El primero de la clase
Es peque?o pero vibrante y determinado, brillante y puntual: el primero de la clase. Se anticip¨® en la revuelta y derrib¨® al tirano. All¨ª salt¨® la chispa y de all¨ª sali¨® el impulso que levant¨® la oleada de revueltas. Tambi¨¦n es ahora el primero en celebrar elecciones democr¨¢ticas, que en su caso son para elegir a los diputados de una Asamblea Constituyente. Su modelo de transici¨®n es el m¨¢s maduro y avanzado.
Egipto est¨¢ bajo tutela militar y ha modificado ya la Constituci¨®n, con refer¨¦ndum incluido, sin llamar antes a las urnas a los ciudadanos. Marruecos ha seguido el mismo camino, pero en este caso bajo tutela de la monarqu¨ªa. T¨²nez, que ya tuvo la primera Constituci¨®n en el mundo ¨¢rabe en el XIX, ahora quiere ser el primer pa¨ªs de la zona que no tenga una carta otorgada, el primero en romper con el viejo r¨¦gimen y el primero en gobernarse por un poder civil y democr¨¢tico al que se subordinen todos los otros poderes.
Los tunecinos fueron pioneros al derrocar a su dictador y ahora van en cabeza de la transici¨®n
Tambi¨¦n ser¨¢ el primero en el experimento del siglo, que consiste en comprobar c¨®mo ligan islam y democracia en territorio ¨¢rabe, donde nunca antes hab¨ªan conseguido encontrarse. Los resultados electorales de este domingo nos dar¨¢n una primera aproximaci¨®n del peso del islamismo pol¨ªtico en el paisaje tunecino. Que ser¨¢ grande, seg¨²n adelantan ya las encuestas. Lo que de ah¨ª salga importa en T¨²nez ante todo, pero es una prueba tambi¨¦n y un espejo donde se mirar¨¢n los siguientes en pasar por las urnas, que son los marroqu¨ªes, el 25 de noviembre, y los egipcios, el 28 del mismo mes.
El dibujo ideol¨®gico que ofrezcan las elecciones tunecinas va a prefigurar c¨®mo ser¨¢ la Constituci¨®n, y sobre todo el peso en su texto de las ideas laicas y de las islamistas. El modelo tunecino ser¨¢, en cualquiera de los casos, el m¨¢s diferenciado del otro modelo que se ofrece a los ¨¢rabes como respuesta a su primavera: el del paternalismo autoritario y reformista de las monarqu¨ªas petroleras. Hasta d¨®nde llegar¨¢ este modelo empezar¨¢ a saberse el domingo, cuando conozcamos las proporciones de la f¨®rmula que arrojar¨¢n las urnas, pero la novedad absoluta de unas elecciones abiertas, el sistema proporcional, el 30% de indecisos, y las seis circunscripciones de los tunecinos en el exterior (700.000 votantes potenciales) dejan unos amplios m¨¢rgenes a la indeterminaci¨®n y la incertidumbre. La libertad tambi¨¦n es eso.
Cada uno puede aportar su explicaci¨®n a este vanguardismo tunecino. Es un pa¨ªs de 10 millones de habitantes y 163.000 kil¨®metros cuadrados, dimensiones modestas en comparaci¨®n con la extensa geograf¨ªa y la poblaci¨®n de sus vecinos, a excepci¨®n para esta ¨²ltima de Libia. Tambi¨¦n es el m¨¢s homog¨¦neo cultural y ¨¦tnicamente, sin divisiones religiosas, ling¨¹¨ªsticas o tribales relevantes. No ocupa un lugar estrat¨¦gico, como es el caso de todos los pa¨ªses que se hallan en la l¨ªnea de la tensi¨®n entre chi¨ªes y sun¨ªes y entre Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n. Todo esto facilita m¨¢s que explica que haya sido el primero en cambiar de r¨¦gimen y el m¨¢s veloz en derrocar al tirano.
El historiador y dem¨®grafo Emmanuel Todd, acreditado por su pron¨®stico prematuro acerca de la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, asegura en su libro Al¨¢ no tiene nada que ver con esto (Allah n'y est pour rien, Le Publieur) que es la evoluci¨®n demogr¨¢fica ¨¢rabe lo que explica las revueltas. T¨²nez es el primer pa¨ªs ¨¢rabe que ha culminado su transici¨®n demogr¨¢fica, es decir, una etapa de fuerte crecimiento de la poblaci¨®n a la que sigue una ca¨ªda de la mortalidad y de la natalidad, como ya ha sucedido en Europa. En 2005 la tasa de fecundidad hab¨ªa ca¨ªdo hasta 1,9 nacimientos por cada mujer, inferior a la de Francia, seg¨²n las cifras exhibidas por Todd.
El excelente conocedor del Magreb y compa?ero de estas columnas que es Sami Na?r considera, en su libro de muy reciente aparici¨®n La lecci¨®n tunecina. C¨®mo la Revoluci¨®n de la Dignidad ha derrocado al poder mafioso (Galaxia Gutemberg), que T¨²nez ha sido el primero porque era el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil en la cadena de estados policiales ¨¢rabes, donde se hab¨ªa llevado hasta el extremo la identificaci¨®n del poder del Estado con una mafia familiar.
La dureza del blindaje dictatorial explica as¨ª que se quebrara por el mero efecto de la presi¨®n de la sociedad tunecina. Esta explicaci¨®n enlaza con otra primac¨ªa de T¨²nez: en ning¨²n otro pa¨ªs tuvieron un impacto tan espectacular los documentos del Cablegate filtrados por Wikileaks, en los que se explicaba con todo lujo de detalles coloristas los desmanes de la familia de Ben Ali y de su esposa, Leila Trabelsi. El r¨¦gimen intent¨® bloquear su difusi¨®n digital, lo que todav¨ªa increment¨® el inter¨¦s por su lectura, principalmente a trav¨¦s de una p¨¢gina web, llamada Tunileaks, profusamente difundida viralmente a trav¨¦s de Twitter y Facebook. El primero de la clase fue tambi¨¦n el primero en tecnolog¨ªa y en comunicaci¨®n.
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