C¨®mo fue abortado el primer intento de Estado vasco "asociado"
Ocurri¨® mucho antes del Plan Ibarretxe. Felipe Gonz¨¢lez vet¨® una propuesta para hacer de Euskadi un "Estado libre asociado" a Espa?a. Lo revela el 'exlehendakari' Jos¨¦ Antonio Ardanza en sus memorias, junto a otros episodios de la vida pol¨ªtica. Anticipamos varios extractos
El debate pol¨ªtico se entremezclaba permanentemente con el de la violencia de ETA y no consegu¨ªamos abrir espacios de distensi¨®n que nos permitieran aportar un poco de serenidad. Sent¨ªa la necesidad de romper aquella din¨¢mica est¨¦ril y endiablada. Despu¨¦s de sopesar detenidamente, tanto en el seno del Gobierno como con la ejecutiva nacional del PNV, las ventajas e inconvenientes que se pudieran derivar, decidimos probar una nueva v¨ªa para abordar aquella reflexi¨®n y entramos en contacto con una compa?¨ªa londinense, Control Risks, experta en consultor¨ªa de riesgos, a la que encargamos un trabajo que nos permitiera extraer conclusiones de otros casos similares en el mundo.
(...) La iniciativa fue duramente criticada por todos los partidos de la oposici¨®n y sus l¨ªderes, especialmente por quienes, como Mario Onaindia, hab¨ªan pertenecido a ETA y consideraban que el caso vasco no necesitaba de ning¨²n asesor for¨¢neo para su an¨¢lisis y soluci¨®n. (...) No me conven¨ªa actuar de espaldas al Gobierno de Espa?a y le comuniqu¨¦ mi decisi¨®n al presidente Felipe Gonz¨¢lez. No puso ninguna objeci¨®n, aunque me pidi¨® que antes de hacer p¨²blico el informe le permitiera conocer sus contenidos.
La idea fue de Control Risks, una empresa londinense de consultores contratada para aportar propuestas
Los partidos del Pacto de Ajuria Enea (1988) quer¨ªan el desarrollo ¨ªntegro del estatuto. A¨²n no se ha hecho
Tras Lizarra, el alto el fuego de ETA fue saludado positivamente por Aznar y boicoteado por Mayor Oreja
Arzalluz no supo retirarse a tiempo y tampoco ha sabido mantenerse al margen de las cuestiones de partido
El resultado del trabajo de los expertos, que me entregaron en abril de 1986, planteaba un cat¨¢logo de posibles iniciativas, que iban desde el ¨¢mbito educativo o social hasta el pol¨ªtico. Entre las posibles v¨ªas para abordar el conflicto pol¨ªtico vasco y su encaje en el Estado espa?ol propon¨ªa una figura institucional equivalente a la del Estado libre asociado y tomaba como referencia el caso de Puerto Rico, en Estados Unidos. Los autores consideraban que aquella soluci¨®n, en la medida que reconociera el car¨¢cter nacional de Euskadi y le confiriese un estatus diferenciado y singular, podr¨ªa dar satisfacci¨®n a los nacionalistas vascos, a la vez que permitir¨ªa respetar la posici¨®n de los vascos de sentimiento espa?ol, pues la figura propuesta no provocar¨ªa una ruptura institucional con el Estado espa?ol. Me pareci¨® un planteamiento interesante y defendible, y as¨ª lo vieron tambi¨¦n los miembros del EBB [el ¨®rgano de direcci¨®n del PNV].
Me reun¨ª con Felipe Gonz¨¢lez y le present¨¦ el documento de los expertos, que inclu¨ªa un resumen ejecutivo de f¨¢cil lectura. El presidente me hizo saber que su Gobierno no respaldar¨ªa aquella iniciativa y me adelant¨® que su publicaci¨®n obligar¨ªa al PSOE a cerrarse en banda. Entend¨ª que su negativa proven¨ªa de la convicci¨®n de que ni el PSOE ni la sociedad espa?ola estaban en condiciones de aceptar aquella soluci¨®n y de la preocupaci¨®n de que alguna otra comunidad como Catalu?a pudiese tambi¨¦n reivindicarla.
Deduje que tampoco iba a contar con el apoyo de los otros partidos vascos que, sin conocer su resultado, ya hab¨ªan rechazado el informe. No ten¨ªa, por tanto, m¨¢s apoyo que el del PNV. Ante la dificultad objetiva de poder obtener algo positivo del conflicto dial¨¦ctico e institucional que la defensa de la propuesta de los expertos iba a abrir, y a la vista de la grave crisis social y econ¨®mica que est¨¢bamos atravesando, conclu¨ª que no era el momento adecuado para plantear un debate de esas dimensiones. Hicimos p¨²blicas las partes menos comprometidas del documento y decidimos no desvelar el resto. Nunca, hasta la publicaci¨®n de este libro, hab¨ªa estimado oportuno revelar la propuesta pol¨ªtica que el informe plante¨® y que pasaba por convertir a Euskadi en un Estado libre asociado al Reino de Espa?a.
(...) Cuando la actividad terrorista de ETA conmocion¨® a la opini¨®n p¨²blica espa?ola, con atentados como el de Hipercor en Barcelona, en junio de 1987, o los ataques indiscriminados contra las fuerzas de seguridad del Estado, y la sensibilidad entre los responsables pol¨ªticos, policiales y militares alcanz¨® un grave estado de alarma, Felipe me llam¨® para mostrarme su preocupaci¨®n y animarme a que tomara alguna iniciativa. Le contest¨¦ que, efectivamente, ten¨ªamos un problema muy delicado entre manos y que si no hab¨ªa voluntad de abordar el fondo del mismo no ¨ªbamos a encontrar soluciones f¨¢ciles. Siempre ten¨ªamos encima de la mesa el maldito nudo gordiano de violencia versus pol¨ªtica.
Fruto de esas conversaciones surgi¨® la necesidad de adoptar alguna iniciativa pol¨ªtica entre los partidos vascos que nos permitiera deslindar la violencia terrorista de ETA de la reivindicaci¨®n hist¨®rica del nacionalismo vasco y encauzarla por v¨ªas exclusivamente pol¨ªticas.
Con la firma del Acuerdo de Ajuria Enea en enero de 1988, los partidos vascos fuimos capaces de consensuar un diagn¨®stico com¨²n, nos comprometimos a actuar de forma un¨ªvoca frente a las expresiones de violencia y coincidimos en que el desarrollo ¨ªntegro del estatuto de autonom¨ªa, a cuyo cumplimiento se comprometieron los partidos espa?oles, y el ordenamiento jur¨ªdico ofrec¨ªan una v¨ªa adecuada para encauzar la salida de nuestro hist¨®rico conflicto. Desgraciadamente, los aspectos de aquel compromiso referidos al autogobierno vasco no llegaron a hacerse realidad y, 23 a?os despu¨¦s, el cumplimiento ¨ªntegro de las previsiones del Estatuto de Gernika sigue a¨²n pendiente.
(...) Desde finales de 1997 la mesa nacional de HB se encontraba encarcelada como consecuencia de una sentencia dictada por el Tribunal Supremo y un nuevo personaje emergi¨® en el mundo de la izquierda abertzale: Arnaldo Otegi. Hab¨ªa destacado como portavoz en el Parlamento vasco y, tras la encarcelaci¨®n de sus compa?eros de partido, se convirti¨® en el portavoz m¨¢s conocido de Herri Batasuna. (...) Egibar entabl¨® en los pasillos del Parlamento vasco una estrecha relaci¨®n con Arnaldo Otegi y, coincidiendo con mi iniciativa de poner en marcha un di¨¢logo con los partidos de la Mesa de Ajuria Enea en torno al Plan Ardanza, la misma primavera de 1998, el PNV inici¨® un discreto proceso de conversaciones con HB que fue diligentemente vigilado por el Cesid y el Ministerio del Interior, mediante escuchas realizadas a trav¨¦s de micr¨®fonos ocultos instalados donde se reun¨ªa HB.
Fruto de esta relaci¨®n, Egibar recibi¨® la informaci¨®n de que la direcci¨®n de ETA se encontraba inmersa en un debate que podr¨ªa desembocar en una tregua definitiva. (...) A finales de junio,
ETA asesin¨® al concejal del PP en Errenteria Manuel Zamarre?o, y este nuevo atentado nos hizo dudar de cuanto nos hab¨ªan confiado. Un mes m¨¢s tarde, el PNV recibi¨® una inesperada invitaci¨®n para mantener una reuni¨®n con la direcci¨®n de ETA, de la que nuestros representantes volvieron con una propuesta de acuerdo. ETA planteaba al PNV y a EA la adopci¨®n de una iniciativa pol¨ªtica que consist¨ªa en la creaci¨®n de una instituci¨®n que representara a todos los territorios vascos y les exig¨ªa la ruptura de los acuerdos que manten¨ªamos con el PSOE y el PP. Al mismo tiempo se compromet¨ªa a un alto el fuego total e indefinido, del que exclu¨ªa las "tareas de aprovisionamiento y el derecho de defensa".
(...) Discutimos la propuesta de ETA punto por punto y se fij¨® una posici¨®n muy clara con respecto a dos de los aspectos planteados. No era aceptable que ETA nos exigiera la ruptura de la relaci¨®n con el PSE-PSOE y el PP. (...) Decidimos tambi¨¦n que la tregua deb¨ªa ser total y que no cab¨ªa ninguna excepci¨®n que vulnerara los derechos humanos, por lo que era inadmisible que continuaran enviando cartas de extorsi¨®n. Redactamos la contestaci¨®n a ETA, matizando nuestra posici¨®n con respecto a los dos principales puntos de desacuerdo, la imprimimos en el reverso del documento que nos hab¨ªa sido entregado y la enviamos, quedando a la espera de su contestaci¨®n.
Aquellas cartas fueron, alg¨²n tiempo despu¨¦s, parcialmente filtradas por el Ministerio de Interior de Mayor Oreja. Solo se hizo p¨²blica la cara que conten¨ªa las propuestas de ETA, y no el reverso en el que figuraba nuestra posici¨®n.
Durante todo agosto no recibimos noticias directas de ETA. Lo ¨²nico que llegamos a saber, por terceras personas, fue que nuestra contrapropuesta no hab¨ªa sido bien recibida. En la primera reuni¨®n que celebr¨® el EBB a primeros de septiembre, los mismos que representaron al PNV en la reuni¨®n con ETA presentaron un nuevo documento, redactado por un mediador, que inclu¨ªa las bases para un diagn¨®stico compartido entre el PNV y HB, abierto a otras organizaciones pol¨ªticas y sociales, que en su opini¨®n, adem¨¢s, ofrec¨ªa a ETA la percha que necesitaba para declarar su alto el fuego. Se incorpor¨® alguna correcci¨®n y se dio por bueno el documento.
Ese mismo texto fue presentado y firmado el 12 de septiembre de 1998 en Lizarra (Estella) por el PNV, HB, EA y otras 20 organizaciones, bajo el t¨ªtulo de Declaraci¨®n de Lizarra. El documento que los partidos firmaron no inclu¨ªa ning¨²n acuerdo. Era una declaraci¨®n de principios que derivaban de una comparaci¨®n realizada con el proceso irland¨¦s y propon¨ªa un di¨¢logo no excluyente como f¨®rmula de resoluci¨®n de los conflictos que exist¨ªan en la sociedad vasca. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde, el 16 de septiembre de 1998, ETA declar¨® una "suspensi¨®n ilimitada de sus acciones armadas", el "alto el fuego indefinido" que desde tantos a?os atr¨¢s ven¨ªamos a?orando. (...) Seg¨²n pude saber de forma directa, la decisi¨®n adoptada en la direcci¨®n de ETA no hab¨ªa sido un¨¢nime: una mayor¨ªa, favorable a encontrar una salida, hab¨ªa impuesto su decisi¨®n a la minor¨ªa contraria a entrar en un proceso de tregua.
(...) La relaci¨®n entre el PNV y ETA se fue deteriorando, pues esta interpret¨® que nuestro partido estaba incumpliendo sus compromisos. Lo cierto es que a lo largo de 1999 se produjo un duro enfrentamiento dentro de la c¨²pula de ETA y de Euskal Herritarrok y una exacerbaci¨®n de la kale borroka. Los sectores minoritarios de la c¨²pula de ETA y de la mesa nacional de Euskal Herritarrok de un a?o atr¨¢s fueron tomando el control de la organizaci¨®n, volvieron a imponer sus tesis y, a finales de noviembre, ETA anunciaba que la tregua quedaba en suspenso, culpando al PNV de su decisi¨®n.
A pesar de que Arnaldo Otegi no compart¨ªa la nueva estrategia, de que el compromiso de Lizarra de la utilizaci¨®n de las v¨ªas exclusivamente pol¨ªticas quedaba conculcado y de que el acuerdo de mayo no estaba siendo respetado, no pudo imponer su autoridad y se dej¨® arrastrar por los acontecimientos. El asesinato de Fernando Buesa, vicelehendakari de mi tercer Gobierno y dirigente del Partido Socialista en ?lava, y de su escolta el 22 de febrero de 2000, que hab¨ªa sido ya precedido del atentado mortal en Madrid contra el teniente coronel del Ej¨¦rcito Pedro Antonio Blanco Garc¨ªa, el 21 de enero, oblig¨® al lehendakari Ibarretxe a romper su acuerdo con Herri Batasuna. En las elecciones generales, celebradas el 12 de marzo de 2000, Aznar obtuvo la mayor¨ªa absoluta y ya no necesit¨® de nadie para asegurar su investidura. Los tiempos del acuerdo y el di¨¢logo pasaron a mejor vida.
(...) En 1996, el PSOE hab¨ªa perdido las elecciones y en Espa?a estaban floreciendo esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, de fondos reservados o de los GAL, que implicaban a personajes del partido socialista. Con este trasfondo, y en medio de una acalorada intervenci¨®n ante los medios de comunicaci¨®n y varios centenares de militantes, Arzalluz quiso responder a Ram¨®n J¨¢uregui, quien pocos d¨ªas antes hab¨ªa advertido al PNV de que el PSE estaba dispuesto a replantearse su presencia en el Gobierno vasco "si los nacionalistas no moderaban su discurso sobre autodeterminaci¨®n y pacificaci¨®n". La intervenci¨®n de Arzalluz provoc¨® grandes titulares en los medios de comunicaci¨®n:
-Hemos tenido que taparnos los ojos, la boca, los o¨ªdos y, a veces, hasta la nariz, despu¨¦s de todo lo que ha pasado, para gobernar con los socialistas -dijo.
Sentado ante ¨¦l, me sent¨ª molesto con aquellas afirmaciones, pues est¨¢bamos compartiendo el Gobierno con los socialistas. Pero no le dije nada. (...) A la vista del enfado de Benegas, decid¨ª intervenir y hablar con Xabier. Todos los intentos que hice fueron en vano: no respondi¨® a ninguna de mis llamadas (...). Ped¨ª tranquilidad a los consejeros socialistas y les adelant¨¦ que hab¨ªa decidido comparecer personalmente en la rueda de prensa posterior para dar respuesta a su demanda y zanjar aquel desencuentro.
-No tengo que taparme la nariz para estar en el Gobierno con nadie.
(...) Al rato recib¨ª la llamada de un miembro del EBB, sorprendido y escandalizado por la reacci¨®n de Arzalluz:
-Lehendakari -me dijo-, ?qu¨¦ est¨¢ pasando? ?Xabier est¨¢ fuera de s¨ª!
(...) Aquella desavenencia dej¨® huella en nuestra relaci¨®n, que nunca volvi¨® a tener la fluidez que hab¨ªa tenido durante m¨¢s de una d¨¦cada. (...) Arzalluz ten¨ªa que haber pasado a la historia del PNV como uno de los grandes l¨ªderes que ha tenido desde su fundaci¨®n a finales del siglo XIX. Nadie cuestion¨® su liderazgo mientras estuvo al frente del EBB. Pero no supo retirarse a tiempo y despu¨¦s tampoco ha sabido mantenerse al margen de las cuestiones de partido. Lo que m¨¢s me ha dolido es lo poco considerado que ha sido con quienes le han sustituido al frente del PNV; primero con Josu Jon Imaz y luego con I?igo Urkullu. -
Pasi¨®n por Euskadi, de Jos¨¦ Antonio Ardanza. Editorial Destino. Precio: 22,50 euros. Se publica el 5 de octubre.
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