... y a los hijos de tus hijos
ETA ha "cesado". Como si de un servidor p¨²blico se tratara, ETA dice que cesa. Debiera decir que le cesan, etc¨¦tera. ETA ha sido derrotada por una ciudadan¨ªa especialmente sensibilizada por los muertos que ha tenido que poner en esta historia. Y nos alegramos enormemente por nuestros amigos y por nosotros mismos. ETA se bate en retirada (mientras quiere maniobrar). Pero qu¨¦ poquita cosa de comunicado. Extorsi¨®n, asesinato, tortura, crueldad, terror, y ahora (solo) esto. No iba a haber grandeza. Era de esperar. Pero tampoco cab¨ªa imaginar algo tan inane y carente de humanidad: como un discurso de final de curso en el colegio.
Bueno, importa poco (salvo que deb¨ªa haber sido mucho antes). Ahora importa, como siempre, el complejo y rico discurrir de la vida, sus dificultades y alegr¨ªas. Importa el ahora y el futuro. Y, para eso, conviene leer bien las cosas. Fundar la convivencia en valores humanistas que eleven nuestra autoestima (atender especialmente a las v¨ªctimas).
Hay que ir hacia la libertad m¨¢s plena, el recuerdo a las v¨ªctimas y a un futuro de bienestar
En 1978 y 1979, tras la dictadura, una parte de la sociedad vasca (la m¨¢s noble y abierta, pues ya entonces se barruntaba el sombr¨ªo nubarr¨®n) eligi¨® una v¨ªa inteligente para establecerse: una constituci¨®n democr¨¢tica para Espa?a y un estatuto de autonom¨ªa. Las gestoras pro-amnist¨ªa y ETA-militar no lo aceptaban y fueron derrotadas en las urnas. No lo aceptaban ni lo aceptaron tras eso. Naci¨® as¨ª Herri Batasuna; y los milis decidieron continuar con la "lucha armada". Ah¨ª estaba, a mi modo de ver, la semilla de la infamia y el totalitarismo: ?c¨®mo establecer, si no, la prevalencia de una minor¨ªa sobre la mayor¨ªa? ?se fue el origen que condujo a Oldartzen y la "socializaci¨®n del sufrimiento". ?nicamente adoptando medidas totalitarias, de voluntad agresora, de violencia f¨ªsica y terror, pod¨ªa lograrse. ETA p-m sigui¨® matando. Pero sus d¨ªas, estaban contados en la medida en que supeditaban su acci¨®n al logro de mayor¨ªas. Los muertos y secuestrados fueron de verdad, pero esa situaci¨®n era de pega: una campa?a de atentados contra UCD para desbloquear las transferencias era algo bufo. Se disolvieron.
Otra cosa fue la idea con la que se instituy¨® aquel Pa¨ªs Vasco de 1980, el modo en que se cont¨® a s¨ª misma. Seg¨²n nuestra mitolog¨ªa judeo-cristiana, Mois¨¦s dej¨® a los jud¨ªos a las puertas de la tierra prometida, los fund¨® como pa¨ªs, tras dotarles de una ley y un proyecto hecho de recuerdo (recuerda los cuarenta duros a?os en el desierto, y "hazlos saber a tus hijos, y a los hijos de tus hijos", Deuteronomio). Los pa¨ªses de esa cultura (de Roma a EE UU) se constituyeron sobre un cuerpo de leyes de un lado, y, adem¨¢s, sobre cierta tradici¨®n para un proyecto, un recuerdo con sentido (que ahora llaman "relato"). Ambas cosas. Cuando los norteamericanos se alzaron contra los ingleses, se dieron en 1787 una Constituci¨®n democr¨¢tica (la primera que inaugura nuestra era) y se contaron historias estimulantes hechas de tradici¨®n ilustrada y teolog¨ªa pietista, crearon la idea del "sue?o americano" que contaron a sus hijos... hasta hoy.
El Pa¨ªs Vasco tuvo su Constituci¨®n (la espa?ola de 1978 y el Estatuto de 1979). Tuvo su ley. Pero no se supo contar bien a s¨ª mismo. Su imagen en 1980 result¨® turbia. La lucha por la libertad (contra Franco) parec¨ªa ser patrimonio tanto de quienes eleg¨ªan la constituyente como de quienes mataban contra ella. El PNV y su cultura manten¨ªa una actitud dudosa. Los gobiernos de UCD (o PSOE) conservaban tics antidemocr¨¢ticos. Todos los dem¨®cratas, s¨ª, parecieron converger en la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs (reconversi¨®n), en el bienestar. Eso funcion¨®, pero no bastaba.
ETA (despachados ya los poli-milis) se vali¨® de ello. Desarroll¨® a partir de aquella aspiraci¨®n de libertad y de la vieja tradici¨®n particularista vasca, una ¨¦pica de h¨¦roes y m¨¢rtires. Le dot¨® de una poderos¨ªsima liturgia que abarcaba del culto a los muertos al rock-radical. Los Gudari-Eguna lo sintetizan. La batalla por la identificaci¨®n parec¨ªa perdida. Lo vasco en los 90 lleg¨® a asociarse con ETA; y a ¨¦sta con los viejos gudaris, los "resistentes" a la "represi¨®n", la m¨ªtica de los guardianes del fuego del "conflicto". Esos a?os se dieron los ¨²ltimos pasos hacia el totalitarismo: ponencia Oldartzen, enterramiento de Ortega Lara, y asesinato vil de Miguel ?ngel Blanco.
El primer gesto de resistencia lo dieron ¨¦stos de Gesto: concentraciones silenciosas pero corajudas. Se reclamaba la libertad, los derechos humanos y se condenaba la violencia. Tambi¨¦n las v¨ªctimas, sumidas en el ostracismo, acabaron revel¨¢ndose y se asociaron. Ermua, julio de 1997, y el lazo azul simbolizan una masiva y nueva manera de saberse: no seremos sumisos ante el totalitarismo. Aquello y asumir plenamente la responsabilidad de un Estado de derecho, han labrado la derrota de ETA.
Cuando Mois¨¦s dej¨® a los jud¨ªos a la puerta de Israel (no mezclarlo con el conflicto actual) les pidi¨® que gravaran ese pasado en su coraz¨®n, que se lo contaran a sus hijos en casa y paseando, que se lo registraran en sus cuerpos, que lo erigieran en piedras y edificios, que hicieran fiestas de recuerdo, c¨¢nticos y poes¨ªa, y canoniz¨® el Torah (que para nosotros puede muy bien ser un "nunca m¨¢s Auschwitz", un recuerdo humanista y universal).
En 1978-9, el Pa¨ªs Vasco se dot¨® de su ley. Desde 2011 debe contarse a s¨ª mismo (en conversaciones y monumentos) una historia estimulante hecha de apelaciones a la libertad m¨¢s plena, recuerdo a las v¨ªctimas y a un futuro de bienestar. Un sue?o que condene la crueldad y nos haga mejores y m¨¢s solidarios. Eso creo.
Javier Ugarte es titular de Historia Contempor¨¢nea de la UPV.
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