Viaje a los andamios de la pintura
Recorrido con los arquitectos Tu?¨®n, Mansilla y Nieto por la muestra del Thyssen 'Arquitectura pintada'
Entre el Renacimiento y el siglo XVIII se sientan las bases de la arquitectura contempor¨¢nea. Y la pintura conform¨® nuevas met¨¢foras culturales, ideol¨®gicas y pol¨ªticas a trav¨¦s de la representaci¨®n de edificios, ciudades y espacios p¨²blicos. Arquitecturas pintadas. Del Renacimiento al siglo XVIII, la exposici¨®n que desde hoy puede verse en el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundaci¨®n Caja Madrid, descubre m¨¢s de 140 pinturas -de Duccio di Buoninsegna a Canaletto, Giovanni Paolo Panini, Tintoretto, Gaspar van Wittel, Hubert Robert, Maerten van Heemskerck o Hans Vredeman de Vriesque- que muestran desde la po¨¦tica de las ruinas (s¨ªmbolo de la memoria y la melancol¨ªa) a no menos nost¨¢lgicas postales de los primeros grandes n¨²cleos urbanos europeos, en los que el lenguaje del poder empez¨® a tomar la forma de las calles y las plazas.
Mansilla: "Los edificios permitieron pasar de lo simb¨®lico a lo real"
Nieto: "Lo bonito de la ruina es que es pasado y tambi¨¦n futuro"
"Los mercados representan el poder del pueblo", asegura Tu?¨®n
De la mano de Emilio Tu?¨®n y Luis M. Mansilla, uno de los equipos m¨¢s prestigiosos de la arquitectura espa?ola -con el MUSAC lograron el importante premio Mies van der Rohe de 2007-, y de Fuensanta Nieto, que en equipo con Enrique Sobejano ha firmado, entre otras, la ampliaci¨®n del Museo Nacional Colegio de San Gregorio de Valladolid o la del San Telmo de San Sebasti¨¢n, paseamos por una exposici¨®n que permanecer¨¢ abierta hasta el 22 de enero de 2012.
- De lo simb¨®lico a lo real.
"Es la arquitectura la que permite a los pintores primitivos pasar de lo simb¨®lico a lo real", apunta Mansilla ante Cristo y la samaritana, de Buoninsegna. "Ellos, que pintaban una rosa como la ve¨ªan en el alma, ahora buscan la profundidad. Ahora pintan lo que ven. La ventana es un cuadro. Y para representar la perspectiva necesitan la arquitectura, cuyos elementos permiten ese paso a lo real". En esa "batalla de la profundidad" Mansilla recuerda el viaje de Durero a Italia "en busca del sentido de la perspectiva". Unos pasos -y a?os- m¨¢s all¨¢,
con El rapto de Diana, de Bugardini, surge la ciudad, pero la escala entre las figuras y los edificios sigue sin guardar proporciones.
- Escenarios y figurantes. La curaci¨®n del ni?o endemoniado y la traici¨®n de Judas, de Francesco d'Antonio, es el ejemplo perfecto para Fuensanta Nieto de c¨®mo los pintores representaban en la arquitectura del presente las escenas del pasado. "Esa de ah¨ª es la c¨²pula de Brunelleschi, que corresponde a la ¨¦poca del pintor, pero no a la de las figuras que representa".
- El Coliseo y Babel
. Un tipo con barba mira de frente. Detr¨¢s, otro cuadro, obra suya. Es Autorretrato en el Coliseo, de Maerten van Heemskerck. Se detiene Emilio Tu?¨®n: "La autorreferencia, la ruina, la utop¨ªa, la Roma pasada. El cuadro dentro del cuadro... y la arquitectura representada como el conocimiento a trav¨¦s de viaje". La reflexi¨®n sobre el paso del tiempo y la ciudad ut¨®pica le llevan a La torre de Babel, cuya representaci¨®n m¨¢s famosa es la de Brueghel el Viejo, pero que en el Thyssen tiene su sitio en la obra de Lucas van Valckenborch.
- El caos a trav¨¦s de la construcci¨®n. "Los arquitectos decimos que la primera vez que un pintor toma como protagonista un edifico fue con La torre de Babel, de Brueghel el Viejo", apunta Tu?¨®n. "Vemos c¨®mo se construye", dice Mansilla, cuya idea sigue Nieto: "Es el reconocimiento a un edificio frustrado. Es la arquitectura de la construcci¨®n y de la destrucci¨®n, nunca se va a acabar". Tu?¨®n recomienda la lectura de La construcci¨®n de la torre de Babel, de Juan Benet, que "era ingeniero y lo que viene a decir es que hay un problema de estructura sustancial. Representa el caos a trav¨¦s de la construcci¨®n". Mansilla cree que La torre intenta comprender el mundo.
- Pasado y futuro: la ruina. Paisaje con el entierro de santa Serapia, de Claudio de Lorena, representa esa idea rom¨¢ntica de la ruina y del paso del tiempo. "Es la arquitectura que habla del pasado", dice Tu?¨®n. "Pero lo bonito de la ruina", a?ade Nieto, "es que es pasado y futuro, porque puedes reconstruir encima y en esa reconstrucci¨®n siempre hay posibilidad de futuro". Y finaliza Mansilla: "Me gusta de la ruina la idea de lo inevitable".
- Las ciudades y el Grand Tour. Con las ciudades llega la representaci¨®n del poder. "Y los mercados son el poder del pueblo", dice Tu?¨®n ante
La plaza del mercado de N¨¢poles, de Gargiulo. Con el Grand Tour decenas de j¨®venes artistas pasaron por Venecia, Roma, Florencia y N¨¢poles. "Es el viaje ligado a la iniciaci¨®n". Es ah¨ª donde se sit¨²a una de las joyas de la muestra: Santa Maria d'Aracoeli y el Capitolio, de Bellotto. "Es el tr¨¢nsito de una Roma a otra. Con el ojo izquierdo vemos una parte y con el derecho, otra", se?ala Mansilla. Ambos arquitectos se paran ante el cuadro de Madrid de Antonio Joli, en el que se puede ver el Palacio Real en su forma original sobre las ruinas del antiguo Alc¨¢zar, muy cerca de donde ellos construyen el Museo de Colecciones Reales.
- El interior fragmentado. Lejos de las postales de ciudades, para Fuensanta Nieto los grabados de Piranesi que cierran la exposici¨®n muestran perfectamente el fin de la unidad cl¨¢sica. "No s¨¦ si ¨¦l sab¨ªa lo que estaba haciendo", se pregunta Mansilla. "Es el que empieza a decir que la vida est¨¢ fragmentada y que quiz¨¢ tenemos que verla de cerca".
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