Callejones de Harry Potter
La capital escocesa inspir¨® a J. K. Rowling, Stevenson y Walter Scott. Un paseo literario que se completa con historia, 'pubs' y un museo del whisky
Al visitar Edimburgo se comprende d¨®nde encontr¨® la inspiraci¨®n J. K. Rowling para ambientar su Harry Potter. La ciudad (www.edinburgh.org) est¨¢ llena de c¨²pulas que se elevan hasta el cielo como las torres de Hogwarths, y sus calles rebosan historia y recuerdos literarios. Veinticuatro horas en Edimburgo saben a poco.
10.00 A lo lejos, la Silla de Arturo
Inicie el d¨ªa visitando el palacio de Holyroodhouse (1). No hay tiempo para un recorrido exhaustivo, pero no debe perderse la entrada, las evocadoras ruinas de la abad¨ªa y el jard¨ªn, desde el que se tienen vistas incre¨ªbles de las colinas de Holyrood Park y de la cima de la llamada Silla de Arturo. Tras echar un vistazo al discutido y magn¨ªfico edificio del Parlamento, obra del fallecido arquitecto espa?ol Enric Miralles, tome la Royal Mile (2). La arteria va cambiando de nombre; en su primer tramo se llama Canongate. En su iglesia (3) -donde se celebr¨® la boda de Zara Phillips, nieta de Isabel II- hay un peque?o cementerio con la tumba de Adam Smith. Un poco m¨¢s adelante est¨¢ el Museo de la vida social de Edimburgo, que recrea escenas cotidianas de distintas ¨¦pocas de la ciudad (gratis).
11.15 En casa del predicador
La Royal Mile se llama ahora High Street. En el 47 est¨¢ la casa m¨¢s antigua de la ciudad (4). Construida en 1460, en 1560 fue el hogar del predicador John Knox, que promovi¨® la reforma de la Iglesia escocesa. Se ha convertido en un museo, pero no es gran cosa y la entrada es cara. Mejor seguir caminando -fij¨¢ndonos en los callejones (closes) que comunican unas calles con otras- hasta la catedral de Saint Giles (5), donde destaca por su belleza la capilla del Cardo, con su b¨®veda labrada. Preste atenci¨®n, en el capitel de una de las columnas de la entrada hay un ¨¢ngel tocando la gaita. A la salida es habitual ver a los letrados que pasean con sus clientes comentando los casos: los tribunales de la ciudad est¨¢n en un edificio vecino a la catedral.
12.00 El s¨¢ndwich del Dr. Jeckyll
Para un alto en el camino, el caf¨¦ de la catedral es agradable. Un poco m¨¢s arriba, el Deacon's House Cafe (6) (Brodies Close, 3), donde despachan tartas y s¨¢ndwiches, recuerda al siniestro William Deacon Brodie, quien inspir¨® a Stevenson para crear al protagonista de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Brodie era un carpintero que hac¨ªa copias de las llaves de sus clientes para robar en sus casas. Cuando fue detenido, nadie pod¨ªa creer que el honrado artesano fuese en realidad un criminal peligroso. Al conocer la historia, Stevenson empez¨® a pensar en un hombre pac¨ªfico cuya personalidad se transformaba por la noche. A unos metros, uno de los homenajes de la ciudad a sus escritores: Lady Stairs House (7) (www.edinburghmuseums.org.uk; gratuito), una casa del siglo XVI con objetos personales y manuscritos de los tres grandes autores escoceses, Robert Burns, R. L. Stevenson y Walter Scott. Conservan hasta la imprenta en la que Scott editaba. De camino al castillo de Edimburgo est¨¢ Gladstone's Land (8), donde se recrea la vida de una familia burguesa del siglo XVII, y un poco m¨¢s arriba, el Scotch Whisky Heritage Centre (9) (www.scotchwhiskyexperience.co.uk; 354 Castlehill; 14 euros), que explica la historia y el proceso de fabricaci¨®n de la bebida escocesa por excelencia. No se espante por lo que parece tener de atracci¨®n para turistas: el tour es interesante, y la tienda tiene una incre¨ªble oferta de whiskys a precios nada desmadrados.
13.00 M¨²sica militar en el castillo
En el castillo (10) (www.edinburghcastle.gov.uk), uno puede pasar media hora o medio d¨ªa, pero no hay que perd¨¦rselo. Deje para otro momento una visita completa a este conjunto de edificios de los siglos XII al XX, y d¨¦ un paseo disfrutando de las vistas. Un apunte: en la explanada del castillo tiene lugar en agosto el c¨¦lebre Military Tatoo, un festival de bandas militares que re¨²ne a miles de personas y para el que hay que reservar las entradas con mucha antelaci¨®n.
Tras salir del castillo, camine por Johnston Terrace para bajar a Grassmarket (11), una alegre plaza que fue centro de la vida comercial de la ciudad. La zona est¨¢ llena de bares y pubs. El nombre de uno de ellos, The Last Drop (el ¨²ltimo trago), recuerda que en esta plaza se llevaban a cabo ejecuciones generalmente mediante ahorcamiento. Suba por Victoria Street (12), una calle comercial donde hay bonitas tiendas artesanas. Es preferible hacer un almuerzo ligero (por ejemplo, un bocadillo de cerdo en Oink) para visitar despu¨¦s la National Gallery (13) con una m¨¢s que notable colecci¨®n de arte (y la Vieja friendo huevos, de Vel¨¢zquez, y el Reverendo patinador, de Henry Raeburn). Camine por los jardines de Princes Street (14) y det¨¦ngase ante el bello monumento dedicado a sir Walter Scott.
15.30 Merendar se dice 'afternoon tea'
Para una experiencia t¨ªpicamente british hay que tomar el afternoon tea m¨¢s famoso de la ciudad en el hotel Balmoral (15) (Princes Street, 1). Un t¨¦ completo para dos cuesta 46 libras, pero es un verdadero fest¨ªn de s¨¢ndwiches, pastelillos, bollos de fruta, crema y mermeladas. Tras la merienda, un paseo: encam¨ªnese al cercano Calton Hill (16) y suba a lo alto del monumento a Nelson para disfrutar de la vista.
17.30 Coquetas casitas
Ha llegado la hora de explorar la Ciudad Nueva, que surgi¨® a principios del siglo XVIII. Caminando por la acera derecha de Princes Street llegamos a Castle Street: en el n¨²mero 39 vivi¨® Walter Scott (17). Tomando George Street llegamos a Charlotte Square (18), una elegante plaza que se convirti¨® en la favorita de los burgueses ricos. En el n¨²mero 7 puede visitarse la llamada Casa Georgiana, donde se refleja la vida de las familias adineradas de finales del XVIII. Merece la pena caminar sin prisas fij¨¢ndose en las mansiones y los cuidados jardines de Randolph's Crecent, hasta llegar a Dean Bridge (19); desde all¨ª llegamos a uno de los lugares m¨¢s curiosos de la ciudad, el Dean Village, un barrio surcado por el r¨ªo y donde los antiguos molinos de agua han sido convertidos en coquetas casitas.
20.00 Un jard¨ªn secreto
En Edimburgo hay muchos y buenos restaurantes y una notable vida nocturna. Propongo dos posibilidades: una, quedarse en la zona nueva y cenar en Tiger Lily (20) (George Street, 125; 45 euros), lleno de gente joven. Si le quedan fuerzas, puede tomar luego una copa en Candy, en el 113 de la misma calle, o en el grandioso Dome, en el 14. Opci¨®n dos, coger un taxi (son bastante baratos y admiten a cinco pasajeros) y regresar a la zona vieja para tomar una cerveza en el pub Deacon Brodie's Tavern - 21 (Lawn Market, 435) y luego cenar en The Witchery - 22 , en la Royal Mile. Pida que le instalen en alguna de las escogidas mesas del Secret Garden. Una cena a la carta, con vino, ronda los 60 euros.
? Marta Rivera de la Cruz es autora de la novela La vida despu¨¦s (Planeta, 2011).
![El 'pub' The Royal Mile, en Edimburgo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VQSHZRVD6QWIIZ2FBOVIWCJ2NA.jpg?auth=78a89f61f3b6cb7573c3e422e6e30fb9f974592e0437713b69848ff3fb8c36a3&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.