'Auskalo'
Auskalo es una de mis palabras favoritas. Soy consciente de que la utilizo a menudo y, de hecho, hasta la pongo como t¨ªtulo provisional siempre que empiezo un art¨ªculo que no s¨¦ a d¨®nde me va a llevar. Auskalo -puede que se trate de la contracci¨®n de "a buscarlo", seg¨²n le¨ª una vez-, es decir, a saber, qui¨¦n sabe. La expresi¨®n indica el reconocimiento de la ignorancia, la incapacidad de comprenderlo todo, la dificultad de prever el rumbo de los acontecimientos. Auskalo, auskalo, me repito. Qu¨¦ gran nombre para tantas cosas: el t¨ªtulo de la parte de nuestras memorias que est¨¢n sin escribir es auskalo, nuestro ajetreado futuro pol¨ªtico es auskalo -y ahora que se rebautizan varios partidos pol¨ªticos, ser¨ªa un rasgo inaudito de sinceridad que alguno se atreviera a denominarse Auskalo-, nuestro devenir econ¨®mico es auskalo, y as¨ª...
Breve repaso -subjetivo- de las euskal noticias de los ¨²ltimos d¨ªas: el lehendakari, Patxi L¨®pez, presenta su plan de convivencia y (casi) todos se le echan encima; se celebra el Kilometroak en Azpeitia, con ¨¦xito y normalidad; los mediadores internacionales encabezados por Currin reciben el nihil obstat de ETA, aunque (casi) nadie entiende qu¨¦ es exactamente lo que esa gente va a comprobar o dejar de comprobar; Joseba Arregi recibe el premio Covite y denuncia que "los asesinos se est¨¢n convirtiendo en h¨¦roes"; la nueva marca Amaiur se viste de largo para las pr¨®ximas elecciones generales con el objetivo principal de "ir a Madrid para decirles que queremos dejar de ir", y de reivindicar un curioso "derecho a vivir en paz"; Joseba Sarrionandia gana el Premio Euskadi de literatura, en su modalidad de ensayo en euskera y, en el programa de an¨¢lisis y debate de ETB-1, a todos los contertulios les parece un horror que el Gobierno vasco retenga el importe del premio hasta que el pr¨®fugo escritor aclare sus cuentas con la justicia; el cantautor Benito Lertxundi sue?a en una entrevista con una Euskal Herria independiente y euskald¨²n en la que no se nos "obligue a ser espa?oles", etc¨¦tera, etc¨¦tera.
?sas son las ¨²ltimas euskal noticias que as¨ª, a vuela pluma, me vienen a la mente. Corresponden s¨®lo a un pu?ado de d¨ªas, menos de una semana, y a una memoria caprichosa. Puestas as¨ª, todas seguidas, adquieren un ritmo y una cadencia harto familiares. Un tiovivo siempre en marcha del que no hay forma de bajarse. Y entonces, uno se pregunta qu¨¦ significar¨¢ exactamente el fin del terrorismo, qu¨¦ significar¨¢ la "paz". Porque es evidente que -a pesar del grand¨ªsimo alivio- no nos dejar¨¢ un gran espacio mental liberado, disponible para otros usos. Que seguiremos atrapados en el engranaje identitario, en el caldero nacionalista, en la pesadez de las ideas entra?adas y de los sentimientos excluyentes. Auskalo c¨®mo evoluciona todo esto. Auskalo qu¨¦ nos depara el futuro. ?Entienden la fuerza del t¨¦rmino? Auskalo, auskalo.
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