Sin rastro de Ruth y Jos¨¦
Los investigadores, sorprendidos por la frialdad con la que Jos¨¦ Bret¨®n afronta la desaparici¨®n de sus dos hijos en C¨®rdoba - La polic¨ªa rastre¨® el Guadalquivir
Ruth y Jos¨¦ Bret¨®n Ortiz, de seis y dos a?os, no est¨¢n ni con su padre ni con su madre desde la tarde del pasado s¨¢bado. Esta es la ¨²nica certeza que hay por ahora tras una investigaci¨®n que arranc¨® con la llamada del padre de los peque?os, Jos¨¦ Bret¨®n -en tr¨¢mites de separaci¨®n de su esposa, Ruth Ortiz-, en la que, a las 18.40 de ese d¨ªa, telefone¨® a los servicios de emergencia 112. Afirm¨® entonces que hab¨ªa perdido a sus hijos mientras paseaba por el parque Cruz Conde, de C¨®rdoba.
Los efectivos de la polic¨ªa se han incrementado exponencialmente desde el s¨¢bado con refuerzos de especialistas en Homicidios provenientes de Sevilla y Madrid, que entran y salen de una finca propiedad de la familia del padre. Pero oficialmente no hay imputados ni sospechosos. Oficialmente, el caso est¨¢ en punto muerto. Lo que s¨ª hay es sorpresa entre los investigadores por la frialdad y distanciamiento con que el padre afronta la angustiosa desaparici¨®n de sus hijos. "Parece un hombre de hielo", comenta un polic¨ªa con estupor.
Los agentes ponen en duda que los ni?os se perdieran en el parque
Miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa rastrearon ayer las aguas del Guadalquivir que transitan a menos de un kil¨®metro de la finca de la familia Bret¨®n. La casa de campo est¨¢ en una parcela con frutales de unos 3.000 metros cuadrados, en una zona conocida como Las Quemadas, junto a un pol¨ªgono industrial. Recorriendo las desordenadas calles de la urbanizaci¨®n no es dif¨ªcil llegar a las inmediaciones del r¨ªo. Los agentes de los GEO eligieron un punto cercano a las viviendas para preparar su embarcaci¨®n y, vestidos con trajes de neopreno y un juego de bombonas de ox¨ªgeno, navegar r¨ªo arriba. Otras unidades policiales acompa?adas por perros rastrearon distintas ¨¢reas del r¨ªo.
Adem¨¢s, agentes de la Polic¨ªa Cient¨ªfica volvieron a entrar ayer por la tarde en la parcela donde se halla la vivienda. El lunes llevaron a cabo una inspecci¨®n que dur¨® pr¨¢cticamente todo el d¨ªa. Unos huesos hallados entre las cenizas de una fogata despertaron las sospechas, pero la Comisar¨ªa General de Polic¨ªa Cient¨ªfica concluy¨® que esos restos no son humanos. Bret¨®n asegur¨® que hab¨ªa quemado en una hoguera ropas, objetos y documentos desechados tras la reciente ruptura conyugal.
Los investigadores no descartan ninguna hip¨®tesis -desde el accidente al secuestro-, pero, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, dan poca credibilidad a la versi¨®n de la desaparici¨®n de los peque?os dada por el padre. Bret¨®n recre¨® ayer, junto con los investigadores, el viaje que hicieron los dos ni?os desde que su padre los recogiera el pasado viernes en un colegio de Huelva -con el consentimiento de la madre- hasta su llegada a C¨®rdoba. El acuerdo verbal alcanzado mientras se formalizaba el divorcio era que la madre cuidaba de los cr¨ªos entre semana y el padre se encargaba de ellos durante los s¨¢bados y los domingos.
El parque Cruz Conde, de 14 hect¨¢reas, ha sido remodelado recientemente, se han arrancado muchos arbustos y ¨¢rboles y despejado amplias zonas. La b¨²squeda policial de los ni?os fue limitada. El domingo por la tarde ya se hab¨ªa retirado el dispositivo. La polic¨ªa parece centrar sus esfuerzos en Las Quemadas, ante la creencia de que la desaparici¨®n no ocurri¨® en el parque.
En el barrio de La Vi?uela, en C¨®rdoba, es donde viven los padres de Jos¨¦ Bret¨®n y donde ¨¦ste se dejaba ver la semana pasada. Un vecino y amigo suyo, Rafael Molina, afirma que el mi¨¦rcoles fue la ¨²ltima vez que le vio. Molina dice que el s¨¢bado, la hermana de Jos¨¦ Bret¨®n le llam¨® por tel¨¦fono alert¨¢ndole de la p¨¦rdida de los ni?os y pidi¨¦ndole que buscasen por las calles del barrio. Aunque est¨¢ alejado unos tres kil¨®metros del Parque Cruz Conde, la familia Bret¨®n confiaba en que los chiquillos aparecieran de vuelta a casa "porque la hija mayor sabe de memoria la calle donde viven sus abuelos". Molina reconoce que ese fin de semana no vio a los ni?os en el barrio.
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