Autores en penumbra
Hay un momento del amanecer, justo antes del alba, que muchos disfrutan y admiran. Es un instante celeste del crep¨²sculo que puede parecerse al lugar que habitan excelentes artistas y creadores a quienes los caprichos del azar les impiden ser apreciados por el gran p¨²blico.
Siempre han existido y siempre existir¨¢n personas en ese punto fronterizo de la penumbra. Ah¨ª est¨¢ un grupo de escritores espa?oles de destacada trayectoria, con prestigio entre la cr¨ªtica, respetados por las publicaciones culturales y admirados por sus colegas, pero sin la repercusi¨®n, visibilidad y el n¨²mero de lectores que su nivel literario merece. Muchos de ellos con importantes premios e incluso reconocidos en el extranjero, pero que no han terminado de conquistar al p¨²blico de su pa¨ªs. Aunque ahora es un buen momento para que los lectores desaf¨ªen ese sino discreto de varios de esos narradores que han publicado en el ¨²ltimo a?o con elogiosas cr¨ªticas. Desde Juan Eduardo Z¨²?iga, hasta Jaume Cabr¨¦, pasando por Menchu Guti¨¦rrez. Al igual que ha ocurrido con otros autores de la misma estirpe, pero m¨¢s j¨®venes, que han buscado dar el gran salto recientemente, entre ellos Isaac Rosa, Marcos Giralt Torrente, Francesc Ser¨¦s, Nuria Barrios, Antonio Orejudo, Joaqu¨ªn Berges y Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n. Un recorrido por los autores del siglo XX eclipsados por el azar lo cuenta Jos¨¦-Carlos Mainer en la apertura de este Babelia, en la p¨¢gina 2.
Y queda claro que "eso que llaman Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y, as¨ª, no ve lo que hace, ni sabe a qui¨¦n derriba ni a qui¨¦n ensalza", seg¨²n Miguel de Cervantes.
Palabras centenarias que, no en vano, resuenan hoy porque "el consumo literario es un fen¨®meno viscoso y maleable por definici¨®n, incluso cuando pretende ser dirigido por campa?as de marketing: lo natural es su movilidad y la provisionalidad de sus resultados. Pero es llamativo en la cultura espa?ola un fen¨®meno m¨¢s o menos reciente: la concentraci¨®n de numerosos narradores de calidad, justo por debajo de la l¨ªnea de sombra que separa la celebridad popular del consumo minoritario y m¨¢s o menos exquisito", afirma Jordi Gracia, escritor, catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola y cr¨ªtico de Babelia. Para demostrarlo, recuerda que "autores como Rafael Chirbes o como Fernando Aramburu parecen estar en esa zona a media luz pese a la fuerza y regularidad de su literatura y la calidad excepcional de algunos de sus libros, mientras que otros autores tan prol¨ªficos y efectivos y en varios g¨¦neros como Andr¨¦s Trapiello y, sobre todo, Miguel S¨¢nchez-Ostiz tampoco han atrapado un p¨²blico netamente masivo, quiz¨¢ abrumado por la envergadura misma de sus obras o por la heterodoxia de sus proyectos literarios. La calidad de mundo propio de ambos est¨¢ lejos de su valor de mercado". Una situaci¨®n que parece garantizar su continuidad en autores m¨¢s j¨®venes: "A P¨¦rez And¨²jar en Catalu?a le leemos por las cr¨®nicas de EL PA?S, pero su novela Los pr¨ªncipes valientes es excelente y podr¨ªa ser popular, del mismo modo que la estructura cortada y el laconismo dram¨¢tico de Eduard M¨¢rquez delatan a un espl¨¦ndido escritor con un potencial comercial que no ha alcanzado. Sigue siendo un misterio el mecanismo por el que un autor abandona la zona de sombra iluminada para quedar por fin a pleno sol".
Nadie tiene la respuesta. Pero lo que algunos s¨ª hacen es creer en ellos al margen de brillos populares. "No creo que puedan detectarse caracter¨ªsticas comunes entre escritores de alto nivel literario y con una trayectoria prestigiosa, pero que no hayan obtenido el debido ¨¦xito de p¨²blico. En cambio, s¨ª ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil encontrar factores bastante similares y comunes entre escritores de aliento literario bastante m¨¢s modesto, pero s¨ª con una gran aceptaci¨®n por parte del p¨²blico", reflexiona Beatriz de Moura, editora de Tusquets. Su experiencia la lleva a bifurcar el enigma: "Lo que me inquieta son los autores de alt¨ªsimo nivel, con obras tambi¨¦n muy le¨ªdas hace tan solo 15 a?os y que hoy parecen haber perdido el favor del p¨²blico. No creo tanto en que esto se deba a 'caprichos injustos', sino a profundos y poco explorados cambios sociales a¨²n en evoluci¨®n y todav¨ªa en plena confusi¨®n. Me gustar¨ªa, por ejemplo, resucitar al final del siglo XXI para saber c¨®mo se habr¨¢n apa?ado los nietos de los padres de esta segunda d¨¦cada para dar acomodo a tanta oferta de ocio y a la lectura en cualquiera que sea el soporte".
Hoy es el amanecer de un mundo dual, impreso y electr¨®nico, donde s¨®lo el 58% de los espa?oles dice leer al menos una vez a la semana. Donde la resonancia de los escritores tiene varias v¨ªas cuyas repercusiones entran dentro de un "enigma sociol¨®gico", seg¨²n J. Ernesto Ayala-Dip, cr¨ªtico literario de Babelia. "Hasta Soldados de Salamina, Javier Cercas era un autor de minor¨ªas, con novelas y cuentos publicados. ?Era mejor el Cercas exitoso que el Cercas minoritario? No me atrever¨ªa a afirmarlo, incluso creo que una novela como La velocidad de la luz es superior a Soldados de Salamina, pero el ¨¦xito no se repiti¨®. As¨ª que me parece que lo m¨¢s sensato es seguir escribiendo al irrenunciable dictado de un proyecto narrativo y dejar que la suerte juegue su papel. As¨ª lo siguen haciendo autores tan minoritarios como due?os de una s¨®lida po¨¦tica: Javier Tomeo, Juan Eduardo Z¨²?iga, Luciano G. Egido, Ramiro Pinilla, Menchu Guti¨¦rrez, Justo Navarro, J. A. Gonz¨¢lez Sainz, Juli¨¢n R¨ªos, Gonzalo Hidalgo Bayal, Irene Gracia, Vicente Molina Foix, Jos¨¦ Carlos Llop y Esther Tusquets. As¨ª como su relevo en Juan Francisco Ferr¨¦, Javier Saiz de Ibarra, Marta Sanz, Manuel Vilas, Andr¨¦s Barba o Jos¨¦ Ovejero".
A la bifurcaci¨®n de Beatriz de Moura, sobre el misterio de los altibajos de la notoriedad, se suma otra de Ayala-Dip para convertir esto en un jard¨ªn borgeano con senderos que se bifurcan: "Veamos otro fen¨®meno. Espa?a es una naci¨®n con cuatro lenguas. Cada una de ellas produce su correspondiente territorio de ficci¨®n. El escritor vasco Bernardo Atxaga, por ejemplo, es consagrado dentro y fuera de su comunidad ling¨¹¨ªstica, pero no su paisano Ram¨®n Saizarbitoria, de igual solidez y mundo propio. Hace unos a?os se public¨® Las voces del Pamano, del escritor catal¨¢n Jaume Cabr¨¦. No recuerdo que nadie, fuera de Catalu?a, pero en Espa?a (porque en Alemania, como Rafael Chirbes, es un autor consagrado), me hablara de esta novela y ya no digamos de su obra. ?Alguien fuera de Catalu?a, pero en Espa?a, me habla de Baltasar Porcel, de Jes¨²s Moncada o de Imma Mons¨®? Pr¨¢cticamente nadie. ?Explicaciones ante tanto misterio? Un poco de todo. Desidia, fabricaci¨®n de conflictos donde no los hay, falta de informaci¨®n y un Ministerio de Cultura que deber¨ªa hacer algo por el conocimiento de sus propias literaturas".
Nada est¨¢ escrito. Incluso en el momento menos pensado hay autores que abandonan esa l¨ªnea de sombra. Da igual si han estado veinte a?os en ella, como el citado Javier Cercas, que se aproxima al tema con estas palabras: "Siempre escribes lo mejor que sabes. Que se lean o no tus libros ya no es asunto tuyo, aunque naturalmente se agradece mucho que se lean". Su vida es un arquetipo de esta clase de escritores. En sus primeros veinte a?os como autor, Cercas dice que nunca se present¨® a un premio literario y que cre¨ªa que lo normal era tener 400 lectores, sin que por ello se sintiera marginado. Recuerda incluso, ri¨¦ndose, que se public¨® una antolog¨ªa donde se supon¨ªa que deb¨ªan aparecer todos los escritores de su generaci¨®n. Y aparec¨ªan casi todos, en efecto, salvo ¨¦l. "Hasta que de repente, cuando casi ten¨ªa 40 a?os publico un libro m¨¢s, o que para m¨ª era un libro m¨¢s, en nada esencial distinto de los anteriores, y empieza a venderse, y a leerse y me hacen caso. ?Por qu¨¦? No se sabe". Cercas aclara que ning¨²n autor "m¨ªnimamente serio busca la notoriedad por la notoriedad. Lo que busca es hacer bien su trabajo, a ser posible sin quejarse de si tiene m¨¢s o menos lectores". ?l por lo menos no ten¨ªa la menor intenci¨®n de dejar de escribir. "Como tampoco han dejado de hacerlo escritores excelentes como Z¨²?iga, Justo Navarro, Gonzalo Hidalgo Bayal o Ignacio Vidal-Folch. Lo normal es tener pocos lectores, aunque, por supuesto, es maravilloso que lo que uno hace le guste a la gente". Por eso quisiera que otros autores m¨¢s j¨®venes tuvieran m¨¢s repercusi¨®n, como Gonzalo Calcedo, Ismael Grasa, F¨¦lix Romeo y A. G. Porta.
Dos de esos escritores prestigiosos que permanecen en ese crep¨²sculo son Rafael Chirbes y Menchu Guti¨¦rrez. El autor valenciano y premio Nacional de la Cr¨ªtica 2007 por Crematorio coincide con Cercas en que ¨¦l escribe al margen del n¨²mero de lectores y sin quejarse. La explicaci¨®n m¨¢s c¨®moda de la falta de repercusi¨®n entre el gran p¨²blico, seg¨²n Menchu Guti¨¦rrez, autora de t¨ªtulos como La mujer ensimismada y El faro por dentro, "ser¨ªa decir que se debe a la creciente crudeza del negocio editorial. Digamos que los potentes focos que iluminan al libro ganador no permiten distinguir la luz de la vela que ilumina a esos otros libros, pero la raz¨®n fundamental de que determinadas obras tengan m¨¢s o menos lectores depende finalmente de cuestiones m¨¢s misteriosas que las de su mera visibilidad. Casi todas mis respuestas a esa pregunta llevan un "quiz¨¢" delante. No estamos hablando de un lector particular que busca una lectura acorde a un estado de ¨¢nimo particular, sino de un grupo representativo de lectores que ilustra el momento actual. Y creo que el mayor aglutinante de ese grupo tiene que ver con la forma de sentir el tiempo. Si algo retrata a nuestra ¨¦poca es la celeridad, y en el fondo ese foco y esa luz de vela de la que hablaba antes sirven tambi¨¦n para explicar que los libros tienen relojes interiores que deben sincronizarse con los relojes de los lectores. En cualquier caso existe una alternancia en la manera de sentir el tiempo, en las formas que adopta la sensibilidad de una ¨¦poca, y tambi¨¦n que es preciso aceptar el hecho de que muchos lectores no quieran practicar la espeleolog¨ªa o seguir a un autor al interior de un laberinto. Y eso es lo que la mayor¨ªa de estos libros, entre los cuales estar¨ªan los m¨ªos, demanda al lector".
Luces, sombras, brillos y eclipses misteriosos que el autor no controla, como escribe Antonio Mu?oz Molina al recordar hoy su experiencia en su columna Ida y vuelta, titulada Azares del oficio, con la cual Babelia cierra este especial. Entonces, destellan en esa l¨ªnea de sombra, las palabras de Vicente Aleixandre: "Para todos escribo. Para los que me leen sobre todo".
Lecturas
Jaume Cabr¨¦, Yo confieso (Destino). Francisco Ferrer Ler¨ªn, Familias como la m¨ªa (Tusquets). Gonzalo Hidalgo Bayal, Conversaciones (Tusquets). Justo Navarro, El esp¨ªa (Anagrama). Irene Gracia, El beso del ¨¢ngel (Siruela). Menchu Guti¨¦rrez, El faro por dentro y La niebla (Siruela). Ramiro Pinilla, Cuentos (Tusquets). Andr¨¦s Trapiello, Apenas sensitivo (Pre-Textos). Esther Tusquets, Peque?os delitos abominables (Ediciones B). Juan Eduardo Z¨²?iga, Brillan monedas oxidadas (Galaxia Gutenberg). Andr¨¦s Barba, Muerte de un caballo (Pre-Textos) y Agosto, octubre (Anagrama). Nuria Barrios, El alfabeto de los p¨¢jaros (Seix Barral). Joaqu¨ªn Berges, Vive como puedas (Tusquets). Marcos Giralt Torrente, El final del amor (P¨¢ginas de Espuma) y Tiempo de vida (Anagrama). Luis Magriny¨¤, Cuentos de los 90 (Caballo de Troya) y Habitaci¨®n doble (Anagrama). Antonio Orejudo, Un momento de descanso (Tusquets). Javier P¨¦rez And¨²jar, Todo lo que se llev¨® el diablo (Tusquets). Isaac Rosa, La mano invisible (Seix Barral). Marta Sanz, Black, black, black (Anagrama). Francesc Ser¨¦s, Cuentos rusos (Mondadori).
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