Territorio fronterizo
Qu¨¦ pasa cuando los rescates econ¨®micos fracasan? La eurozona lo est¨¢ averiguando en Grecia, donde un Gobierno cada vez m¨¢s impotente promete m¨¢s austeridad para aplacar a los acreedores internacionales tras quedarse corto con sus promesas de reforma. Pocos creen que la austeridad vaya a funcionar, pero la eurozona sigue adelante con ella por miedo a la alternativa.
Juergen Stark, el miembro directivo saliente del Banco Central Europeo, tiene una soluci¨®n; ¨¦l y los coautores de un reciente art¨ªculo piden un "s¨ªndico fiscal", un guardi¨¢n de la eurozona independiente, capaz de abrirse camino entre las pol¨ªticas locales y dictar la pol¨ªtica financiera. Los griegos se limitar¨ªan a hacer lo que les digan y los mercados no tendr¨ªan que preocuparse por una suspensi¨®n de pagos.
Stark no es lo bastante ingenuo para pensar que esa clase de s¨ªndico financiero es posible ma?ana mismo. Lo describe como el "¨²ltimo paso" de un proceso que desemboque en una integraci¨®n fiscal m¨¢s estrecha de la eurozona. Pide que los Estados acuerden unos objetivos fiscales estrictos, unas leyes nacionales duras para corregir los d¨¦ficits del pasado y unas sanciones autom¨¢ticas para los pa¨ªses morosos.
Los Estados miembros intentan actualmente pactar unas normas fiscales m¨¢s estrictas. Pero Stark y sus coautores sostienen que siguen dejando demasiado margen para las injerencias y los retrocesos pol¨ªticos, y que la eurozona carece de un ¨®rgano independiente que imponga disciplina.
Esta visi¨®n de una entidad que obligue a respetar la ley en la eurozona lleva hasta el extremo la idea de que la uni¨®n monetaria necesita un cambio radical en su gobierno fiscal, por el cual los Estados m¨¢s d¨¦biles se ver¨ªan obligados a renunciar a la soberan¨ªa a cambio de apoyo financiero.
No cabe duda de que la crisis ya est¨¢ obligando a los Estados miembros a acercar m¨¢s sus pol¨ªticas fiscales y algunos de ellos est¨¢n enmendando sus constituciones para que la disciplina fiscal sea m¨¢s rigurosa. Sin embargo, la tesis fundamental de Stark -mucha menos capacidad de decisi¨®n para los Gobiernos nacionales y una renuncia total, aunque temporal, a la autoridad presupuestaria- parece ambiciosa. Pasa por alto el grave riesgo pol¨ªtico de que a un s¨ªndico externo le pueda resultar imposible conseguir el apoyo pol¨ªtico necesario para obligar a aceptar la austeridad. Podr¨ªa tardarse a?os antes de que las pol¨ªticas econ¨®micas y sociales de los miembros de la eurozona sean lo suficientemente similares para permitir esa clase de renuncia; y una vez que est¨¦n en la misma l¨ªnea, no ser¨¢n necesarios los servicios de un guardi¨¢n. -
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