El pir¨®mano ofrece su manguera
Un viej¨ªsimo chiste de Ram¨®n mostraba a un inflamado orador arengando a las masas: "?Ten¨¦is que elegir: nosotros o el caos!". La gente balaba: "?El caos, el caos!", y el vociferante remataba: "Da igual, tambi¨¦n somos nosotros". El comunicado de ETA se apunta a esta l¨ªnea. Ellos han sido los causantes de los estragos y cr¨ªmenes durante todos estos a?os. Ahora es gracias a ellos por lo que vamos a vernos libres de estragos y cr¨ªmenes. Sin que se les mueva el pasamonta?as, nos aseguran que gracias a la lucha armada hemos llegado al feliz momento en que podemos prescindir de la lucha armada. Se agradecen los heroicos servicios a los gudaris, se lamentan las bajas y los encarcelamientos, se practica el habitual autobombo: y, por supuesto, no se dice ni una palabra de las v¨ªctimas causadas, del envilecimiento del terror impuesto, las extorsiones, los que han debido huir o abandonar sus trabajos, el Estado de derecho vulnerado... Todo esto fue necesario para que ahora deje de ser necesario.
El comunicado es el segundo paso de los fastos de esta semana -?vaya semanita!- tras las conclusiones de la par¨®dica Conferencia de Paz y est¨¢ escrito por la misma mano: la del ambidextro Gerry Adams-Otegi. Se equivocaron, como suelen, los que dijeron que lo importante de esas conclusiones era la que anunciaba el cese de la violencia y que lo dem¨¢s era envoltorio intrascendente, dijese lo que dijese la derecha. No: lo importante es el resto, las cl¨¢usulas que acompa?an a esa renuncia forzosa, es decir, el reconocimiento de la banda terrorista como interlocutor directo de Espa?a y Francia, la mesa de partidos para que se asuman por fin las tesis del independentismo radical, la proclamaci¨®n urbi et orbi de que todos somos vencedores, es decir, de que ETA no ha perdido a pesar de las apariencias. En resumen: "?Ve usted qu¨¦ f¨¢cil era? Me da la raz¨®n y todos tan amigos".
La simple realidad es que ETA renuncia a lo que ya es inviable, pero ni entrega las armas ni se disuelve. Est¨¢ encantada de haberse conocido, de haber matado y hasta quiere que se le agradezcan los servicios prestados reconociendo lo acertado de su visi¨®n pol¨ªtica. La ¨²nica pregunta ahora pertinente es: cuando ETA vea que el Estado de derecho no se suicida para complacerla, cuando compruebe que las c¨¢rceles no se abren por m¨¢gico conjuro y que no hay mesa de partidos, sino el ya establecido juego parlamentario en el marco constitucional... ?seguir¨¢ resign¨¢ndose a perdonarnos la vida o volver¨¢ a las criminales andadas?
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