La sabidur¨ªa de las editoras
Un mundo feliz o La guerra de los mundos? Ese fue el lema del encuentro sobre la salud de la edici¨®n en Espa?a que se celebr¨® en Santander en julio pasado. La direcci¨®n de ese foro anual corri¨® a cargo de Ofelia Grande, directora de Siruela, y las sesiones de trabajo se agruparon bajo t¨ªtulos de cl¨¢sicos con doble lectura. Semanas m¨¢s tarde, y ya sentada en la oficina madrile?a de su editorial, Grande recuerda que las conclusiones del simposio fueron menos humor¨ªsticas que su planteamiento. "El clima es de preocupaci¨®n, y es normal porque hay una crisis general, pero deber¨ªa ser de reto", apunta. "Las crisis son buenos momentos para la reflexi¨®n: ?publicamos demasiado?, ?hay lectores para tantos t¨ªtulos?, ?c¨®mo prepararse para el libro electr¨®nico?, ?qu¨¦ futuro espera a las librer¨ªas?". Las preguntas que enumera son las mismas que cruzan a diario la cabeza de todos sus colegas: "Lo importante es buscar la excelencia sin perder de vista que una editorial es una empresa at¨ªpica, pero empresa al fin y al cabo. Si descuidas los n¨²meros, terminas por no poder publicar los libros que quieres".
La incertidumbre respecto al futuro no tiene tama?o, pedrig¨ª ni sexo, pero Grande forma parte de un gremio en el que las mujeres siempre han tenido m¨¢s protagonismo desde el punto de vista intelectual que desde el empresarial. No obstante, la llegada el a?o pasado de Nuria Cabut¨ª a la cima del grupo Random House Mondadori como consejera delegada para Espa?a y Latinoam¨¦rica ampli¨®, por el lado de las cifras, la labor que en los a?os sesenta iniciaron, por el lado de las letras, pioneras como Rosa Reg¨¢s (de Seix Barral a La Gaya Ciencia) o Esther Tusquets y Beatriz de Moura, fundadoras de Lumen y Tusquets respectivamente. Ese mismo camino doble es el que, a su escala, siguen editoras independientes como Valeria Bergalli (Min¨²scula), Carola Moreno (Barataria), Irene Ant¨®n (Errata Naturae), Mar¨ªa Moreno y Viviana Paletta (Veintisiete Letras), Paca Flores (Perif¨¦rica), Ana Pareja (Alpha Decay), Marian Womack (Nevsky Prospects) o Diana Zaforteza (Alfabia).
Todas conviven con una "clase media" de sellos medianos y grandes como Destino, Alfaguara, Seix Barral, Salamandra, Cr¨ªtica, Taurus, RBA, Gustavo Gili, Roca o Siruela, cuya l¨ªnea editorial la deciden, respectivamente, Silvia Ses¨¦, Pilar Reyes, Elena Ram¨ªrez, Sigrid Kraus, Carmen Esteban, In¨¦s Vergara, Anik Lapointe, M¨®nica Gili, Blanca Rosa Roca y la propia Ofelia Grande. Aunque muchas coinciden en que la presencia de las mujeres en los consejos de direcci¨®n de las grandes empresas sigue siendo una "asignatura pendiente", ninguna tiene demasiado inter¨¦s en buscar una explicaci¨®n a la presencia femenina en el mundo del libro, donde las agentes literarias son todo un s¨ªmbolo. "Dicen que somos m¨¢s lectoras", reflexiona Blanca Rosa Roca, que fue la primera mujer en la junta del gremio de editores. "No creo que sea porque tenemos m¨¢s sensibilidad. Puede que sea porque hay m¨¢s mujeres que han estudiado literatura y filosof¨ªa".
Por otro lado, Perogrullo demuestra que si cada vez hay m¨¢s mujeres editoras es tambi¨¦n porque cada vez hay m¨¢s editoriales. De hecho, la proliferaci¨®n de sellos independientes en Espa?a es una de las grandes novedades de la ¨²ltima d¨¦cada. La propia Roca, que pas¨® de una gran corporaci¨®n (Ediciones B, del Grupo Zeta) a fundar su propio sello, todav¨ªa recuerda la amenaza de los a?os noventa de que la globalizaci¨®n acabar¨ªa con los peque?os: "Te dec¨ªan que o eras un gigante, o no resistir¨ªas. Y ha sido todo lo contrario". Uno de esos nuevos sellos es Alfabia, y su responsable, Diana Zaforteza, tiene una explicaci¨®n para el fen¨®meno: "Surgen editoriales peque?as porque las grandes hab¨ªan dejado un hueco. Las peque?as arriesgamos y hemos demostrado que hay un p¨²blico sediento de libros de calidad". Algo menos idealista, Blanca Rosa Roca a?ade otro factor: "Las nuevas tecnolog¨ªas han facilitado mucho la edici¨®n". En efecto, Internet acelera la gesti¨®n de derechos, los ordenadores abaratan la preimpresi¨®n y las imprentas permiten que un libro sea rentable sin hacer grandes tiradas.
El progreso t¨¦cnico ha facilitado la labor editorial, pero tambi¨¦n ha subrayado uno de las grandes rasgos del panorama espa?ol: el gran n¨²mero de t¨ªtulos y, de su mano, la cantidad de libros que las tiendas devuelven a sus editores. Seg¨²n la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a (FGEE), en 2010 se publicaron m¨¢s de 76.000 t¨ªtulos, un 2,3% m¨¢s que el a?o anterior. ?Qui¨¦n dijo crisis? Elena Ram¨ªrez (Seix Barral) reconoce que unos defectos tiran de los otros, pero no duda en se?alar el mayor de todos: los bajos ¨ªndices de lectura, que no superan el 55% de la poblaci¨®n. M¨¢s de la mitad de los espa?oles leen libros con regularidad. Casi la mitad no lo hace. En un asunto as¨ª, el vaso siempre est¨¢ medio vac¨ªo. "Ninguna medida ser¨¢ importante, ni siquiera el paso al digital", apunta, "si no aumentan los ¨ªndices de lectura. Y preveo que no solo no aumentar¨¢n, sino que caer¨¢n en un futuro pr¨®ximo, porque ir¨¢n de la mano de los recortes en educaci¨®n".
En ¨¦poca de vacas flacas, todo se vuelve m¨¢s dif¨ªcil, pero la lectura es otra de las asignaturas que en Espa?a siempre quedan para septiembre. Los lectores, adem¨¢s, se reparten de un modo peculiar. "Hace casi 20 a?os que vivo en Espa?a", reflexiona la canadiense Anik Lapointe (RBA), "el pa¨ªs ha vivido una gran revoluci¨®n econ¨®mica y social. Se editan muchos y muy buenos libros, y se compran y se leen m¨¢s que nunca. Pero quiz¨¢ la masa total de lectores est¨¢ a¨²n en exceso polarizada entre los que leen mucho y otros que leen poco. Tengo la sensaci¨®n de que hay espacio para m¨¢s lectores habituales". Para otra barcelonesa de origen extranjero, la alemana Sigrid Kraus (Salamandra), el mundo del libro ha mejorado "espectacularmente" en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, pero se lamenta: "No se ha aprovechado para invertir m¨¢s en apoyar a las librer¨ªas. Desde la Administraci¨®n, las librer¨ªas independientes nunca se han entendido del todo como un bien cultural pese a que cumplen con una importante funci¨®n en la difusi¨®n de la lectura".
El futuro de las librer¨ªas es el tema de conversaci¨®n este a?o. Buque insignia de una flota de la que forman parte Google o Apple, la librer¨ªa virtual Amazon desembarc¨® el mes pasado en la lengua espa?ola con una oferta de 2,5 millones de t¨ªtulos. "Amazon es el gran librero", reconoce Blanca Rosa Roca. "Lleva mucha ventaja. A veces necesitas que alguien venga de fuera para dinamizar tu mercado. Afectar¨¢ sobre todo a los libreros, pero los buenos, que tienen su clientela, sobrevivir¨¢n adapt¨¢ndose".
Las librer¨ªas virtuales no han hecho m¨¢s que certificar una realidad de siglos: el mercado en espa?ol no termina en Espa?a. Seg¨²n los expertos en demograf¨ªa ling¨¹¨ªstica, en 2050 Estados Unidos se convertir¨¢ en el primer pa¨ªs por el n¨²mero de hispanohablantes: un mercado gigantesco con sede social en las nubes. Entretanto, y con solo el 10% de los hablantes, Espa?a mantiene su hegemon¨ªa como capital editorial de Am¨¦rica. ?Por qu¨¦? Seg¨²n la colombiana Pilar Reyes (Alfaguara), porque "las editoriales m¨¢s importantes son de aqu¨ª y la mayor parte de las v¨ªas de consagraci¨®n en nuestro idioma las ha inventado y alimentado Espa?a...". Seg¨²n Reyes, la globalizaci¨®n real del espa?ol necesitar¨ªa un pu?ado de cambios que pasan por uno decisivo: la circulaci¨®n. "Hacer que los libros viajen sigue siendo el gran reto", dice. ?Estar¨¢ la soluci¨®n en el formato electr¨®nico? ?En las librer¨ªas virtuales? Como recuerda Sigrid Kraus, para algunos colegas suyos de otros pa¨ªses, Amazon ya supone el 50% de la facturaci¨®n. Pero la rotunda realidad de los n¨²meros tiene matices: "Como consumidora, Amazon me ha servido para acceder con rapidez a t¨ªtulos de fondo, pero me he llevado muchas decepciones con sus recomendaciones. No creo que sustituya a un buen librero".
Si Amazon y las librer¨ªas digitales son el futuro inminente de la edici¨®n en papel, el eterno futuro es la mil veces anunciada implantaci¨®n masiva del libro electr¨®nico, que en Espa?a supone poco m¨¢s del 1% del mercado. El formato digital avanza despacio en todo el mundo salvo en Estados Unidos. All¨ª no pasa del 10% del mercado, pero el n¨²mero de dispositivos de lectura es mucho mayor y la costumbre de comprar por Internet est¨¢ m¨¢s arraigada. Cada mes de octubre, en la Feria de Fr¨¢ncfort se repite el mantra de que en 2018 el libro electr¨®nico superar¨¢ en ventas a su equivalente en papel. En el caso de Espa?a, la fecha es algo m¨¢s que optimista. "Hemos empezado tarde y vamos parcheando", dice Ofelia Grande, "pero somos editores y tenemos que dar al lector el libro en el formato en el que ¨¦l lo quiera leer. No seamos tremendistas. Es una nueva v¨ªa".
Para Blanca Rosa Roca, que participa del n¨²cleo duro de Libranda, la plataforma digital que re¨²ne a los grupos grandes pero no acaba de despegar, es "fundamental" controlar las descargas ilegales, pero hay que "facilitar" las cosas. "El libro electr¨®nico nos abre el mundo porque el f¨ªsico llega adonde llega", dice. "No habr¨¢ fronteras ni devoluciones. Eso s¨ª, tendremos que vender por volumen: m¨¢s libros a menor precio. Los precios deber¨¢n asegurar que autor y editor puedan ganarse la vida, pero ser¨¢n m¨¢s bajos". Todas coinciden. Asistimos a un cambio radical de la industria cultural que Pilar Reyes considera "estimulante" y en el que los editores tendr¨¢n que reinventar su papel mediador, que, lejos de perder peso, lo ganar¨¢: "En un mundo donde todo puede ser publicado, la importancia de seleccionar bien es a¨²n m¨¢s apremiante. Publicar libros que marquen la diferencia ser¨¢ un imperativo".
Futuro es la palabra clave... del presente. ?A qu¨¦ lector deber¨¢ adaptarse el editor de ma?ana? "El lector del futuro", apunta Elena Ram¨ªrez, "leer¨¢ algunos libros en papel, otros en una tableta y otros en el m¨®vil. Alternar¨¢ lecturas y dispositivos seg¨²n la oferta de contenidos y precios de cada libro". La convivencia de formatos parece garantizada, pero Sigrid Kraus apunta que la revoluci¨®n de la forma afectar¨¢ al fondo: "Durante mucho tiempo coexistir¨¢n el libro electr¨®nico y el libro en papel, cumplen funciones distintas, pero el lector tendr¨¢ cada vez menos tiempo y sosiego para dedicarse a leer. Ser¨¢ un lector cada vez m¨¢s impaciente en un mundo cada vez m¨¢s veloz". Parece, pues, que siempre har¨¢ falta alguien que garantice la calidad en medio de la velocidad: un librero, un cr¨ªtico tal vez, un editor. O, visto el presente, una editora.
SIGRID KRAUS
"Jonathan Franzen no podr¨ªa haber llegado en mejor momento"
Fen¨®menos editoriales como Harry Potter o El ni?o con el pijama de rayasterminaron en Salamandra gracias al olfato de Sigrid Kraus, alemana de 47 a?os nacida en Gunzenhausen y recriada en Brasil, adonde la familia fue siguiendo al padre, ge¨®logo. En 1985 lleg¨® a Barcelona para trabajar como editora en pr¨¢cticas y conoci¨® al que ser¨ªa su marido, Pedro del Carril, encargado de la argentina Emec¨¦. En 2000, Planeta compr¨® la editorial de Borges y ellos fundaron Salamandra. Pese al ¨¦xito de sus best seller millonarios, Kraus ha evitado vivir de las rentas y apuesta por autores como Sandor M¨¢rai, Andrea Camilleri o Zadie Smith. Este a?o espera repetir suerte con la que dicen es la novela de la era Obama, Libertad. "En un momento de confusi¨®n entre las clases acomodadas de Occidente, Franzen nos pone el espejo y nos dice, sin dedo acusador, esto es lo que somos y hasta aqu¨ª hemos llegado en el rinc¨®n m¨¢s privilegiado del planeta. No podr¨ªa haber llegado en mejor momento".
PILAR REYES
"Nunca publiques un libro del que no te sientas orgulloso"
Pese a tener solo 39 a?os, la bogotana Pilar Reyes fue directora general del grupo Santillana en Colombia antes de instalarse en Madrid para ponerse al frente de la editorial Alfaguara. No es, pues, extra?o que sea una ferviente defensora de que, como quer¨ªa el cr¨ªtico ?ngel Rama, "los relojes de la cultura de Am¨¦rica Latina marquen todos la misma hora". Por lo pronto, ella est¨¢ en el eje editorial que sirve de referencia a esos relojes. "Hacen falta m¨¢s centros", afirma. Lleg¨® a Espa?a en 2009 y en unos meses le toc¨® ocuparse de la nueva novela de Vargas Llosa y, sobre todo, del Nobel al escritor peruano. Ella, que publica a autores como Carlos Fuentes, Fernando Vallejo, Javier Mar¨ªas o Gay Talese, dice que pedirle que elija un t¨ªtulo entre el medio centenar que publica al a?o es como preguntar a qu¨¦ hijo quieres m¨¢s: "Solo puedo decir que una regla b¨¢sica de la edici¨®n deber¨ªa ser: nunca publiques un libro del que no te sientas orgulloso. El cat¨¢logo es el activo m¨¢s importante de un editor".
BLANCA ROSA ROCA
"Siempre he querido medirme con los grandes"
Dice Blanca Rosa Roca que el lema del sello que lleva su apellido -Roca Editorial- es "una peque?a gran editorial", de ah¨ª que comparta distribuidor con los independientes, pero publique best seller que llegan a los hipermercados. Roca, barcelonesa de 54 a?os, trabajaba en el departamento de marketing del Grupo Zeta, fundado por su t¨ªo, cuando la empresa compr¨® Bruguera para transformarla en Ediciones B. Tras un a?o en el departamento de prensa, se convirti¨® en directora general, hasta que en 2003 fund¨® su propia firma. "Siempre he querido medirme con los grandes", dice una mujer que de su antigua etapa conserva la amistad con Bernardo Atxaga -autor suyo entonces, como Manuel Rivas o James Ellroy- y el respeto de Noah Gordon, que la sigui¨® en su nueva aventura: "Tuvimos que pedir un cr¨¦dito para contratarle la nueva novela". En Roca conviven los superventas y el prestigio. As¨ª, su espina es Doctorow, "un mito en EE UU que no despega en las ventas. Pero hemos comprado todo su fondo".
ANIK LAPOINTE
"Cuando cambias de trabajo, piensas: ?qu¨¦ puedo hacer que no se haya hecho?"
No es ninguna temeridad decir que el boom de la novela negra en Espa?a le debe mucho a Anik Lapointe. Canadiense de Montreal y de 1964, lleg¨® becada a Barcelona al calor de la relaci¨®n Catalu?a-Quebec. Era el a?o de los Juegos Ol¨ªmpicos, y al poco entr¨® en Quaderns Crema y Sirmio, precedente de Acantilado. De all¨ª salt¨® a Pen¨ªnsula, donde lanz¨® una colecci¨®n de viajes en la que mim¨® a cl¨¢sicos contempor¨¢neos de la no ficci¨®n narrativa como Colin Thubron o Patrick Leigh Fermor, y en 2000 aterriz¨® en su actual destino: la direcci¨®n literaria de RBA. "Cuando cambias de trabajo, piensas: ?qu¨¦ puedo hacer que no se haya hecho?", cuenta. Entonces repar¨® en que, desde la extinci¨®n de la venerable J¨²car de los a?os ochenta, en Espa?a no hab¨ªa ninguna gran colecci¨®n policiaca. Y justo cuando en el mundo anglosaj¨®n surg¨ªa una nueva generaci¨®n de autores. As¨ª, apost¨® por nombres como Philip Kerr o Dennis Lehane, y el panorama editorial cambi¨® definitivamente de color.
OFELIA GRANDE
"Nunca me sent¨ª sola ante el peligro"
La salmantina Ofelia Grande lleg¨® a Siruela, recuerda con precisi¨®n, "el d¨ªa de San Valent¨ªn de 2000". Ten¨ªa 29 a?os y muchos nervios. Viene de una estirpe de editores y siempre hab¨ªa "fantaseado" con serlo. Tras ejercer de abogada -"para alejarme de la familia"- y trabajar en Anaya, dijo que s¨ª a su t¨ªo Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez cuando le ofreci¨® hacerse cargo del sello que acababa de comprar a Jacobo Fitz-James Stuart. Grande reconoce que tuvo "el privilegio" de entrar desde arriba, pero tambi¨¦n recuerda que hace 11 a?os hubo quien pens¨®: "A ver cu¨¢nto dura esto en manos de esta ni?a". A su lado, mucha gente dispuesta a ayudarla: "Empezando por Jacobo. Nunca me sent¨ª sola ante el peligro". Hoy dirige a 17 trabajadores que, de Amos Oz a Fred Vargas pasando por Jes¨²s Ferrero, publican 90 t¨ªtulos anuales. El m¨¢s vendido: El mundo de Sof¨ªa, de Jostein Gaarder (1,5 millones de ejemplares). Su primera apuesta: Cuando el ¨¢rbol canta, del griego Stratis Haviaras.
DIANA ZAFORTEZA
"Todav¨ªa no se ha inventado una m¨¢quina tan perfecta como el libro de papel"
Con 33 a?os, Diana Zaforteza ya ha fundado dos editoriales. La primera, Alpha Decay, en 2004, junto a Enric Curcurella y con el padrinazgo econ¨®mico de Carmen Barcells y el intelectual de Jorge Herralde. Cuatro a?os m¨¢s tarde, esta barcelonesa de origen mallorqu¨ªn se independiz¨® para fundar Alfabia, que este a?o publicar¨¢ 15 t¨ªtulos. El franc¨¦s Pierre Michon, la Nobel polaca Wislawa Szymborska, Lou Reed y Andy Warhol forman parte de un cat¨¢logo que combina la tradici¨®n y el pop. Zaforteza es una de las editoras m¨¢s j¨®venes del panorama y a la vez una de las mayores defensoras del libro de papel. "Todav¨ªa no se ha inventado una m¨¢quina tan perfecta", dice. Tambi¨¦n rompe una lanza por las librer¨ªas independientes: "Gracias a ellas pueden existir editoriales peque?as como la nuestra". Sabe de qu¨¦ habla. Los libreros de Catalu?a concedieron su prestigioso premio anual a la novela Sukkwan Island, de David Vann, una de las joyas de su cat¨¢logo.
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