El pragmatismo del tibur¨®n
Existe un enga?oso momento en Margin call con el que me identifico hasta el impudor. Ante la barbaridad que amenaza a un todopoderoso banco de inversiones, un individuo atractivo que destila sensaci¨®n de poder absoluto y cuyo helic¨®ptero acaba de aterrizar en la terraza de un rascacielos en medio de la noche, le exige al joven analista que ha percibido que se acerca el apocalipsis financiero su explicaci¨®n de lo que est¨¢ ocurriendo. Le dice algo: "Sea conciso y claro al describirme sus motivos de p¨¢nico. Al hacerlo imag¨ªnese que tengo la capacidad de entendimiento de un ni?o o de un perro". Evidentemente, ni poseo un helic¨®ptero ni soy el due?o de ese turbio negocio, ni de nada que afecte a los dem¨¢s, ni dispongo de poder. Pero casi siempre me siento como un ni?o o como un perro intentando en vano comprender algo tan farragoso y enigm¨¢tico como la econom¨ªa, esa cosita que hace girar o despe?arse al mundo, que nos afecta de una forma u otra a todos los habitantes del planeta. Solo logro entender la econom¨ªa cuando leo la excelente prosa y siento la claridad did¨¢ctica de Paul Krugman. Tambi¨¦n hay documentales como Inside job que me explican transparentemente el origen y el desarrollo de la tragedia universal que han provocado los c¨ªnicos y legalizados delincuentes que habitan la Torre del dinero. O ficciones que reconstruyen con talento, datos, lucidez y verosimilitud una realidad aterradora, la historia de una canallada denominada eufem¨ªsticamente crisis, como lo hace esta desasosegante y terrible pel¨ªcula.
MARGIN CALL
Direcci¨®n: J. C. Chandor.
Int¨¦rpretes: Zachary Quinto, Kevin Spacey, Paul Bettany, Jeremy Irons, Demi Moore, Simon Baker.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2011.
Duraci¨®n: 105 minutos.
El hombre que la ha escrito y dirigido responde al misterioso nombre de J. C. Chandor. Es su ¨®pera prima en el cine. Pero no se nota el l¨®gico temblor, la inseguridad, el subrayado, los excesos o la falta de pulso de tanto autor primerizo. Cuenta Chandor que la asesor¨ªa y la informaci¨®n que recibi¨® para inventarse Margin call fue impagable, de primera mano, a trav¨¦s de su padre, que trabaj¨® durante 40 a?os en el banco de inversi¨®n Merrill Lynch y de otros profesionales de ese sector especializado en el ancestralmente turbio "compro y vendo".
Chandor narra con estilo y tensi¨®n esta cr¨®nica sobre la desfachatez de los tiburones financieros, su capacidad para sobrevivir a la ruina colectiva que ellos han creado haci¨¦ndose aun m¨¢s ricos, su implacable pragmatismo para enga?ar a sus competidores y adue?arse de las tablas de salvaci¨®n cuando el barco se hunde.
Y no existe el manique¨ªsmo en la visi¨®n del autor. Hay soldados en ese ej¨¦rcito del dinero, jefes intermedios, altos dirigentes que mantienen escr¨²pulos morales ante la perpetraci¨®n de la infamia, que se rebelan tibiamente, que descubren apesadumbrados que sus principios tambi¨¦n se pueden comprar. Es un lujo observar a actores tan buenos como Kevin Spacey, Jeremy Irons, Stanley Tucci, Paul Bettany y otros interpretando a esa gente, arropados por di¨¢logos mordaces y cre¨ªbles, por situaciones y decisiones que dan mucho miedo.
Y como explica el due?o del siniestro tinglado, los derrumbes financieros son c¨ªclicos a lo largo de la historia. Y siempre salen impunes y m¨¢s poderosos aquellos que las crearon. Resulta descorazonadora la certidumbre de que casi siempre ganan los malos. Bueno, ayer no. Le han volado los sesos a Gadafi y ETA se ha rendido. Anoche, los aguafiestas no ten¨ªan sentido.
Babelia
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