, es que en ella la palabra valor no tenga el sentido que se le da en el mundo de la econom¨ªa, donde existe una paradoja del valor o paradoja del diamante y el agua que explica que aunque el agua sea m¨¢s necesaria que los diamantes, estos tienen un precio mucho mayor en el mercado porque lo que se paga es la utilidad marginal de las cosas.
Esta mujer, digan lo que digan, tiene gracia, es m¨¢s chula que un ocho y eso se lo aplaudimos de coraz¨®n
Por supuesto, la presidenta de la Comunidad de Madrid cree que lo que hay que hacer es subir el precio del agua para que quienes lo venden puedan comprarse m¨¢s diamantes, y de ah¨ª su guerra a muerte contra la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas, que son el agua del cuerpo y de la mente que ella, como no pod¨ªa ser m¨¢s, trata de robarnos para luego vend¨¦rnosla embotellada. Cuando los profesores, por ejemplo, se rebelan, salen a la calle y le pintan de rojo los colegios, a ella se le ven los andamios, se pone despectiva, manda inspectores a los institutos para amedrentar a los maestros, deja de resultar simp¨¢tica y te la imaginas so?ando que alg¨²n d¨ªa podr¨¢ escribir en serio y en el Bolet¨ªn Oficial del Estado aquel chiste de La Codorniz que dec¨ªa: queda prohibido todo aquello que no sea obligatorio.
Ahora, con la vista puesta en un gobierno de su partido en el que ella no va a estar, sigue peleando en los dos frentes, contra la sanidad y contra la educaci¨®n, y aunque en el segundo caso no ha colado su intento de tirar las escuelas abajo y echarle la culpa del hundimiento a los profesores, que la esperan en la calle con la tiza entre los dientes y la raz¨®n en la mano, en el primero sigue adelante con la famosa factura informativa, que es algo as¨ª como aquel libro de O. J. Simpson que se titulaba Si lo hubiese hecho y en el que contaba c¨®mo habr¨ªa matado a su exmujer y a su pareja de haberlo hecho. En realidad, todo el mundo piensa que lo hizo y tambi¨¦n que esa cuenta que nos van a pasar en el m¨¦dico es un aviso: si le cobr¨¢ramos la operaci¨®n de am¨ªgdalas que le hemos hecho, ser¨ªan 792 euros; la consulta con el m¨¦dico de familia, 39 euros y con la enfermera, 18; una radiograf¨ªa, 13,32, y una atenci¨®n en Urgencias, 122 euros, incluyendo personal, material sanitario y farmac¨¦utico, pruebas diag-n¨®sticas, laboratorio, agua, luz, seguridad, limpieza y mantenimiento.
Le vamos a responder que eso es lo que pagar¨ªamos si no fuese porque ya lo hemos pagado con nuestros impuestos, pero ?acaso no lo sabe? Claro que s¨ª, pero no le va a importar mucho y seguir¨¢ con el plan, porque no tiene ni quiere otro. Sin embargo, a la larga le saldr¨¢ caro y le costar¨¢ el puesto. Porque no se puede esperar que la gente a la que le usurpas lo que m¨¢s necesita te d¨¦ las gracias. Ella a¨²n no lo sabe, pero huir hacia adelante es caer hacia arriba. Nada m¨¢s que eso.
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