Stoner, un campe¨®n solitario
El piloto australiano de Honda, poco amante de las multitudes y el protagonismo, logra con gran autoridad su segundo t¨ªtulo gracias a su tenacidad y su talento
Casey Stoner (Kurri-Kurri, Australia; 26 a?os) es una rara avis. Un piloto excelso al que le encantar¨ªa rodar solo, que en los circuitos no hubiera seguidores, ni cazadores de aut¨®grafos, ni periodistas, ni fot¨®grafos. Es de los que siempre dice lo que piensa, tiene genio y un car¨¢cter indomable. Su pilotaje es salvaje e instintivo: desprecia el exceso de electr¨®nica en las motos y le basta con un vistazo para rodar m¨¢s r¨¢pido que nadie al instante, sea cual sea el trazado, sin importarle las condiciones meteorol¨®gicas o la temperatura del asfalto. Es camale¨®nico, pues lo mismo vuela a lomos de una Ducati que lo hace sobre una Honda, como este a?o. Talento natural que le ha valido para convertirse, ayer, en el a?o de su estreno en la casa japonesa, en el nuevo campe¨®n del mundo de MotoGP, el ¨²ltimo de la era de las 800cc -tambi¨¦n fue el primero: consigui¨® el t¨ªtulo con Ducati en 2007, tambi¨¦n en su primera temporada en la f¨¢brica italiana-.
Lorenzo, ¨²nico que le discut¨ªa el mando, se destroz¨® un dedo y todo qued¨® decidido
Salvo por una ca¨ªda, Stoner no se ha bajado del podio en todo el a?o
Ocurri¨® en su pa¨ªs, Australia, donde empiezan a reconocer en ¨¦l al sucesor de Mick Doohan, y el d¨ªa de su cumplea?os. Para celebrarlo se apunt¨® la victoria y el t¨ªtulo. Nadie pudo hacerle sombra en Phillip Island, donde ha ganado en los ¨²ltimos cinco a?os, bajo el sol o la lluvia, qu¨¦ importa, o en carreras como la de ayer, que amaneci¨® soleada, y fue interrumpida por un fugaz chaparr¨®n. No tuvo rival, en parte porque en la sesi¨®n matutina Jorge Lorenzo, ¨¦l ¨²nico que le discut¨ªa el protagonismo este fin de semana con unos tiempos esperanzadores, se destroz¨® el dedo anular de la mano izquierda y tuvo que ser intervenido de urgencia en Melbourne. En su ausencia, Stoner camp¨® a sus anchas en un escenario que siempre le fue familiar, entre canguros y gaviotas. Su triunfo, en solitario, atacando cada curva desde la convicci¨®n de sentirse insuperable y el deseo de ser siempre el mejor, fue una met¨¢fora perfecta de su temporada, en la que no hubo m¨¢s favorito. Lo acreditan sus 11 poles y nueve victorias. No se ha bajado del podio en todo el curso, salvo aquel domingo desafortunado en que Valentino Rossi se lo llev¨® por delante en Jerez, en la segunda carrera del a?o. Pero su maridaje, perfecto, con esa Honda con la que so?¨® desde peque?o, hizo posible enderezar el rumbo. "Cuando supe lo de Lorenzo, me sent¨ª fatal. No quer¨ªa ganar el campeonato as¨ª, pero era mi momento", afirm¨®.
Stoner no ha dejado indiferente a nadie desde que se apoder¨® de la Pee Wee 50cc de su hermana Kelly, seis a?os mayor, con solo tres a?itos. La familia Stoner abandon¨® el pa¨ªs cuando su hijo menudo ten¨ªa 14. El continente se les hab¨ªa quedado peque?o, pues el ni?o gan¨® su primer t¨ªtulo con seis a?os y no par¨® de hacerlo subido a motos de dirt track. Despu¨¦s de recorrerse Australia en autocaravana, de triunfo en triunfo, hizo lo propio por Europa, ya que all¨ª no pod¨ªa competir de manera legal hasta los 16. Vivi¨® entre Inglaterra y Espa?a, donde Alberto Puig, representante de Pedrosa y que ampar¨® al australiano, le dej¨® aparcar su casa ambulante en el jard¨ªn de sus padres.
Debut¨® en el Mundial hace 10 a?os, fue subcampe¨®n de 250cc en 2005 y campe¨®n de MotoGP por vez primera dos a?os m¨¢s tarde, en su segunda temporada en la categor¨ªa reina. Se sinti¨® maltratado y menospreciado: muchos pensaron que solo gan¨® por la enorme diferencia que marcaba su moto, la primera Ducati de 800cc, y sus neum¨¢ticos, Bridgestone; le acusaron de andar escaso de cabeza y de caerse demasiado. Solo ahora se aprecia que solo ¨¦l, con sus agresivas maneras y su querencia por abusar del freno trasero, fue capaz de domar aquella Desmosedici que lleva por la calle de la amargura al mismo Valentino Rossi. Su afinidad con esa so?ada Honda le ha ayudado a liberarse, a desprenderse del rencor acumulado, y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n de alguna duda despu¨¦s de tantas cr¨ªticas recibidas.
El campe¨®n australiano ha alcanzado la madurez personal al tiempo que ha logrado tambi¨¦n la profesional. Se cas¨® con Adriana, su inseparable compa?era, su v¨ªa de escape cuando las cosas no marchan, cuando cumplieron la mayor¨ªa de edad. Ser¨¢n padres el pr¨®ximo febrero. Es tozudo y cabezota, dicen quienes le conocen. Pero vale la pena soportar su genio porque tiene un coraz¨®n enorme. A mitad de temporada reuni¨® a su equipo de mec¨¢nicos en una pista de karts y les regal¨® un coche a cada uno. "Vi¨¦ndonos correr era la persona m¨¢s feliz del mundo", recuerda su jefe de mec¨¢nicos, Cristian Gabarrini. Abandon¨® Montecarlo, demasiado ruido y gent¨ªo, por la apacible Suiza. Vive en una casa en el campo, posee un par de granjas en Australia con miles de vacas, su gran inversi¨®n, y sue?a con retirarse en los Estados Unidos para montar un negocio pues all¨ª, dice, nadie le conoce. Es el campe¨®n incomprendido. Y uno de los mayores talentos de la parrilla del motociclismo.
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