Sol integral en Vera
Un recorrido por la playa almeriense que ha hecho del nudismo un s¨ªmbolo
Cuando uno se acerca desde Garrucha hacia las playas de Vera, el conglomerado de urbanizaciones, hoteles, centros comerciales y, sobre todo, las obras paradas hacen presagiar un mar de fondo que a veces se complica porque la convivencia entre el turista "textil" -metonimia horrible- y el nudista y/o naturista no siempre es c¨®moda. El problema no reside tanto en una cuesti¨®n de moralidad -aquello de avisar a la Guardia Civil porque "hay ni?os delante"-, como en un conflicto econ¨®mico: quiz¨¢ la contradicci¨®n b¨¢sica no sea nudista-textil, sino la del urbanismo especulador frente a la sensibilidad ecol¨®gica. Esa pugna se hace evidente en el paisaje; se transforma en preocupaci¨®n medioambiental en los testimonios de los ba?istas -textiles y no textiles-, y ha propiciado la presentaci¨®n de una candidatura, en las ¨²ltimas elecciones, de Los Verdes y del Partido de la Integraci¨®n del Nudismo.
Las playas de Vera son una larga franja de suave arena que, seg¨²n los habitantes de urbanizaciones naturistas como Natsun o Vera Natura, se va estrechando. Tambi¨¦n se secan y contaminan los humedales pr¨®ximos. Asociaciones naturistas denuncian que ese es el impacto de la depredaci¨®n urban¨ªstica y de la AP-7: en un periodo relativamente corto, el epicentro del m¨ªtico hotel Vera Playa Club se ha extendido por la l¨ªnea de costa dando lugar tanto a edificaciones arquitect¨®nicas y urban¨ªsticamente bien resueltas como a otros proyectos cuya soluci¨®n no ha sido feliz. Es impresionante el seudomoruno hotel Zimbali y sus instalaciones fara¨®nicas; el hotel M¨¦xico, o el complejo extens¨ªsimo del apartotel Reina. El crecimiento urbano se traduce en controvertida interacci¨®n. Para algunos, el turismo naturista constituye la base del desarrollo de Vera; para otros impide la llegada de un turismo textil masivo. Tampoco todo el mundo siente la necesidad de promover la cohabitaci¨®n: el mestizaje con el ba?ista textil incomoda a algunos nudistas. Aqu¨ª se han impuesto multas por salir del gueto naturista. Sin embargo, hoy, una excursi¨®n a Vera es una experiencia singular por la belleza innegable de sus playas y la calidez de su clima en las estaciones desapacibles, as¨ª como por un anecdotario sociol¨®gico que tiene que ver con la salida del nudismo del corralito al que se le condenaba.
Al entrar en Torremar Natura, una de las urbanizaciones nudistas, me recibe un chico desnudo que lleva una bolsa de basura en la mano. Calza playeras. El chico sale de la urbanizaci¨®n para tirar los desperdicios en un contenedor de la calle. Dice: "Buenaas". Por la acera de enfrente, una pareja de mediana edad baja a la playa con toallas, sombrilla, tumbonas, bolso, gorrito y gafas para protegerse del sol. Los dos van desnudos y en chanclas. Me doy cuenta de que hay que reeducar la vista para que no se pegue, como un im¨¢n, a esas partes de cuerpo que habitualmente se quedan bajo telas y miri?aques. Vera es una experiencia que reeduca los ojos.
A ojo de buen cubero, "textiles" y nudistas no se llevan mal. Llama la atenci¨®n la mezcla de nacionalidades, edades, pesos y medidas. Sorprende la aparente despreocupaci¨®n por el cuerpo, que en ciertas playas de "pasarela" se sacraliza y esculpe bajo un slip o bajo la parte de arriba de un biquini que deja entrever estrat¨¦gicamente la areola. Depilaciones l¨¢ser, aceites, mascarillas para el pelo y operaciones biquini que nos dejan sin respiraci¨®n. Aqu¨ª veo barriguitas, personas con un ¨ªndice saludable de masa corporal y muslos rubensianos. Gente con marcas de ba?ador, sin depilar y depilada. No detecto mirones y me alegro de que este pa¨ªs haya superado el landismo. Dos obreros trasladan un pal¨¦ y no se les van los ojos. Adem¨¢s de la playa, que es amplia, de aguas tibias y transparentes, y est¨¢ en un entorno muy bonito, en los alrededores del Vera Playa Club -ahora me acuerdo de esa secuencia de El premio en la que Paul Newman entra en una convenci¨®n naturista escapando de un asesino: me disculpo por los prejuicios y la cinefilia-, all¨ª encontramos espacios para el ocio nocturno: A Divina, pub gay, Blue Parrott, Templum. El chiringuito nudista Vera Natura con su chill out. En el extremo de la playa m¨¢s pr¨®ximo a Garrucha, Puerto Rey es una zona con chal¨¦s redondeados, est¨¦ticamente nada ofensivos, y peque?os vergeles que se ven desde la playa. Un agradable espacio textil. Tambi¨¦n es agradable -normalizador, bueno para la salud- que Vera-playa, El Playazo, sea una playa visible, no una cala rec¨®ndita, donde quiz¨¢ la tranquilidad del nudista es un eufemismo para camuflar una verg¨¹enza que no deber¨ªa serlo en absoluto.
? Marta Sanz es autora de Black, black, black (Anagrama).
Gu¨ªa
Dormir
? Hotel Vera Playa Club (www.veraplayaclubhotel.com; 950 46 74 75). Carretera de Garrucha a Villaricos, avenida de la Ciudad de Barcelona, 56. Vera. El hotel acaba de cerrar su temporada y tiene previsto reabrir para la Semana Santa de 2012.
? Torremar Natura (www.naturismovera.com; 913 26 34 84). Playa de Vera. Apartamentos; en octubre, desde 50 euros por noche.
? Hotel Zimbali Playa Spa (www.playasenator.com). Reabrir¨¢ en Semana Santa.
? Hotel M¨¦xico (www.hotelmexicovera.com; 950 13 20 61). Urbanizaci¨®n Puerto Rey. Vera. La habitaci¨®n doble en octubre y noviembre, 80 euros con desayuno para dos.
? Apartotel Advise Reina (www.aparthotelreina.es; 950 26 20 98). Cerrado en oto?o e invierno.
Informaci¨®n
? Vera Natura (www.veranatura.com).
? Natsun Vera Playa (www.veraplaya.es).
? Oficina municipal de turismo de Vera (950 39 31 42; www.vera.es).
? Turismo provincial de Almer¨ªa (www.almeria-turismo.org).
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