Un lobo con piel de cordero
Vettel, que sum¨® su d¨¦cima victoria del curso, transmite una imagen de vulnerabilidad alejada de su car¨¢cter real
En el mundo del deporte, la mayor¨ªa de los actores interpretan dos papeles distintos y Sebastian Vettel esconde su cara m¨¢s ¨ªntima de forma magistral. Poco se sabe de su vida privada m¨¢s all¨¢ de aquello que ¨¦l o su equipo deciden contar y sus apariciones est¨¢n rob¨®ticamente programadas y controladas por Britta Roeske, la encargada de gestionar todo aquello que afecta a su imagen. Combinada con su refulgente dentadura y con unos ojos enormes, la mata de pelo rubio enmara?ado y los desgarbados andares del alem¨¢n transmiten una vulnerabilidad que no tiene nada que ver con su verdadera personalidad, m¨¢s propia de un tibur¨®n en ayunas que de un joven de 24 a?os con pinta de empoll¨®n. Sin embargo, nadie que respondiera a esa ¨²ltima descripci¨®n podr¨ªa sobrevivir en un ecosistema como el Campeonato del Mundo de f¨®rmula 1, un entorno plagado de depredadores, y mucho menos proclamarse bicampe¨®n de forma consecutiva y, en su caso, antes que nadie.
Hay episodios que sirven para desenmascarar a pilotos como Vettel y el Gran Premio de Corea del Sur es una de las muestras m¨¢s evidentes de la fuerza, la determinaci¨®n y la ambici¨®n que empujan al piloto de Red Bull. La d¨¦cima victoria del curso que consigui¨® en Yeongam fue la mejor representaci¨®n del t¨ªtulo que Baby Schumi se adjudic¨® hace una semana en Jap¨®n: ¨¦l disput¨® una carrera solo como la una y el resto se enfrasc¨® en otra, mucho m¨¢s entretenida, que concluy¨® con Lewis Hamilton en la segunda plaza y Mark Webber en la tercera a pesar de los achuchones del australiano, que en ning¨²n momento dej¨® en paz al brit¨¢nico.
Esta combinaci¨®n de resultados otorga a la escuder¨ªa del b¨²falo rojo la segunda corona de constructores de su trayectoria y materializa un doblete que estaba cantado desde hace ya d¨ªas. Jenson Button termin¨® el cuarto, justamente por delante de Fernando Alonso, mientras que Jaime Alguersuari igual¨® su mejor puesto, el s¨¦ptimo que ya ocup¨® en Monza.
Vettel est¨¢ en racha. Todo le sale de cara y la inercia que lleva, combinada con su incuestionable talento, le convierten en el punz¨®n m¨¢s afilado de la parrilla, un diablillo con la fuerza de un hurac¨¢n que aprovecha cualquier oportunidad para seguir haciendo historia acumulando r¨¦cords a porr¨®n.
En otra exhibici¨®n de fuerza y control al volante, el hijo pr¨®digo de Heppenheim se sobrepuso de forma brillante a las adversidades que se le presentaron con la ayuda, eso s¨ª, del cohete que conduce. Primero se merend¨® a Hamilton para colocarse al frente del pelot¨®n un par de curvas despu¨¦s del arranque y despu¨¦s, tras el reagrupamiento provocado por el del coche de seguridad (17? vuelta), desactiv¨® las embestidas del de Tewin, que, cuando quiso echar mano del aler¨®n trasero m¨®vil (DRS), ya ten¨ªa a su rival fuera de alcance. Con el reba?o ardiendo a navajazos, el joven bicampe¨®n se apunt¨® la vuelta r¨¢pida en el ¨²ltimo giro, al trantr¨¢n, antes de cruzar la meta con 12 segundo de margen, un alarde innecesario y casi abusivo por su parte.
Tiene Vettel muy estudiados sus pasos. El concepto de sus rivales sobre ¨¦l no se corresponde con el de su hinchada. Cuentan sus compa?eros de asfalto que su juventud no le impide llevar la manija en las reuniones de pilotos ni tratar de barrer para casa cuando Red Bull lo necesita. En el Gran Premio de Australia del curso pasado, McLaren descubri¨® el conducto f, una canalizaci¨®n que recorr¨ªa el b¨®lido longitudinalmente y que ofrec¨ªa una ganancia de unos 11 kil¨®metros por hora de velocidad punta en las rectas. Una vez visto el invento, Vettel hizo todo lo posible para que la federaci¨®n internacional (FIA) prohibiese el dispositivo argumentando que conducir con una sola mano era peligros¨ªsimo, algo que, hoy por hoy, se ha convertido en habitual y casi imprescindible.
Ayer, nada m¨¢s finalizar todos los compromisos con los periodistas, el ganador regres¨® al taller de su escuder¨ªa, en el que ya le esperaban con un cartel en el que pod¨ªa leerse "Lobo Feroz", la mejor forma de describir a este corderito que ha puesto patas arriba al establishment que, tradicionalmente, ha dominado este circo.
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