La batalla del agua entra en pol¨ªtica
El PP prepara "un nuevo modelo profesional" para la gesti¨®n de los servicios - PSOE e IU temen la privatizaci¨®n y defienden un sistema solo p¨²blico
La batalla entre las empresas p¨²blicas y privadas por el agua ha entrado en el terreno pol¨ªtico. Izquierda y derecha defienden modelos antag¨®nicos de gesti¨®n que los cambios en los Ayuntamientos y la situaci¨®n preelectoral han puesto de manifiesto. El secretario general del PP, Antonio Sanz, afirma que "un grupo de expertos" dise?a para su formaci¨®n "un nuevo modelo de gesti¨®n profesional y no pol¨ªtico". El secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del PSOE de Andaluc¨ªa, Antonio Pradas, defiende un sistema p¨²blico de equilibrio territorial y asegura que la estrategia del PP es regional y persigue vender.
Jerez ya ha anunciado que privatiza los servicios de agua, la Diputaci¨®n de C¨®rdoba lo ha planteado como posibilidad, M¨¢laga se ha topado con el rechazo del pleno tras una muy activa oposici¨®n de IU y en Sevilla se est¨¢ reproduciendo el modelo de Huelva, donde algunos municipios abandonaron el consorcio p¨²blico para terminar cediendo el servicio a empresas privadas.
Los socialistas creen que el PP busca "el efecto llamada" para empresas
El abandono de un modelo p¨²blico tiene consecuencias, al margen de la calidad de servicio, que cada parte asegura ser capaz de mejorar. La principal es que los pueblos m¨¢s peque?os o alejados de las grandes redes, que no interesan a las empresas, pierden garant¨ªas de abastecimiento o tienen que pagar mucho m¨¢s que otros municipios, por lo que se pierde el principio de equilibrio territorial en un servicio b¨¢sico.
Otro problema es c¨®mo gestionar la pr¨®xima sequ¨ªa con empresas privadas al mando de un recurso escaso y fundamental y sin ning¨²n compromiso con la participaci¨®n social en los servicios que presta, algo que las entidades p¨²blicas s¨ª mantienen como elemento fundamental.
A esto se une la p¨¦rdida de volumen de los grandes consorcios al perder clientes, lo que supone una mayor debilidad para adquirir suministros y menor rentabilidad en las inversiones.
La venta de los servicios de agua tiene, por el contrario, beneficios para aquellos municipios bien situados geogr¨¢ficamente o con mayor poblaci¨®n, que pueden ofrecer a las empresas un negocio muy estable, con ingresos regulares (el ¨ªndice de impago es casi inapreciable) y a largo plazo. A cambio, se liberan de la prestaci¨®n directa de un servicio y reciben dinero para hacer frente a la cr¨ªtica situaci¨®n financiera.
En el fiel de esta balanza es donde se han encontrado los modelos de derecha e izquierda.
El Ayuntamiento de Jerez (PP) ya ha admitido que la concesi¨®n de la gesti¨®n del agua supondr¨ªa ingresar hasta 100 millones de euros. La presidenta de la Diputaci¨®n de C¨®rdoba, Mar¨ªa Luisa Ceballos (PP), propuso privatizar la empresa de residuos Epremasa y la de agua Emproacsa si "funcionan mal" o no pueden afrontar un plan de saneamiento porque le suponen "un coste tremendo al usuario", seg¨²n recogi¨® Europa Press en una entrevista a final de julio. Ceballos a?adi¨® un argumento similar al de Antonio Sanz al afirmar que "se ha hecho bastante uso pol¨ªtico de las empresas p¨²blicas".
El socialista Pradas advierte de que este discurso es similar al que llev¨® a los municipios onubenses de Moguer y Lepe a abandonar la empresa p¨²blica y vender sus servicios. Primero se cuestiona la sociedad p¨²blica, despu¨¦s se critica su supuesta politizaci¨®n y, finalmente, se genera el "efecto llamada" al que acuden las empresas de agua.
En Sevilla, los municipios que han asumido esta estrategia son Mairena, Bormujos, Benacaz¨®n, Espartinas, Gelves, Tomares y Palomares. Sus alcaldes, todos del PP y representantes de 130.000 vecinos de una misma comarca, el Aljarafe, se reunieron este mes con el regidor de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y el gerente de Emasesa, Jes¨²s Maza, para solicitar la integraci¨®n en la empresa de aguas desde Aljarafesa, donde ahora tiene el mayor peso la Diputaci¨®n sevillana, gobernada por el PSOE. "Tenemos la sensaci¨®n de que no nos quieren en la Mancomunidad del Aljarafe y cuando eso sucede lo mejor es irse", argument¨® el presidente provincial del PP y alcalde de Tomares, Jos¨¦ Luis Sanz.
Pero esta falta de cari?o no es suficiente para justificar una maniobra que obligar¨ªa a los pueblos a pagar las inversiones efectuadas, seg¨²n se recoge en los estatutos de Aljarafesa. Millones de euros en plena crisis de financiaci¨®n para dejar una empresa que no presenta deficiencias en la gesti¨®n ni en la prestaci¨®n de los servicios ni en su balance econ¨®mico.
Un farol con efectos
El PSOE afirma que el ¨®rdago de los alcaldes del PP a Aljarafesa es un farol, ya que el municipio que abandone tiene que pagar las inversiones realizadas.
Pero la amenaza de abandono tiene efectos secundarios. Primero debilita una entidad donde pesa mucho la Diputaci¨®n, que a¨²n es socialista. Tambi¨¦n busca condicionar la federaci¨®n de municipios y, seg¨²n Pradas, se "carga todo el trabajo de integraci¨®n de los sistemas en un solo instrumento provincial que preste un servicio de calidad a los vecinos".
No se pueden integrar en Emasesa por el alto coste, pero "se hacen la foto y lanzan el mensaje a las empresas privadas para que les hagan llegar sus ofertas", asegura el PSOE.
El PP no quiso precisar su pol¨ªtica y se remiti¨® a las declaraciones de Sanz y de los alcaldes anunciando su intenci¨®n de dejar Aljarafesa.
El gerente de la asociaci¨®n de operadores p¨²blicos Aeopas, Luis Babiano, advierte del perjuicio de "vender" aquello que es rentable y eficiente. El dinero que se obtiene, a?ade, no va a mejorar la prestaci¨®n, sino que termina pagando la deuda de los Ayuntamientos. Babiano concluye que la situaci¨®n se ve favorecida por la debilidad de la regulaci¨®n y pone de ejemplo que a¨²n no se haya creado el Observatorio Andaluz del Agua.
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