El ed¨¦n recobrado de Saint Laurent
Recorrido por la exposici¨®n dedicada al dise?ador en la Fundaci¨®n Mapfre de Madrid - La muestra descifra las claves ¨ªntimas de su proceso creativo
Suena el primer acto de La Traviata en la voz de Mar¨ªa Callas y en una pared se reproduce a gran escala la famosa escena del baile del Gatopardo de Visconti. El aroma de los para¨ªsos perdidos envuelve la sala, compuesta por 40 modelos de noche y titulada El ¨²ltimo baile. Es el tramo final de la exposici¨®n que dedicada a Yves Saint Laurent se inaugura hoy en la Fundaci¨®n Mapfre de Madrid. No hace falta ser un lince para saber que todo lo visto hasta ese momento, 141 modelos que recorren la obra de uno de los indiscutibles del olimpo de la moda, representa un mundo que languidece. La moda en estado puro, lejos de la uniformidad que dictan hoy las multinacionales del lujo, cerca de las mujeres que entendieron que la feminidad y la seducci¨®n tambi¨¦n formaba parte de su expresi¨®n m¨¢s profunda y liberadora.
Adoraba el negro y por encima de todo odiaba el esnobismo del dinero
Saint Laurent, genio fr¨¢gil y autodestructivo, entendi¨® como ninguno las contradicciones de la mujer moderna, las hizo suyas, y a su manera dram¨¢tica (c¨®mo no pod¨ªa ser de otra manera en su atormentado car¨¢cter) les dio vuelo eterno. "El problema", apunta la comisaria de la exposici¨®n, Florence M¨¹ller, "es que la moda ahora es una cuesti¨®n m¨¢s de dinero que de pasi¨®n. Toda esta nostalgia no la ponemos nosotros, estaba en ¨¦l. Era un hombre muy complejo, arrastrado a la vez por dos fuerzas, la del pasado y la del futuro. Y fue la combinaci¨®n de ambas lo que le hizo tan especial".
Coproducida por la Fundaci¨®n Mapfre y la de Pierre Berg¨¦, compa?ero en la vida y la obra del modista, la exposici¨®n de Madrid recoge la mitad de los modelos que se expusieron en el Petit Palais de Par¨ªs en 2010. Pero, a diferencia de aquella, en Madrid se incide en el proceso creativo. Algo que, seg¨²n explicaba ayer Pablo Jim¨¦nez Burillo, director general del Instituto de Cultura de Mapfre, ha sido un empe?o por su parte. "Es nuestra primera gran exposici¨®n de moda y todo lo que sea subrayar sus vinculaciones con el arte nos importaba". Por eso, adem¨¢s de una sala con los c¨¦lebres vestidos en homenaje a Picasso, Matisse o Mondrian, se han incluido tres espacios en los que se exponen dibujos, patrones y moldes para indagar en los subsuelos del proceso creativo. Una parada, casualmente instalada en el s¨®tano, que sorprende por el blanco de las piezas. En estas catacumbas se encierra el esqueleto de un estilo que, despojado de sus ricas telas de colores, de los c¨¦lebres fucsias y negros, demuestra el rigor y el esfuerzo del hombre que las cre¨®. No hay capricho, no hay impostura.
"Yves era un hombre real, rodeado de gente apasionada como ¨¦l. Hoy pagan a las mujeres por representar una marca. El marketing ha cambiado este mundo", se lamenta Florence M¨¹ller. Esa atm¨®sfera apasionada est¨¢ en algo tan inerme como un maniqu¨ª vestido con un esmoquin negro, uno de los 120 que Saint Luarent cre¨®, o en la llamada colecci¨®n del esc¨¢ndalo, de 1971, que le vali¨® uno de los m¨¢s duros varapalos de su carrera cuando la cr¨ªtica no entendi¨® su colorista revisi¨®n de los a?os cuarenta. M¨¹ller se?ala entonces uno de los modelos de aquella vilipendiada propuesta de turbantes de terciopelo y pieles: un vestido negro largo de noche de muselina de seda negra y plumas de avestruz. Negro y transparente. "Sus mujeres estaban llenas de sorpresas. Totalmente tapada y totalmente desnuda a la vez. Eso era Yves Saint Laurent".
Del armario dedicado a la Catherine Deneuve de Belle de jour, de Bu?uel, al recuento de sus primeros a?os en Dior, todo incide en la recreaci¨®n de su espacio mental y de trabajo. Se reconstruye el estudio real del dise?ador y llama la atenci¨®n que su mesa fuera un simple burro, como esos de las habitaciones juveniles, con un bote lleno de l¨¢pices, figuritas de peque?os perros, los corazones de cristal que tanto le gustaban y un dedal dorado. Ni un solo signo de ostentaci¨®n. Las fotograf¨ªas de sus amigas-clientas, paletas de colores, dibujos de sus sucesivos perros y un retrato suyo hecho por Dubuffet. Cerca, a oscuras, se juega con sus inspiraciones: Picasso, Rimbaud, Bach, Proust, C¨¦line, Aragon. Adoraba el color negro y detestaba por encima de todo el esnobismo del dinero. Su mayor problema, dec¨ªa, era la timidez y de todos los defectos de los hombres -y mujeres- el que peor toleraba era la indulgencia. Cabe recordar que nunca se perdon¨® a s¨ª mismo por no encontrar la perfecci¨®n que busc¨® hasta la muerte.
Hilo biogr¨¢fico
- Yves Saint Laurent naci¨® en Or¨¢n en 1936 en el seno de una familia burguesa.
- A los 17 a?os se traslada a Par¨ªs y en un a?o se convierte en la mano derecha de Christian Dior.
- En 1958, tras la s¨²bita muerte de su maestro, Christian Dior, tom¨® las riendas de la emblem¨¢tica casa de moda.
- En 1961 fund¨® su marca.
- En 1966 visti¨® a una mujer con un esmoquin,
s¨ªmbolo del poder masculino.
- El grupo Gucci toma el control en 1998 de la marca y empieza un periodo de grandes desavencencias con los nuevos due?os y con el dise?ador Tom Ford.
- En 2002 se despide de la moda con un ¨²ltimo desfile. Muri¨® seis a?os m¨¢s tarde.
Babelia
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